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Confinados y sin electricidad en plena crisis del coronavirus en la Zona Norte de Granada capital

Una anciana sin luz usa una linterna a pilas para iluminarse

Álvaro López

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Estos días se repite, casi hasta la saciedad, que los ciudadanos deben quedarse en casa porque así lo decreta el estado de alarma. Que no hay mejor manera de combatir la propagación del coronavirus Covid-19 en España que así: encerrados en nuestros hogares para prevenir contagios. Una petición que suena a condena en la Zona Norte de Granada capital. Porque la casa de casi 20.000 vecinos se ha convertido en su mayor cárcel, de manera literal. A la obligación del confinamiento se les suma que están la mayor tiempo sin electricidad. Un problema que viene de lejos, pero que en estos momentos provoca una doble crisis en estos ciudadanos.

Los cortes de luz en la Zona Norte constituyen un asunto que no es nuevo. Los miles de vecinos de este emplazamiento de Granada capital llevan años viviendo una vida en la que el congelador apenas puede funcionar, los programas de televisión deben ser imaginados, o las personas con necesidades especiales tienen que rezar para que el aparato que las mantiene vivas no se quede sin electricidad. Las culpas, desde hace tiempo, se reparten. Los vecinos tienen claro que el problema está en el suministro eléctrico. La empresa que suministra, Endesa, insiste en que los culpables son algunos vecinos por engancharse de forma ilegal a la red y las administraciones ya no saben a quién señalar.

Lo único cierto es que estos días se siguen sucediendo los cortes de luz sin que nadie los esté solucionando. Al contrario, según explica el defensor del ciudadano en Granada, Manuel Martín, el pasado fin de semana “hubo familias que se quedaron sin luz durante dos días”. Él es la figura que más está luchando porque la voz de los vecinos sea escuchada ante las autoridades que puedan hacer algo. “La situación es insostenible, no pueden más”. El Defensor del pueblo andaluz critica que este problema haya pasado a ser tan habitual que ya no sea noticia. Por eso, envió un comunicado hace unos días en el que incidía en el drama que viven los 20.000 habitantes de la Zona Norte con los cortes de luz: “Padecen una doble crisis”.

“Claustrofobia y ansiedad”

Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en Consejo de Ministros que ningún español vería cortado el suministro de sus servicios básicos durante esta crisis provocada por el coronavirus, en la Zona Norte les entra la risa cuando lo recuerdan. “Eso dicen, pero por aquí no se pasa nadie a comprobar lo que nos está pasando”, sostiene la presidenta de la Asociación de Vecinos del Nuevo Polígono de Cartuja, Rosario García. La mujer tiene claro que la culpa de este problema recae en Endesa porque no están poniendo medios “y si una empresa tiene un servicio que es deficiente debe arreglarlo para seguir vendiéndolo”. Para Rosario es una “vergüenza” que todos los días tengan que soportar cómo se quedan sin luz: “Me llegan testimonios de vecinos que me provocan ansiedad por las cosas que me cuentan”.

Uno de esos testimonios ocurrió el pasado fin de semana y este medio ha podido tener acceso a él: “Estamos viviendo una situación bastante dramática por todo lo que está pasando. Somos conscientes de que hay que ser responsables y estar en casa para cortar la pandemia. Esto nos causa una sensación de miedo y de pánico. Hemos tenido momentos de todo y yo, aún no siendo una persona de las más mayores, tengo una ansiodepresión medicada y estoy sola. Gano dinero con lo que puedo y ahora mismo he decidido quedarme en casa para no poner en riesgo a nadie, por lo que no gano nada. Y a todo este problema se le suma que estamos sufriendo cortes de luz y yo le pediría a cualquier persona que se meta en su casa, cierre los ojos y se tire así media hora. Que vea que no puede encender la luz ni salir a la calle. Te provoca claustrofobia y ansiedad. No puedes respirar. Se te junta la indignación, la tristeza. Y a todo esto ves que te estás enfermando psicológicamente. Que empeoras en tu estado de ánimo y en esa sensación de tristeza. Solo te queda pasarlo encerrado entre cuatro paredes como un ratoncito asustado. No nos escucha nadie y si nos escucha, hay cosas más importantes”.

