Torres Hurtado vs Sebastián Pérez: compañeros de partido y enemigos políticos
Hubo un tiempo en el que Sebastián Pérez, presidente del Partido Popular en Granada desde 2004 y José Torres Hurtado, alcalde de la capital granadina desde 2003, fueron equipo. Ya no. Su relación es distinta a la que hace años mostraban ante los medios. Y ahora, después de que Torres Hurtado haya caído en desgracia incluso dentro de su partido tras ser detenido en el marco de la ‘Operación Nazarí’ por supuesta corrupción urbanística, Sebastián Pérez es, de momento, el mejor colocado para acceder al sillón de mando del Ayuntamiento de Granada. El que espera mientras el alcalde dimite o le hacen dimitir desde el propio Partido Popular.
Hace un año, Sebastián Pérez supo apartarse de la Diputación de Granada que presidía, ante el desgaste del PP a nivel nacional que adelantaba la derrota electoral que acabó produciéndose, y prefirió dejar de lado la institución provincial. Volvió a repetir candidatura por Granada al Senado (como en 2008 y 2011) y obtuvo de nuevo su sillón en Madrid. Al mismo tiempo, volvió al Ayuntamiento de Granada como primer teniente de alcalde y primer candidato a sustituir a Torres Hurtado cuando llegase el momento. Un hecho que ya en la campaña municipal parecía inminente.
Es más, el cambio estuvo a punto de producirse el año pasado merced al acuerdo de investidura alcanzado entre PP y Ciudadanos. En él se incluía como condición por parte de la formación naranja que Torres Hurtado acabara apartándose gradualmente de la alcaldía delegándola en Sebastián Pérez. Una situación que ponía de relieve lo que meses antes ya se había empezado a hablar: el evidente deseo de Pérez por ser alcalde de Granada. Y algo que puede suceder definitivamente después de que el portavoz de Ciudadanos en el Parlamento de Andalucía, Juan Marín, haya abierto la puerta a que su partido apoye a un sustituto de Torres Hurtado si éste deja la alcaldía merced al citado acuerdo de investidura.
Desde hace tiempo casi nunca se les ve juntos en actos públicos y, aunque miden sus declaraciones en los medios, a nadie se le escapa que ambos se saben enemigos políticos a pesar de formar parte del mismo partido. Ya en 2014, el propio Torres Hurtado salía al paso de los deseos de Sebastián Pérez evidenciando la rivalidad interna. Fue cuando aseguró en Granada Hoy que “si tiene muchas ganas de ser alcalde, que espere” añadiendo que “quien lo pone en las listas municipales cuando era un chavalillo fui yo”.
Pocas semanas después de aquello, en junio, el alcalde sufrió un ictus por el que Pérez decidió apartarle de la alcaldía durante algunos meses mientras el edil se recuperaba, como era lógico desde el punto de vista de la salud del edil. Aquella decisión reactivó la disputa de ambos por el mismo sillón en el Consistorio granadino. Pero incluso la ministra Ana Pastor, tras una reunión con los dos por las obras del AVE a Granada, pidió ante los medios que los dos llegaran a un “acuerdo institucional”, haciendo patente el desencuentro entre ambos.
¿Responsabilidad política de Sebastián Pérez?
¿Responsabilidad política de Sebastián Pérez?
Pero mientras Ciudadanos arremete contra Torres Hurtado de nuevo pero no descarta mantener el apoyo al PP con otra cabeza de cartel, las formaciones políticas de la ciudad de Granada han elevado su punto de mira más allá del propio alcalde. Miran hacia Sebastián Pérez en calidad de presidente del partido en la provincia como principal responsable político por haber permitido que todo ocurriese bajo su mandato. Podemos asegura que él es también responsable y advierten del problema de su puesto como senador, lo que le garantiza el aforamiento.
Izquierda Unida va más allá y rechaza de plano que Pérez pueda ser el alcalde que sustituya a Torres Hurtado. Según su concejal, Francisco Puentedura, lo que se precisa es una “regeneración democrática del Gobierno local”. En un sentido parecido se ha manifestado Teresa Jiménez, parlamentaria andaluza por Granada del PSOE. En declaraciones a Onda Cero, entiende que Sebastián Pérez no ha podido quedarse al margen de lo que ha sucedido en la trama urbanística. Que no ha podido estar mirando hacia otro lado todo durante el tiempo en que se cometieron los supuestos delitos. Y que, por tanto, debe caer junto a Torres Hurtado.