La construcción de un nuevo sistema de regadío amenaza un entorno natural protegido de la Costa Tropical de Granada

Álvaro López

15 de octubre de 2021 20:07 h

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La Vega de Motril se enfrenta a un cambio que puede modificar su fisonomía para siempre. Un proyecto de la Comunidad de Regantes motrileña pretende que el tradicional sistema de regadíos que utilizan los agricultores de la zona, pase a ser totalmente distinto. Con el pretexto de “modernizarlo”, ha solicitado a la Consejería de Agricultura que tramite la Autorización Ambiental Unificada (AAU) que necesitan para llevarlo a cabo. Sin embargo, se han encontrado con la oposición de la Asociación Buxus que ya ha presentado alegaciones para evitar que la infraestructura llegue a construirse ya que, entre otras cuestiones, afecta a la Charca Suárez, un entorno natural protegido declarado Reserva Natural Concertada e incluido en el Inventario Andaluz de Humedales. La Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía las está estudiando.

El denominado “Proyecto de mejora y modernización de la Comunidad de Regantes de Motril. T.T.M.M. Motril y Torrenueva Costa” es un tema que no es nuevo y que hace tiempo que preocupa en la Costa Tropical de Granada porque hay visiones encontradas al respecto. Por una parte, quienes defienden la necesidad de mejorar estas canalizaciones para regar las tierras agrícolas ante las amenazas de perder parte del caudal de agua que reciben y por otra, aquellos que tienen dudas a diferentes niveles. La Asociación Buxus alerta de las consecuencias medioambientales y patrimoniales que puede tener y algunos regantes dudan de que sea necesario hacer una inversión que, según algunas fuentes de la propia Comunidad, ronda los 24 millones de euros.

La Vega puede estar en peligro

A nivel patrimonial y medioambiental, Buxus es tajante porque el sistema de regadío actual por acequias filtrantes, que abastece a casi 2000 hectáreas de tierras agrícolas pasaría a ser, si el proyecto sale adelante, un entubado con una disminución “drástica” de la infiltración. En otras palabras, pondría en peligro una infraestructura de más de 200 kilómetros que data de época de los árabes. “La red de acequias de la Vega de Motril constituye uno de los patrimonios culturales y ambientales más importantes del municipio. No puede entenderse Motril ni su historia sin sus acequias que regaron la vega y abastecieron a la ciudad”.

Por otra parte, constituye un peligro para la biodiversidad de la zona, según esta asociación. La actual red de acequias “ofrece áreas óptimas para la reproducción, alimentación y refugio de una comunidad faunística altamente diversificada (anfibios, reptiles, diversos grupos de aves, mustélidos, micromamíferos, ictiofauna) que los utiliza además como corredores de biodiversidad”. Además, “las acequias contribuyen a crear un paisaje único por la presencia continua de vegetación y de agua, apoyado en muchas ocasiones en caminos asociados que constituyen espacios de uso y disfrute para los ciudadanos, de una gran belleza, también de incidencia turística”.

En el escrito de alegaciones presentado, y al que ha tenido acceso elDiario.es Andalucía, la Asociación Buxus sostiene que la Comunidad de Regantes de Motril no ha tenido en cuenta ninguna de esas afecciones. Tampoco las que afectan al acuífero de Motril-Salobreña que tiene una superficie de 50 kilómetros cuadrados y que, en parte, se nutre de agua por este sistema de acequias históricas. Su situación actual es comprometida porque ha perdido agua por el desarrollo de la zona. “En los últimos años, la construcción de las presas de Rules y Béznar así como el proceso urbanizador que ha afectado a este espacio, han producido que las recargas procedentes de la lluvia y el río disminuyan drásticamente, por lo que el cese de la aportación procedente del regadío puede suponer un impacto definitivo no evaluado en el proyecto”.

Un entorno natural protegido

En todo caso, uno de los asuntos que más preocupan a esta asociación tiene que ver con la denominada Charca Suárez. Se trata de un espacio natural protegido declarado Reserva Natural Concertada e incluido en el Inventario Andaluz de Humedales. “En ella están presentes y se reproducen más de 200 especies de vertebrados con diferentes niveles de protección. Algunas de ellas catalogadas como «en peligro de extinción» en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero) y en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas (Decreto 23/2012, de 14 de febrero), entre ellas la focha moruna o el fartet”.

