Juanma por encima de todo: Moreno apuesta por su propia marca, arrincona la del PP y cambia el azul por el verde
En marzo de 2014, cuando aterrizó por sorpresa como presidente del PP andaluz, un desconocido Juan Manuel Moreno Bonilla convirtió en mantra la petición que hacía cada vez que conocía a alguien: “Llamadme Juanma”. Como Juanma Moreno se presentó en la cartería para las elecciones de 2018 y también en las de 2015, su primera vez, donde hasta se jugaba con el hashtag #JuanmaSí. Ahora, en 2022, concurre como presidente de la Junta de Andalucía y como un valor muy por encima de las siglas del propio partido, así que en este arranque de precampaña el mensaje apuesta sin tapujos por lo que se considera que funciona: 'Juanma presidente', sin más y sin apellidos, orillando el logo del PP en un rincón y apostando por el verde Andalucía antes que por el azul corporativo.
Nada nuevo bajo el sol, porque lo de anteponer sin disimulos la marca personal a la del partido no es precisamente revolucionario. Entre otros así lo ha hecho de manera recurrente Alberto Núñez Feijóo, aunque en Andalucía no hay que irse tan lejos porque esa es también la línea (entre otros) del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Y en la acera de enfrente tenemos el precedente de la mismísima Susana Díaz, que en sus dos últimas campañas compareció con mensajes como #YoConSusana y 'Con Susana + Andalucía'.
La estrategia de resaltar al candidato y arrinconar los símbolos del partido es por tanto más vieja que el hilo negro, lo que no lo es tanto es que se reconozca sin mayores problemas, como hizo el propio Moreno en una entrevista en Antena 3 al reconocer que “es mucho más fácil votar a Juanma Moreno que votar al PP”. No es cuestión –se apunta– ni de mesianismo ni de un exacerbado culto al líder, sino de hacer encajar con la imagen que han construido los populares andaluces de un presidente amable, centrista, moderado y hasta andalucista. De acuerdo con este relato, no es cuestión de votar al PP sino de respaldar a Moreno, que es más moderado y centrista que el propio partido. Y no diga Moreno, diga Juanma, porque en el PP le dan mucha importancia a la cuestión de los nombres como evidencia otro detalle, el de que en sus comunicados de prensa nunca se refieren al candidato socialista, Juan Espadas, como tal, sino que le quitan el nombre y lo mencionan siempre por sus dos apellidos, Espadas Cejas.
Todo este argumentario de la moderación sólo tiene un pero, que no es menor: Moreno fue el primero en pactar con Vox, y no sólo la investidura, sino también dos presupuestos y alguna que otra ley clave. De hecho, aunque se ha desmarcado de lo ocurrido en Castilla-León, de cara a las elecciones del 19 de junio en ningún momento ha cerrado la puerta a una alianza con el partido de ultraderecha, limitándose a reclamar un apoyo masivo para no tener que depender de los de Santiago Abascal. O sea, que viene a decir que mejor yo solo (“un gobierno moderado en solitario”) que mal acompañado, pero sin renunciar a que Vox sea compañero de baile llegado el caso.
Un “verde Andalucía”
Además de apostar por la marca Juanma y pasar de puntillas por las siglas del PP, los populares andaluces han desplazado el azul que es marca de su partido y han puesto en primera línea el verde aunque en un tono más oscuro, “más Andalucía”, para evitar una excesiva coincidencia con la imagen de Vox. De paso, eso le hace acercarse mucho al tono corporativo del Gobierno andaluz, reforzando una vinculación que ahora es entre PP y Junta como antes lo fue entre PSOE y Junta. El azul queda para acompañar el logo del PP, en una esquina y en un tamaño considerablemente menor que el 'Juanma presidente'.
El propio Moreno ha sido el encargado de explicar el porqué de esta campaña tan personalista, que obedece a que “parece que la figura del presidente de la Junta de Andalucía tiene la posibilidad de superar la trinchera ideológica”. ¿Qué significa eso? Pues que se confía no sólo en pescar votos en la sangría de Ciudadanos, lo que se da por hecho, sino incluso entre los “enfadados” con el PSOE, según la expresión del propio presidente andaluz.
Moreno ha llegado a reconocer en alguna ocasión que Andalucía tiene un perfil más de centroizquierda, y por eso sabe que para apuntalar la clara ventaja que le dan las encuestas tiene que crecer por el centro y adentrarse incluso más allá de los límites de la frontera socialista. Por eso, y para no manchar su inmaculado traje de centrista, no está cargando en primera persona ni contra el PSOE andaluz ni contra su candidato, Juan Espadas, sino que apunta a una pieza más alta: Pedro Sánchez. En línea con lo que ya hizo Isabel Díaz Ayuso en Madrid, el enemigo principal está en La Moncloa, el PSOE 'malo' (en confrontación por ejemplo con el de Felipe González) que se apoya en “los que quieren romper España”. Por eso, y aunque el PP y el propio Moreno apelan a una campaña en clave andaluza, estos días no dejan de poner en el centro del debate cuestiones nacionales como el espionaje de Pegasus y el consiguiente relevo en la cúpula del CNI.
“Cabe todo el mundo”
Así que estos socialistas “enfadados” a los que quiere reclutar en realidad no estarían tan molestos con el PSOE como con Sánchez, y por eso les abre las puertas además de a “moderados, centristas, liberales y todo el que quiera hacer avanzar a España y Andalucía”, en este PP “cabe todo el mundo”, como apuntaba el miércoles en Granada. Todos ellos están invitados a apoyar a “un partido de bases anchas” que quiere ensancharlas para, como mínimo, sumar más que el conjunto de las formaciones de izquierda y depender así lo menos posible de una alianza con Vox que a día de hoy sería necesaria para conseguir la mayoría absoluta tras el 19J.
A esta cita en las urnas llegará Moreno con unas listas electorales para las que ha tenido manos libres, sin ninguna imposición de Génova como ocurrió en 2018, lo que se ha traducido en que la presencia de los antiguos fieles a Pablo Casado es residual. También tiene carta blanca para el diseño de la campaña, para la que ya ha dicho que no quiere por Andalucía a muchos barones del partido, de hecho el propio Núñez Feijóo no se dejará ver en exceso. Una campaña, en definitiva, que evitará el ruido, que huirá de la carga ideológica (la “trinchera” a la que alude), que intentará que no ocurran grandes cosas para que todo siga igual y en la que todo pivotará por y para Moreno. Dicho de otra manera, Juanma estará por encima de todas las cosas.
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