El Gobierno andaluz quiso cortar ayer de raíz cualquier atisbo de reforma de la Ley de la Radio y Televisión de Andalucía para corregir los márgenes de mayorías marcados para la elección de un nuevo director general del ente público, escenario que se abre tras la dimisión el pasado martes de su actual titular, Pablo Carrasco.
Ante la composición del Parlamento andaluz, que obliga a una negociación para el voto favorable de los tres partidos (establece mayorías cualificadas de dos tercios o de tres quintos para su elección), y ante el temor de un posible bloqueo por parte del PP, el vicepresidente y consejero de Administraciones públicas, Diego Valderas, abrió la puerta abierta a una posible modificación de la norma. Sugirió que si los populares zancadillean el nombramiento de un nuevo gestor del ente público habrá que hacer lo que sea mejor y “con las fórmulas que la democracia da”.
La puerta la cerró pocas horas después la consejera de la Presidencia, Susana Díaz. El Ejecutivo autonómico está en que es una “buena” norma, que garantiza esa “transparencia” ahora tan en boga, y es el momento de negociación a tres bandas. “No se contempla ni un cambio de ley ni el bloqueo de organismo”, afirmó Díaz, que apuntó que es el momento de la “responsabilidad” de los tres partidos y de aparcar “egoísmos”, aunque no pasó por alto que el PP sí mantiene paralizadas otras instancias como la Federación Andaluza de Municipios y Provincias.
Una de las razones por las que esa modificación insinuada por Valderas no tiene recorrido es porque el Ejecutivo andaluz no quiere deshacer por ahora una ley de la que hace bandera, más aún cuando el espejo donde puede mirarse es el de RTVE. Y el reflejo no le gusta. Como recordó Díaz, el Gobierno central cambió las reglas de juego en la elección el director general del ente público y el escenario es que la audiencia y pluralidad “se están hundiendo”.
Lo que sí habrá que corregir en un futuro en esta ley es la laguna que se ha destapado tras la salida de Carrasco, ya que no está regulado qué hacer en caso de dimisión. La solución transitoria es que, en el mismo Consejo de Gobierno del próximo martes en el que se hará oficial su renuncia, se aprobará un decreto-ley para regular esta vacancia. El candidato a ocupar ese puesto que queda ahora libre, aunque de forma interina, es el actual director general de Canal Sur Radio, Joaquín Durán, tal y como planteará Carrasco el viernes al Consejo de Administración de la RTVA. Su propuesta será una modificación del organigrama para crear la figura de la subdirección general y que la ostente Joaquín Durán, que asumiría también la administración única de Canal Sur TV, mientras que como responsable de Canal Sur Radio se quedaría Inés Alba.
Los contactos entre PSOE, IU y PP para resolver el vacío en la dirección en el canal autonómico estaba previsto que arrancaran aprovechando la sesión plenaria en el Parlamento de ayer. Pero esa cita a tres bandas no se llegó a producir. Los dos socios de gobierno sí se reunieron, pero no contaron con los populares. De todas formas, el PP sí quiso dejar claro antes de sentarse en cualquier mesa de negociación que son una “mayoría decisiva” para elegir al sustituto de Carrasco y pidieron a IU que aclare “si quiere dialogar”, después esas palabras de Valderas sobre la posibilidad de veto, algo que rechazan porque ya han mostrado su disposición a hablar.