Las cuentas de la Fundación Queipo tienen un antes y un después de 2013. Hasta ese año permanece “sin actividad” para atender a la “infancia desvalida”, como reconoce la sociedad en la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es Andalucía. A partir de entonces, el ente creado en los años 40 por el propio militar golpista sí ha destinado al menos 145.000 euros a financiar proyectos solidarios.
Los fondos monetarios de la Fundación Pro Infancia Gonzalo Queipo de Llano tienen una única vía de ingreso: las rentas obtenidas por 150 hectáreas de arrozal en La Puebla del Río (Sevilla). El arrendamiento a nueve colonos de la marisma sevillana produce en torno a 40.000 euros anuales.
Y con esa cantidad económica cumple el objetivo fundacional de la sociedad… al menos en las últimas anualidades. Un dinero que da, incluso, para activar una “inversión financiera a corto plazo” de casi 100.000 euros.
Este depósito bancario se suma a unos 40.000 euros que la Fundación Queipo mantiene en dos cuentas corrientes en 2016, último año de la memoria económica en poder del Gobierno de España, según los archivos consultados por este periódico.
eldiario.es Andalucía solicitó en el año 2016 tener acceso a las cuentas de la sociedad fascista. El Ministerio de Justicia, entonces bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, no atendió la petición. Tampoco la propia entidad fundacional respondió nunca a la solicitud, mientras la Asociación de Fundaciones Andaluzas negaba toda obligación al respecto.
Difícil “relevo generacional”
“La Fundación ha permanecido un largo periodo sin actividad, ocasionado principalmente por dificultades para atender el relevo generacional de su patronato”, reconoce la Fundación Queipo al entregar en el año 2013 su 'memoria de las cuentas anuales'.
En ese momento, y para este fin, la fundación afronta la remodelación de su Patronato. Entran nuevos miembros (en sendas sesiones de 7 de marzo y 4 de julio de 2013) y la presidencia pasa de un nieto a otro del militar que asumió a sangre la matanza fundacional del franquismo en Andalucía: del marqués de Queipo, Gonzalo Queipo de Llano Mencos, al actual máximo dirigente, su primo Gonzalo García Queipo de Llano.
El objetivo en 2013 momento es “actualizar” la realidad contable de la sociedad asociada al militar fascista. Y la situación queda regularizada en paquetes, de 2005 a 2010, y desde ahí cada año hasta 2016. “El ejercicio 2017 no consta depositado”, reconoce el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad.
España es el paraíso de las fundaciones fascistas. El Gobierno de Pedro Sánchez anunció que estudia la posible ilegalización de tales sociedades. Las cuentas de los entes de extrema derecha salieron a la luz tras la petición del senador de Compromís Carles Mulet. Antes, eldiario.es había publicado en exclusiva las cuentas de la Fundación Franco de 2013 a 2015.
El dinero para la “infancia desvalida”
¿Qué hizo por la “infancia desvalida” hasta 2013 la sociedad creada por el golpista Gonzalo Queipo de Llano? Es una incógnita. No aparece en las cuentas oficiales. La entidad fundacional tampoco lo aclara, siquiera en la petición de “adecuación legal de las cuentas anuales” que hace al Protectorado de Fundaciones en enero de 2014.
La sociedad franquista justifica no destinar dinero desde 2005 porque está cerrada. “Sin actividad” por falta de personal, argumentan. Las rentas por las tierras de arroz sí han sido cobradas religiosamente a los agricultores desde los años 40 del siglo pasado. Tras entrar en el proceso de regulación contable en 2013, y hasta 2016, ha destinado a proyectos solidarios un total de 145.000 euros. De 2017 y 2018 no hay datos públicos.
¿Y dónde va el dinero destinado a proyectos sociales? Ese primer año de ayudas, el ente fundado por el “genocida” militar golpista entrega 60.000 euros a la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Andalucía (ANDEX), como contó este medio. En 2014 reparte 25.000 euros, divididos entre Cáritas Sevilla (16.000), Asociación Sevillana en Defensa de la Vida (Provida Asdevi, 6.000) y la Asociación Provincial de familiares y amigos de personas sordas (Aspas Sevilla, 3.000).
