Todo parecía negociable menos alejar un par de días de la pantalla y de las ondas de radio a los políticos. Durante buena parte del lunes se han prolongado las negociaciones de los representante de los trabajadores de Canal Sur y la dirección para intentar que este martes y miércoles no se consumara la huelga, convocada en defensa del servicio público, después de pactar el PP y Ciudadanos con Vox un recorte en el presupuesto y la liquidación de todas las vacantes por jubilación, abocando a la cadena a una reducción de su plantilla de en torno a un tercio en un lustro. Los trabajadores habían aceptado la oferta de la dirección de defender el servicio público con guiños durante toda la programación estas dos jornadas, en lugar de una huelga al uso, pero cuando presentaron su propuesta de escaleta, sin políticos esos dos días, la negativa fue tajante.
Es más, el propio portavoz del Gobierno de la Junta, Elías Bendodo, había expresado antes de la última reunión de la tarde su rechazo a esta idea, calificando las peticiones de “inaceptables” y acusando a la plantilla de querer “dirigir la programación” con material de “la pasada legislatura”, la del PSOE, cuando esa posibilidad no figura en la propuesta que le pasaron los trabajadores a la dirección por escrito. También se ha referido al veto a los políticos. Elías Bendodo se ha mostrado contrario a que se expliquen los presupuestos de la Junta de Andalucía sin que aparezcan “los diputados” con sus manifestaciones. “Andalucía va a ser la primera comunidad autónoma en contar con unos presupuestos aprobados y el comité de huelga dice que nadie puede explicarlo. Suena a otros tiempos”, ha argumentado, obviando que pueden hacerlo los profesionales de la comunicación, más allá de las declaraciones de los políticos que llevan semanas oyéndose, e incluso dar más protagonismo a las valoraciones de los agentes sociales.
Tras este desencuentro, anticipado por el también consejero de Presidencia, Administración Local e Interior, la empresa se ha negado también a que se informe estos dos días de huelga que coinciden con la Lotería de Navidad y el debate en el Parlamento de Andalucía para aprobar los presupuestos -en los que el recorte en la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) ha sido principal precio para que el PP y Ciudadanos obtuvieran la garantía del apoyo de Vox- de los motivos de la misma. Esto ha indignado a los sindicatos que, tras la falta de acuerdo en la última reunión con varios representantes del cuadro de mando, entre los que no han estado ni el director general de la RTVA, Juan de Dios Mellado, ni su número 2, Isabel Cabrera, y ni siquiera el director de informativos, Álvaro Zancajo, emitieron un comunicado.
Servicios mínimos
El riesgo de que este martes se vaya a negro la televisión o enmudezca la radio está por ver, pero ya en febrero, durante un paro parcial en Canal Sur -en aquella ocasión exigiendo contrataciones e inversión en tecnología- ocurrió. La Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo ha resuelto unos servicios mínimos para la producción y emisión de la programación informativa relevante, en formato reducido, entendiendo por tales los boletines y diarios informativos en radio y televisión, “que permita en todo caso difundir las declaraciones o comunicaciones oficiales de interés público, con el personal estrictamente necesario para ello”. Deja fuera por tanto el especial de la Lotería de Navidad de Andalucía Directo, de este martes, la retrasmisión de dos partidos de fútbol y la realización de un especial por el 150 aniversario de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer en la radio, a los que habían accedido el pasado viernes los trabajadores “en aras de llegar a un acuerdo”.
Por ello, desde el comité de huelga entienden que la dirección prefiere arriesgarse a aceptar la programación que como alternativa habían ofrecido los trabajadores. Fuentes de la negociación han explicado que la dirección ofreció la posibilidad de dedicar la programación a la defensa del servicio público, pero “con bastantes limitaciones”: intocables los informativos y programas ya grabados como el de Juan y Medio y el de Bertín Osborne, que no podían ser objeto de ningún tipo de interrupción, y eso comenzó a torcer las negociaciones.
“La dirección pretende llevar a negro la emisión sin ni tan siquiera informar los motivos por los que ésta se verá alterada, faltándoles el respeto a todos los andaluces”, han explicado desde el comité de huelga, que pedía “un crawl [rótulo en movimiento] y cuñas en radio para que la ciudadanía sepa lo que está pasando”. Las cinco formaciones presentes en las negociaciones (CCOO, UGT, Agrupación de Trabajadores, SPA y CGT) han expresado también que “es absolutamente falso que el comité de huelga haya vetado o impuesto los contenidos de los informativos, algo que, por otro lado, se hace habitualmente desde la dirección de informativos y acólitos todos los días mientras el director general mira hacia otro lado”. Es una clara alusión a Álvaro Zancajo, cuya dimisión habían pedido semanas antes los trabajadores, con más de 500 firmas con nombre y apellidos, por “manipulación”.
En concreto, la propuesta para los informativos era: 15 minutos de información de servicio público, principalmente pandemia y todo aquello que sea de relevancia para los ciudadanos. De hecho, querían 20, pero bajaron a 15 por petición de la empresa. Pero no querían que ese cuarto de hora fuera “un altavoz para los políticos”, ni de izquierda ni de derecha, ni de gobierno ni de oposición. “Queremos trabajar libremente, al servicio de la ciudadanía, de ahí que en estas dos jornadas nuestra intención es que no salgan y reciban el mensaje de una radio televisión pública libre de injerencias políticas”, han zanjado.
Esta movilización viene apoyada por una intensa campaña en redes sociales en las que la plantilla ha conseguido el respaldo de numerosas personalidades del mundo de la cultura sobre todo en su apuesta por la defensa del servicio público frente a un estrategia de recortes por parte de la Junta de Andalucía que amenazan también a toda la industria de producción audiovisual en torno a Canal Sur con un impacto en el empleo todavía por ver.