Enganches ilegales

El foco del asunto se suele poner en los enganches de luz ilegales que hay repartidos por la zona. Los propios vecinos reconocen que existe un problema en ello, pero piden que no paguen justos por pecadores. “Nosotros pagamos nuestro recibo de la luz y Endesa lo cobra, y no paramos de sufrir cortes”, se lamenta Rosario García. Los citados enganches se utilizan para dar electricidad a viviendas que no pagan por el servicio y a otras que tienen plantaciones de marihuana en su interior. Una cuestión que añade más leña al fuego con la presencia de droga y menudeo por la zona, lo que le da la mala imagen que los vecinos piden que deje de ser norma. “El 90% de los que vivimos aquí somos personas normales”, recuerda García.

Endesa es la empresa a la que los ciudadanos sitúan como la culpable porque no renueva sus instalaciones y no cumple con lo que promete. Llevan meses reivindicando la instalación de nuevos transformadores, pero algunos aún están por construir. “No creemos que en estos días venga nadie a ponerlos”. Sin embargo, la entidad defiende su gestión y considera que la responsabilidad de esta situación es de los enganches ilegales. Fuentes de Endesa sostienen que lo que tienen que hacer muchos vecinos es “darse de alta en el servicio, porque a veces nos llegan reclamaciones de calles en las que solo hay dos que lo tienen contratado”.

La compañía eléctrica asegura que desde el año pasado se han llevado a cabo actuaciones para mejorar la potencia, cambiar el cableado y renovar las instalaciones. Con una inversión de 3 millones de euros, Endesa señala que con esos arreglos las incidencias han descendido un 50%. Y que paralelamente el número de contratos ha bajado en un 48%. “Además de las actuaciones que está llevando a cabo, Endesa mantiene contacto continuo con todas las entidades involucradas con el fin de trabajar en una solución definitiva a la problemática de los enganches ilegales, ya que el 78% de la energía que se consume en la Zona Norte procede de enganches ilegales”.

¿Y las administraciones?

Para la eléctrica, lo que ocurre en este lugar de Granada capital escapa de su ámbito de actuación si existen enganches ilegales y la mayoría de los vecinos no pagan por el servicio. Dos afirmaciones que enfadan en la Zona Norte porque “tienen que explicar cómo es posible que también se vaya la luz en los centros de salud, en los centros infantiles o en los colegios”. Los lugareños claman ante las administraciones porque cada una “va pasando la responsabilidad a otra”, según la presidenta vecinal, Rosario García.

El Ayuntamiento de Granada hace tiempo que no parece haber dejado de intentar tener la llave para arreglar el problema. Los diferentes equipos de Gobierno no han logrado ponerle solución y solo durante el anterior mandato del PSOE, su concejal de servicios sociales, Jemina Sánchez, llevó a cabo más presiones desde el Consistorio a Endesa para que arreglase su servicio y dejara de estigmatizar a los vecinos. Ahora, con la Alcaldía de Ciudadanos y Partido Popular, Rosario García explica que “el alcalde (Luis Salvador) vino hace dos meses y nos dijo que todo iba a estar arreglado, pero no se ha hecho nada. Yo le escribo todos los días a su secretaria y no se hace nada”.

Como el foco se sitúa en los enganches ilegales, este medio ha preguntado al Ayuntamiento si tiene previsto algún plan para mejorar la vigilancia del lugar dado que el suministro depende de Endesa. Desde el Consistorio se limitan a apuntar a la Subdelegación del Gobierno como la autoridad competente en ese área. Y desde esta señalan que la Policía Nacional sigue investigando y que no se ha dejado de trabajar en ello. “En la última mesa de sobre cortes de luz celebrada en la Subdelegación se informó de que solo el 6% de los desenganches realizados por la policía tenían que ver con la marihuana”. Ese asunto, la mejora de la infraestructura anunciada por Endesa y la auditoría que anuncia la Junta de Andalucía que hará sobre el problema, se debatirán en las próximas semanas en una reunión entre estas administraciones. Pero hasta entonces, los vecinos seguirán encerrados en una cárcel sin luz. Literalmente.

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