En la anualidad 2015 la cantidad aumenta a 35.000 euros para Cáritas Sevilla (20.000), Provida Asdevi (6.000), y otras tres entidades con la misma cuantía (3.000 euros): Aspas, Fundación Menudos Corazones y la Hermandad Nuestra Señora de la O (proyecto Esperanza y Vida).
Un año después repiten la mayoría de beneficiarios acreedores. Las subvenciones caen a 25.000 euros repartidos entre Cáritas Sevilla (7.000), Aspas Sevilla (2.500), Provida Asdevi (5.000), Menudos Corazones (2.500), Hermandad Nuestra Señora de la O (2.500), Centro de Estimulación Precoz El Buen Fin (2.500) y Autismo Sevilla (3.000).
Única fuente de ingresos: el arrozal
El fruto que recoge la Fundación Pro Infancia Gonzalo Queipo de Llano está en plena marisma arrocera. El único medio de financiación son las rentas que pagan las familias de nueve antiguos colonos por el arrendamiento en régimen de explotación de 150 hectáreas.
La finca rústica, de regadío, fue adquirida mediante escritura pública de compraventa con fecha 19 de enero de 1945. Costó entonces 1.650.000 pesetas (9.916,70 euros). Quedó inscrita a nombre de la original Fundación Agraria Gonzalo Queipo de Llano, germen de la actual Pro Infancia.
Las tierras, una vez parceladas, están en manos de arrendatarios que pagan una renta anual en función de las hectáreas que trabajan. “Si bien muchos de los contratos son antiguos no estando actualizadas sus rentas”, alega la propia Fundación Queipo, que denunció por este motivo a los agricultores, como contó en exclusiva eldiario.es Andalucía.
La única fuente de ingresos produce 36.891,31 euros en 2010, 45.161,49 un año después y 31.541,65 en 2016, último año con las cuentas presentadas. La sociedad fundacional no posee ninguna propiedad más. Tampoco en el ahora discutido cortijo de Gambogaz, heredado por hasta 15 descendientes del exgeneral sublevado y donde Queipo usó trabajo esclavo.
“Excedente” en entidades bancarias
En enero de 2016 la fundación realiza una “inversión financiera a corto plazo” de 100.000 euros. Sobre esta cantidad se produce en marzo “una cancelación de 5.000 euros”. Quedan, al cierre de esa anualidad, 95.000 euros. Ese último año con las cuentas registradas la sociedad privada contabiliza además 1.116,89 euros como “ingresos financieros”.
En dos cuentas corrientes la Fundación Queipo acumula en torno a 40.000 euros en 2015, según las cuentas a las que ha tenido acceso este periódico. Al año siguiente no aparece este registro contable. La cantidad depositada en bancos viene del “excedente” no invertido cada año en apoyo a la “infancia desvalida”. En 2013 esta cuenta sumaba casi 180.000 euros sin invertir.
Una cantidad, completa, que debe destinar al fin fundacional: “amparar y proteger a la infancia desvalida”. La extensión societaria del militar golpista “destinará los ingresos que obtenga a instituciones o asociaciones benéficas de carácter privado que tengan un fin coincidente”, según obligan sus estatutos.
Pero de la cantidad ingresada por el alquiler de tierras, unos 40.000 euros anuales, la Fundación Queipo descuenta algo más de la mitad cada año en conceptos de servicios profesionales independientes y tributos, referidos como 'gastos propios' y 'otros gastos de explotación'. Ahí aparecen partidas destinadas a pagar labores de asesoría, contabilidad, abogados –para los juicios contra los arroceros–, notaría o, la mayor parte, para abonar el Impuesto de Bienes Inmuebles de las 150 hectáreas de arrozal.
La fundación, además, no recibe subvenciones públicas y está parcialmente exenta del Impuesto de Sociedades. Tampoco tiene personal contratado ni los miembros del Patronato reciben dietas.
Con esta media, desde 2005 serían aproximadamente 260.000 euros que de forma obligada deben ir a proyectos solidarios. Con las cuentas de la propia fundación en la mano hay justificados y entregados a la “infancia desvalida” 145.000 euros de 2013 a 2016. Antes y después de esa fecha, es una incógnita dónde fue a parar el dinero. Una vez descontados los 'gastos' (caso de la IBI rústica, que está incluida en el recibo que pagan los agricultores como ha confirmado este medio), el excedente de capital queda en cuentas corrientes y una “inversión financiera a corto plazo”.