El médico de urgencias Jesús Candel, alias Spiriman, ha logrado convocar este domingo a miles de personas en Granada con una protesta heterogénea a favor de una sanidad pública digna y contra la “corrupción sanitaria, política y judicial”. Como en octubre de 2016, aunque con menor poder de convocatoria (entonces congregó a 50.000 personas frente a las 6.500 que se han manifestado este domingo, según la Policía), el galeno ha impulsado la primera gran movilización granadina desde que el nuevo Gobierno andaluz de Partido Popular y Ciudadanos se estrenó hace diez meses.
La manifestación, que ha comenzado más tarde de las 12 del mediodía previstas, ha colapsado buena parte del centro de Granada durante más de dos horas. Si bien ha comenzado algo tímida en su inicio frente al Hospital Virgen de las Nieves, a la marcha se han ido uniendo decenas de personas que han acabado coreando al unísono que “sin justicia no hay sanidad”. Según la Policía Nacional, el total de manifestantes ha rondado los 6.500, según los organizadores ha superado los 10.000.
Justicia por algo más que la sanidad
El poder de convocatoria de Spiriman ha perdido fuelle después de más de dos años y medio sin llevar a cabo ninguna movilización. Sin embargo, la protesta de este domingo ha sido multitudinaria. Además, la manifestación ha servido para poner de relieve a su asociación, 'Justicia por la Sanidad', que es desde la que se están cursando denuncias contra la Junta de Andalucía por supuesta corrupción política y sanitaria. De hecho, dicha organización nació con ese objetivo durante el anterior mandato socialista de Susana Díaz.
Precisamente aquellas denuncias fueron utilizadas por Partido Popular y Ciudadanos, hoy en el poder, para cargar contra el anterior Gobierno andaluz. Sin embargo, en esta ocasión también se han podido ver y escuchar consignas contra la nueva Administración del bipartito. Algunas pancartas han pedido la dimisión del consejero de Sanidad, Jesús Aguirre, muy cuestionado por su gestión de la crisis de la listeriosis. La Junta de Andalucía es la administración competente en materia sanitaria, aunque no ha sido el principal objeto de las protestas. La movilización ha señalado también al Ministerio de Sanidad y ha escenificado una denuncia más genérica que las de antaño.
Los ciudadanos han vuelto a reclamar una sanidad pública digna. La misma que hoy sigue cerrando camas o mantiene un hospital como el antiguo Clínico de Granada completamente en desuso. Si hace tres años la movilización sanitaria granadina pedía acabar con la fusión hospitalaria y mejorar en muchos ámbitos, aquella indignación ha seguido siendo patente hoy. Así, con el convencimiento de que aquellas movilizaciones contra el gobierno de Susana Díaz acabaron pasándole factura electoralmente, Spiriman y los suyos mantienen similares reivindicaciones a las de entonces.
Una movilización ambiciosa
El otro gran cambio que se ha producido con esta manifestación es que las quejas ya no se centran solo en Andalucía. El médico de urgencias anunció hace algunas semanas que encabezaría una plataforma constituyente para crear una nueva Carta Magna y movilizar a sus seguidores en favor del voto nulo contra la actual partidocracia “podrida”, según sus palabras.
Con esa idea también han salido a la calle los manifestantes. Cargando incluso en sus pancartas contra los jueces, la libertad de expresión, la prensa y sobre todo la política. Probablemente por ello tampoco se han visto políticos empotrados tras las pancartas, como sí llegó a haber hace tres años de todos los colores a excepción del PSOE. Argumentando que “no lo hacemos por nosotros, sino por el futuro”, los movilizados han comprado el argumento de Spiriman de que “tenemos un sistema corrupto que hay que cambiar”. Un cambio que solo entienden a través del voto nulo de cara al próximo 10 de noviembre, fecha en que tendrán lugar las elecciones generales.
El objetivo, ambicioso sin duda, ha contado con el respaldo de manifestantes llegados desde varios rincones de España, sobre todo de Andalucía. De hecho, la organización ha llegado a fletar autobuses desde ciudades como Sevilla, Málaga o Jaén y ha convocado movilizaciones en Zaragoza o Ibiza. Con todo, más allá de las reclamaciones vistas tras las pancartas, la cita también ha tomado cierto carácter de plebiscito contra las instituciones para que Spiriman mida su fuerza y pueda seguir afirmando que tiene poder de convocatoria.