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La Escuela Andaluza de Salud Pública pide a la Junta que aclare si está en peligro su sede, los puestos de trabajo y su prestigio internacional

El consejero de Salud, Jesús Aguirre, quiere copiar el modelo del Instituto de Salud Carlos III

Álvaro López

Granada —
24 de mayo de 2021 21:00 h

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La Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) se fusionará con el futuro Instituto de Salud de Andalucía (ISA). Así lo ha decidido la Junta que ha anunciado la tramitación del anteproyecto de ley con el que quiere reorganizar “el sector instrumental” de la Consejería de Salud. Si el proceso concluye con éxito, la Secretaría General de I+D+i de Salud y Familias, la Fundación Progreso y Salud y la Escuela Andaluza de Salud Pública se integrarán en el IAS y dejarán de ser entidades independientes. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, quiere así copiar el modelo del Instituto de Salud Carlos III. Una cuestión que desde la EASP se mira con recelo desde hace meses.

El futuro de la escuela lleva dos años en entredicho después de que la Junta de Andalucía ya intentara cerrarla en el invierno de 2020 y tratara de repetir lo mismo a principios de este año. Profesionales de la EASP y el comité de empresa han tratado por todos los medios de frenar esa hoja de ruta del Ejecutivo andaluz preocupados porque los planes pudieran acabar con más de 30 años de trabajo. De hecho, en diciembre la Junta encargó una auditoría privada, cuya imparcialidad los trabajadores han puesto en duda, y que recomendaba estudiar la viabilidad y el futuro de la EASP.

Convencidos de que la escuela tiene un prestigio ganado a pulso, también a nivel internacional, desde el seno de la institución se le ha solicitado a la Consejería de Salud que reconsidere su postura y permita a la EASP seguir su camino. En ese sentido, el respaldo ha sido tal que incluso la Federación Mundial de Asociaciones de Salud Pública remitió una carta al consejero, Jesús Aguirre, y al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, alertando de las nefastas consecuencias que podría tener para el sector sanitario y de investigación un posible cierre de la institución que tiene sede en Granada.

Sin embargo, el margen de maniobra se ha estrechado tanto como lo indica el anuncio del Gobierno andaluz. El Instituto de Salud de Andalucía albergará a la EASP lo que implica “la cesión e integración global, en unidad de acto, de todo el activo y el pasivo de la Fundación y de la Escuela, con sucesión universal de derechos y obligaciones, así como la subrogación del personal de acuerdo con los procedimientos establecidos al efecto”, según informa Salud. Al mismo tiempo, desde la Consejería se asegura que la sede permanecerá “íntegramente” en Granada, aunque el comité de empresa de la EASP no acaba de verlo claro.

Sede, empleos y prestigio

Desde la institución piden a la Junta de Andalucía que aclare varios aspectos que consideran que son esenciales. Empezando por su emplazamiento, fuentes de la EASP dicen que “no se hace referencia a una sede institucional de Granada. Solo se detalla una única sede en Sevilla con ”un centro“ en Granada”. Esta es una de las principales polémicas que se ha generado alrededor de esta institución por los planes de la Consejería de Salud. La EASP defiende su independencia de Sevilla como institución nacida y desarrollada en la ciudad de la Alhambra y pretende que siga siendo así. Un aspecto en el que está respaldada por la Universidad de Granada y algunos partidos políticos.

La otra cuestión que preocupa al comité de empresa de la EASP tiene que ver con el personal que trabaja en ella. “No se aseguran los puestos de trabajo más allá de la fusión”. Tampoco, dicen, se detallan los mecanismos que se van a seguir para incorporar a los empleados al futuro Instituto de Salud de Andalucía. En la escuela están analizando el texto que recoge el anteproyecto de ley para entender este punto y todo lo que la Junta quiere hacer con esta institución. Eso sí, el comité de empresa admite que el Gobierno andaluz sí parece respetar las funciones y finalidades de la EASP, aunque deja más dudas en el aire.

Una de las que más preocupa es la que tiene que ver con el prestigio que este organismo se ha labrado durante más de 30 años a nivel internacional. Siendo una escuela de formadores y un lugar para la investigación sanitaria, los profesionales de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) quieren que se respeten los acuerdos que permiten cooperar con instituciones de todo el mundo: “No se hace referencia alguna a la protección de los convenios que hay firmados hasta la fecha. En la actualidad la EASP tiene establecidos más de 70 convenios de colaboración, incluido el convenio como Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ostenta desde 2013, y vigente para el periodo 2017-2022”.

Un paso más allá

Además de todo eso, el comité de empresa de la institución granadina pide que, si se llega a crear el ISA, debería haber otra sede física en Granada, más allá de la propia EASP. “Al igual que se ha hecho con la Agencia Digital de Andalucía, que tendrá dos sedes institucionales en las ciudades de Málaga y Sevilla”. Al mismo tiempo, solicitan a la Consejería de Salud que el texto del proyecto que acabe redactándose sea fruto del consenso y que blinde los puestos de trabajo “sin ambigüedades ni incertidumbres”. Algo que está en el aire por los acontecimientos que han tenido lugar en las últimas semanas.

Fuentes de la EASP explican a eldiario.es Andalucía que se han producido varios ceses de profesores que no están de acuerdo con la dirección de la gerente, Blanca Fernández Capel. La regidora, histórica diputada del Partido Popular en el Congreso, ha cesado de sus funciones a Joan Carles March, Emilio Sánchez-Cantalejo y José Ignacio Oleaga. Los tres participaron en una charla en la que se debatió sobre el futuro de la institución, lo que enfadó a la directora de la escuela, que ha acabado cesándoles, según las fuentes consultadas. Además, esas mismas voces dicen que el acuerdo que ha dado pie al anteproyecto de ley se ha fraguado a través de una comisión en la que se ha impuesto la “ley del silencio” con el fin de que ningún profesional de la EASP pudiera filtrar o dar su opinión sobre los planes de la Junta.

Este medio se ha puesto en contacto con la Consejería de Salud para aclarar ese aspecto y desde la institución pública dicen que no ha habido opacidad en el proceso porque “se han mantenido reuniones desde el año pasado”. De hecho, dicen, ha habido tres. Sin embargo, sobre las dudas de la EASP acerca de la sede, los puestos de trabajo y el prestigio internacional, no ha habido respuesta por parte de la Junta.

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