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Sierra Nevada atraviesa la tercera peor temporada de nevadas del siglo XXI

La falta de nieve hace que se aprecien laderas que no se observan habitualmente durante el invierno

Álvaro López

Granada —

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La sequía que vive España desde hace meses empieza a notarse en muchos lugares. Aunque el indicador que más se suele medir para observar cómo está la situación meteorológica en cuanto a lluvias es el nivel de agua que hay en los pantanos, la nieve que se acumula en las estaciones de esquí es otro buen indicativo. Actualmente, la media de agua embalsada en España está en el 44%, lo que son 13 puntos menos que hace un año y 17 menos que la media acumulada de la última década. Una situación que se refleja en montañas como Sierra Nevada. La estación de esquí granadina vive su tercera peor temporada de nevadas de lo que llevamos de siglo.

Los datos que recoge la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) son claros al respecto: no nevaba tan poco a estas alturas del invierno desde el año 2016. Aunque no existe un registro de la nieve que cae como tal, se utiliza la lluvia caída como método comparativo para establecer la relación entre la nieve que hay un año con respecto a otro. Mirando esas cifras, si se suman las precipitaciones caídas en el entorno de Sierra Nevada desde el pasado noviembre y hasta el 10 de febrero, el número acumulado asciende a 80,3 mm (precipitación acumulada). Menos de la mitad que hace un año en el mismo periodo cuando la cifra era de 176,6 mm. Entre 2018 y 2020 las precipitaciones se mantuvieron estables en este lapso de tiempo en el entorno de los 140 mm.

Hay que ir hasta el año 2016 para encontrar una temporada mala de nieve en Sierra Nevada. Entonces, apenas se habían acumulado unas precipitaciones de 47,8 mm. Cifra que resulta ser la más baja de todo el siglo XXI hasta el momento. En 2005 tampoco nevó mucho porque las precipitaciones acumuladas se quedaron en 58,7 mm. Sin embargo, aunque este curso invernal ha caído más lluvia y por lo tanto más nieve que entonces, ya se ha colocado como el tercer peor registro desde el año 2001. Un dato preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que el pronóstico del tiempo no augura grandes periodos de precipitaciones en lo que queda de invierno. Si bien es cierto que Sierra Nevada suele ser de las últimas en clausurar la temporada entre finales de abril y principios de mayo, este año podría no ser el propicio para alargar el periodo invernal hasta entonces.

Aunque no hay datos tan precisos sobre la nieve caída en Sierra Nevada en los años 90, sí que la falta de nevadas recuerda inmediatamente a 1995. Entonces, la estación de esquí granadina iba a ser la sede de los mundiales de invierno y la falta de precipitaciones lo impidió hasta 1996. España atravesaba la peor sequía del siglo XX y Sierra Nevada no fue la excepción. No nevó prácticamente nada y aquel panorama obligó a la instalación de cañones para la producción de nieve artificial que han ido perfeccionándose e incrementando su número para que no se vuelva a vivir algo similar. Aunque la falta de precipitaciones actual no se parece en nada a 1995, porque entonces prácticamente no nevó, lo cierto es que la estación de esquí ha tenido que hacer uso de la nieve artificial para mantener sus instalaciones a pleno rendimiento.

Preocupación moderada

“A pesar de las pocas precipitaciones, Sierra Nevada ha logrado configurar y mantener hasta la fecha un dominio esquiable lo suficientemente atractivo como para alcanzar datos de afluencia y facturación similares a los registrados antes de la pandemia”, afirman fuentes de Cetursa, la empresa pública que gestiona la montaña granadina. “En la vida de una estación de esquí existen temporadas de todo tipo desde el punto de vista meteorológico. En la actual se está registrado una primera mitad especialmente seca. No es lo deseable, pero Sierra Nevada, y la gran mayoría de las estaciones, se está dotando, de la mano de la industria del esquí, de la tecnología suficiente para minimizar los efectos de un periodo de sequía”. En cifras, la estación granadina cuenta con 364 cañones de nieve artificial (más de 200 instalados en las tres últimas temporadas) lo que permite que haya 44 pistas de nieve producida y un total de 35 kilómetros de zonas innivadas.

“La fuerte inversión en la renovación del sistema de nieve producida, ahora más eficaz y eficiente desde el punto de vista energético, ha dado unos frutos especialmente visibles esta temporada. Aún queda más de la mitad de la campaña invernal y puede pasar de todo”, afirman con optimismo fuentes de Cetursa. No obstante, los indicadores meteorológicos no son halagüeños y España está dentro de un periodo de falta de precipitaciones. Según Carlos Puentes, meteorólogo, nuestro país se encuentra en “sequía” porque “desde noviembre solo ha habido un episodio de lluvias reseñable”. A su juicio, esta situación recuerda en parte a los problemas de 1995 cuando se suspendieron los mundiales de invierno en Sierra Nevada.

Con respecto a los motivos por los que España atraviesa una sequía, Puentes dice que “ahora mismo es imposible relacionarlo directamente con el cambio climático, sequías a este nivel aquí son periódicas”. Sin embargo, “sí entra dentro de los escenarios previstos de cambio climático, un aumento de la frecuencia y gravedad”.

Una realidad que preocupa a los negocios de Sierra Nevada que viven sobre todo de la temporada de esquí. “Lo cierto es que no cae una gota desde hace un mes. Esperemos que cambie en marzo”, dice Enrique de la Higuera, presidente de los empresarios de la montaña granadina. A pesar de eso, como hace Cetursa, tira de optimismo: “La ocupación es muy buena. Se mantienen 55 kilómetros esquiables”. Eso sí, con una mirada puesta en lo que viene. “Si en marzo siguiera igual y subieran las temperaturas empezaríamos a preocuparnos más”.

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