Este lugar es el resultado del agua sobrante de los regadíos de las acequias, por lo que, si desaparecen, la charca se podría secar. “Un reciente estudio ha puesto de manifiesto el diferente comportamiento de cada una de las lagunas con relación a las aportaciones superficiales y subterráneas, así como su complejo funcionamiento hidrogeológico que determina que se comporten como barrera de infiltración en su parte sur mientras que reciben alimentación subterránea en su zona norte. De acuerdo con este estudio, el actual funcionamiento de las lagunas de la Charca de Suárez permite la función de contención en la intrusión salina gracias a la alimentación que reciben por la infiltración desde la zona más septentrional”. De ahí su importancia.

Un problema económico

Pero no solo se han pronunciado en contra desde la Asociación Buxus, sino también algunos representantes de la Comunidad de Regantes de Motril. Dolores Collantes es una de esas personas que no termina de ver viable este proyecto. “Lo están promoviendo los responsables (junta de Gobierno) de la Comunidad de Regantes, algunos de ellos son empresarios muy potentes”, dice. La agricultora entiende que esta modernización del riego no es necesario en estos momentos y menos por el precio que habría que invertir y que ronda los 24 millones de euros, según algunas fuentes de la Comunidad.

“Están persiguiendo unos objetivos económicos que al propietario normal no le sirven para nada”. Entre otros motivos, asegura, porque como la inversión que hace falta para remodelar las canalizaciones es tan elevada, van a tener que pagar mucho dinero cada año como si estuvieran hipotecados. “Aquí se está fraguando una estafa en toda regla. Ellos van de puntillas a ver si se entera el menor número de propietarios”. Directa, Dolores asegura que los que lo están promoviendo tienen “negocios y tratan de beneficiarse de una forma u otra”.

Además, cuenta que se hizo un proyecto similar en la otra comunidad de regantes motrileña, en la que ella también participa, y el dinero que se utilizó fue una carga mucho menor para los agricultores. “En la otra comunidad de regantes se ha hecho bien, pero aquí nos quieren hacer pagar mucho más de lo razonable. La mayoría de los propietarios son pequeños y no tienen fuerza”. No duda de que el interés que esconde este proyecto no es otro que el de beneficiar, casi en exclusiva, “a las grandes empresas para que puedan producir más”.

Por otra parte, como muchos propietarios son pequeños regantes que apenas tienen tiempo para estudiar estos temas, en las asambleas en las que están negociando el asunto, apenas están presentes. “Se han inventado los votos delegados para que solo participen unos cuantos en las decisiones. Muchos no sabrán ni para qué han delegado los votos. Están engañando a los pequeños propietarios diciéndoles que algún día les faltará riego, cuando es imposible que eso suceda en Motril. Como se están ampliando las zonas urbanizables, cada vez hay menos agrícola y por lo tanto no faltará el agua”, sentencia Dolores.

“No se trata de hacer las cosas unilateralmente”

Este medio se ha puesto en contacto con la Comunidad de Regantes de Motril para conocer su punto de vista sobre estas acusaciones. Fuentes de la misma sostienen que el proyecto es necesario porque lo que hay ya no es óptimo. “Se ha quedado obsoleto en muy poco tiempo. La dotación de agua actual se va a revisar y si no hay nada raro, la previsión es que nos la bajen de forma drástica”. No obstante, dicen que “se están dando todos los pasos, pero no hay nada definitivo”. Solo la Autorización Ambiental Unificada puede tardar un año en resolverse y no creen que a corto plazo pueda haber nada concreto.

Además, están esperando poder obtener subvenciones de parte de la Junta de Andalucía que haga que tengan que invertir menos para la construcción de este nuevo entubado. Prefieren no pronunciarse directamente sobre las dudas de algunos regantes y de la Asociación Buxus y se limitan a decir que se están llevando a cabo todos los trámites necesarios, pero que en todo caso “no se trata de hacer las cosas unilateralmente”. Eso sí, sobre la Charca Suárez aseguran que no corre peligro. “Nosotros siempre hemos tenido claro que no tiene que faltarle agua”.

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