El director del Parque de las Ciencias en el foco tras cesar al fundador y recibir una denuncia por acoso laboral

El Parque de las Ciencias de Granada, que en unos meses celebrará su 30 aniversario, está en el centro de la polémica por la actuación de su director, Luis Alcalá. El máximo responsable de esta institución, que se dedica a divulgar la ciencia y el conocimiento para todas las edades, que lleva en el cargo desde 2021 y se marchará este mismo año, está cerrando su etapa como gerente señalado por acosar laboralmente al menos a una trabajadora y cesar, a través de burofax y sin aviso previo, al ideológo del proyecto, Ernesto Páramo, y a dos asesores más que ni siquiera cobraban por sus labores.

Aunque todo ha ocurrido en apenas un mes, lo cierto es que el clima de tensión en el Parque de las Ciencias es creciente en los últimos años. Este medio ha podido conversar en más de una ocasión con diferentes trabajadores que, anónimamente por temor a represalias, afirman que la gestión de la actual gerencia está mermando no sólo a la propia institución, sino a su situación laboral. El director, en declaraciones a elDiario.es Andalucía, minimiza la denuncia y justicia los ceses como un “cambio de etapa” que se producirá tras su marcha, al tiempo que enmarca la polémica en una campaña de “desinformación”. Mientras, la Junta de Andalucía, que gestiona el parque a través del Consejo Rector, guarda silencio.

No obstante, hay dos hechos que señalan directamente a Luis Alcalá. Por un lado, una denuncia ante la Fiscalía por acoso laboral y por otro el cese de Páramo y dos asesores con una amplia trayectoria tanto en el Parque de las Ciencias como en la divulgación científica. Dos decisiones que han generado un profundo malestar entre parte del personal del museo, que denuncia una creciente precarización laboral y un deterioro en la gestión de la institución.

La demanda laboral, a la que ha tenido acceso este medio, señala al gerente por presunto acoso laboral, prevaricación y coacciones. Según la denunciante, el director ha mantenido abierto un expediente disciplinario contra ella a pesar de que los hechos que se le imputaban ocurrieron hace más de tres años y que un informe jurídico previo de la Junta de Andalucía ya desaconsejó cualquier acción contra ella.

“El denunciado mantiene abierto -sine die- el expediente disciplinario, sin archivarlo por caducidad, como correspondería a una correcta tramitación”, señala la denuncia. En la misma, también recuerdan los letrados que se le ha exigido la devolución de 2.293 euros “a sabiendas de que la reclamación es improcedente” y que se le ha impedido recurrir internamente el expediente. La trabajadora, que actualmente se encuentra de baja por depresión, sostiene que esta situación ha supuesto “una presión psicológica insostenible”.

Luis Alcalá, por su parte, minimiza los hechos que se denuncian. En declaraciones a este medio, asegura que la sanción impuesta se debe a “una notificación de la Seguridad Social sobre una discrepancia en las bases de cotización” y que la trabajadora pidió la baja “inmediatamente después del inicio del expediente disciplinario”. Según Alcalá, “no ha habido ningún encontronazo con los trabajadores” y apunta a la carta firmada por 40 empleados del Parque en la que se defiende que “se trabaja sin miedo y con mejores condiciones laborales que nunca”.

El fundador, cesado por burofax

Pero no es lo único que pone en el foco al gerente del Parque. El pasado 7 de enero, Ernesto Páramo, fundador del Parque de las Ciencias y exdirector del centro, recibió un burofax notificando su cese como asesor de la institución, junto a otros dos asesores. Páramo, que desempeñaba este cargo de manera honorífica y sin remuneración, considera que su destitución como “un acto de torpeza absoluta” y ha presentado un recurso contra la decisión, que considera ilegal.

Una destitución que ha provocado el rechazo de partidos políticos como el PSOE y de colectivos civiles que piden el reingreso de Páramo. “Nos han cesado sin debate, sin notificación previa y sin que el Consejo Rector votara expresamente sobre ello”, afirma Páramo en declaraciones a este medio. Según el fundador, su cese forma parte de una “purga” dentro del Parque y acusa a la dirección de estar alineada con los intereses de la Junta de Andalucía, que controla el Consejo Rector.

Según el gerente, las destituciones están justificadas. Luis Alcalá defiende que “los ceses de asesores son habituales cuando hay cambios de ciclo” y que el burofax “es un medio de comunicación fehaciente y habitual en la administración pública”. Páramo cree que su expulsión no tiene más explicación que un interés del Gobierno andaluz de acallar las voces críticas con su gestión. “Nosotros no sólo no cobramos, sino que hemos llegado a poner dinero de nuestro bolsillo para representa al Parque”.

Además, el cese de Páramo y la denuncia contra Alcalá se producen en un clima tenso dentro de la plantilla de trabajadores. Según las fuentes consultadas, hay una división más que patente entre los que se alinean con el gerente Luis Alcalá y quienes dicen estar sufriendo su mala gestión. Algunos trabajadores, en declaraciones a este medio de forma anónima por temor a represelias, afirman que están siendo víctimas de decisiones arbitrarias sobre todo con las empresas externas que explotan algunas zonas del Parque como el mariposario o las aves rapaces: “Las licitaciones se adjudican a la baja, lo que impide pagar sueldos dignos a los trabajadores”.

Esta precarización hace que haya divulgadores científicos con formación universitaria cobrando “el salario mínimo”. A esto se suma la decisión de la dirección de no habilitar el antiguo parking del centro para el personal, obligándolos a pagar 1,5 euros diarios en un aparcamiento público o a usar transporte público. “Nos dicen que vengamos en autobús mientras seguimos cobrando el salario mínimo”, denuncia una trabajadora.

El director del Parque niega que haya malestar en la plantilla y se remite a la “carta abierta a la ciudadanía” firmada por 40 trabajadores el pasado 24 de enero, en la que se asegura que el Parque “funciona con normalidad” y se critica la “instrumentalización y manipulación” de la situación. Sin embargo, otras fuentes internas aseguran que esa carta fue promovida por “cargos intermedios cercanos a la dirección” y que ha generado malestar entre parte de la plantilla, que se desvincula de su contenido.

La Junta de Andalucía, que gestiona el Parque a través del Consejo Rector, ha evitado pronunciarse sobre la crisis interna y sobre las dudas que pesan sobre la figura de Luis Alcalá. Mientras tanto, la institución sigue sumida en un conflicto que pone en duda su propia gestión y, por lo tanto, su futuro.