Fue en el transcurso de la reciente celebración de la X Asamblea General de la Federación Andaluza de Municipios (FAMP) cuando se anunció: vuelve Francisco Toscano, el histórico alcalde socialista de Dos Hermanas que en 2012, enfrentado a su propio partido y a la Junta de José Antonio Griñán, que dejó la presidencia de este organismo municipal, y que acabó así en manos del PP durante tres años. Pero no, Toscano no vuelve a la FAMP sino que llega para ocupar la presidencia del Consejo Andaluz de Gobiernos Locales, un potente órgano con autonomía propia y que ahora el PSOE (que ostenta la mayoría en este foro) quiere reactivar tras siete años de letargo.
La operación se enmarcaría en un movimiento de los socialistas andaluces para reforzar su poder municipalista, su principal altavoz institucional una vez perdida la Junta de Andalucía. Porque, además, este Consejo tiene una función muy clara precisamente en relación con el Gobierno andaluz, como es revisar toda su normativa (y también la que emana del Parlamento autonómico) para certificar que no interfiere en las competencias municipales.
Opinión preceptiva
Su opinión no es vinculante pero sí preceptiva. El informe que emita “no puede desoírse sin más”, así que a la Junta no le vale como respuesta una simple negativa sin más, “deberá mediar información expresa y detallada”. Así se recoge en la Ley de Autonomía Local de Andalucía de 2010 y se certifica en el decreto de 2011 que regula su funcionamiento, normas en las que se subraya que el Consejo “goza de autonomía orgánica y funcional” para el ejercicio de sus competencias.
Una muestra de la fortaleza de este órgano la dio en marzo el Tribunal Supremo, que tumbó varios planes hidrológicos andaluces (los de las demarcaciones de las Cuencas Mediterráneas, del Guadalete y Barbate y del Tinto, Odiel y Piedras) porque para su elaboración no se le pidió el preceptivo informe. Aunque los recurrentes (una comunidad de propietarios de Málaga) presentaban varios argumentos, no haber cumplido con este trámite “determina por si solo la estimación” de nulidad que se reclamaba, “sin necesidad y al margen de la valoración que pudieran merecer los demás motivos de impugnación”, rezaba la sentencia.
El Consejo de Gobiernos Locales es un órgano independiente de la FAMP pero que se nutre de la misma, y eso en estos momentos implica que el PSOE tiene mayoría al ser con diferencia el partido más votado en las pasadas elecciones municipales y el que gobierna en más ayuntamientos. Formado por los integrantes del Consejo Andaluz de Concertación Local (con representación de la Junta y municipalista) más cinco miembros que designa directamente la FAMP, una entidad de estas características sólo existía en Catalunya (que nunca la ha desarrollado) cuando nació en Andalucía bajo el abrigo último del Estatuto de 2007, aunque con posterioridad se ha puesto en marcha en el País Vasco y Extremadura.
Este es el organismo en el que va a aterrizar como presidente un Francisco Toscano que, aclara, “cuando dimití como presidente de la FAMP en 2012 no me fui del Consejo de Gobiernos Locales, lo que hice fue poner mi cargo a disposición y pedir que se regularizara la situación”. Pero nunca tuvo respuesta y el Consejo no volvió a reunirse desde entonces, así que entiende que “no me fui pero ha sido ahora cuando se han enterado”, una vez que el PSOE ha mostrado interés en resucitar este foro.
“Ha estado muerto todos estos años”
“Ha estado muerto todos estos años”, lamenta Toscano, pese a que se trata de “un órgano muy potente y con muchas posibilidades para los ayuntamientos”. Durante este tiempo el día a día se ha delegado en el secretario, que ha despachado todos los requerimientos recibidos con informes de mero trámite en los que la respuesta ha sido siempre que no había nada que alegar. Eso, asegura, se va a acabar.
¿Significa que se va a utilizar el Consejo para torpedear en lo posible a la Junta? “Si me hago cargo de este órgano es para defender el municipalismo, no para meterle el dedo en el ojo a la Junta”, y en este sentido garantiza que no llega “con el hacha en la mano, no voy a ir a una confrontación ideológica y partidista”. Eso sí, avisa: “El Consejo es un órgano molesto para los gobiernos autonómicos, que son muy celosos de sus competencias, y yo voy a ir a defender la autonomía municipal. No lo voy a usar como ariete contra la Junta y el PP, pero ya me enfrenté por esto al PSOE y a un Gobierno de la Junta socialista”. De hecho, recuerda, desde el Consejo ya le planteó pleitos formales a la Junta “para que nos tuvieran en cuenta”.
Toscano se refiere a este órgano como “una cámara de un senado autonómico que hace una segunda lectura de las leyes que le afectan”, y para aceptar el cargo ha puesto la condición de ver qué candidatos propone la FAMP: “tiene que ser gente que tenga peso y experiencia municipal de verdad”. La otra es ocupar la presidencia de manera transitoria, hasta que se normalice su funcionamiento.
Normalización interna
¿Y entiende que la designación por su partido es una señal de normalización interna? Al fin y al cabo, es el PSOE de Susana Díaz el que nombra a uno de los estandartes de Pedro Sánchez en Andalucía. “Pues sí, ahora interesa evidenciar que no hay problemas, que esto es una señal de los nuevos tiempos en el partido, pero si esto me da la oportunidad de asentar el Consejo de Gobiernos Locales, yo lo hago...”.