ENTREVISTA
José Antonio García, de 091: “El punk no va a morir, sigue habiendo motivos para esa rebeldía”
Conocido sobre todo como miembro de la banda de culto 091, José Antonio García (El Padul, Granada, 1961) lleva ya varios años labrándose un camino en solitario. Ahora da un nuevo paso en esa dirección con Fuera de control (Mamut Records), un nuevo disco en el que este músico afín al pop de los 70, el rock y el punk se alía con el grupo El Hombre Garabato para demostrar que ni las ideas ni la energía se han agotado en él.
La trayectoria por cuenta propia de García tiene como detonante la separación de 091 en 1996. “Tenía inquietudes como compositor y empecé a trabajar en esa línea con otra gente. Pasé por Guerrero García, fundamos Sin perdón, tuve una banda de versiones llamada Mezcal… Hasta que decidí lanzarme en solitario”, recuerda. “La cosa es que en las bandas cada uno es de su padre y de su madre, pero yo además tenía que compaginar trabajo y música, por lo que pensé que sería mejor montar mi propia historia”.
En aquel momento descollaba en Granada un grupo llamado El Hombre Garabato, que invitó a García a colaborar en una grabación, “pero en aquel momento estaba un poco cansado de colaboraciones, me llamaba mucha gente como invitado y la verdad es que yo veía poco nivel. La gente de El Hombre Garabato me regaló un disco y reconozco que no le presté mucha atención, hasta que mi mujer me insistió en que los escuchara con atención, que tenían buenas melodías y buenas letras. Hicimos una canción suya en directo, empecé a tener más relación con ellos y finalmente se prestaron a tocar para mi proyecto”.
El mundo en el que vivimos
José Antonio García tenía la idea de reunir a varias bandas granadinas y grabar un álbum en el que cada una aportara un par de temas. Pero la química con El Hombre Garabato fue tan buena que acabaron haciendo un disco conjunto, “ellos la cara A y yo la cara B”, explica. “A raíz de eso, pasaron a ser mi banda, me acompañaron en el primer disco solo, Cuatro tiros por cabeza, siguieron con Lluvia de piedras y ahora repiten en Fuera de control”.
Por otro lado, el deseo de hacer algo al margen de 091 respondía a una necesidad de libertad que García explica en estos términos: “091 es una banda cuya línea está muy fijada, hacemos las cosas de forma muy controlada. Yo tenía esa inquietud de componer, porque para mí es una satisfacción hacer mis propias canciones, y en 091 era difícil competir con un compositor como José Ignacio Lapido. Aquí me lo paso bien, me divierto, hago lo que quiero y tengo la última palabra en el resultado final”.
¿Tiene algo que ver esa búsqueda de libertad expresiva con el título Fuera de control? García ríe: “Quizá tenga que ver algo con eso, no lo había pensado, ¡me gusta que cada cual le dé su interpretación! Pero sobre todo me inspiró ese título el mundo en que vivimos, en el que parece tan difícil encontrar un equilibrio”, agrega.
Un bagaje útil
Aunque 091 es el hito fundamental de su trayectoria como músico, José Antonio García dio sus primeros pasos como músico en el grupo punk TNT. “Fue mi primer bagaje, pero es verdad que con los Cero aprendimos todo lo que sabemos de música, cómo funcionan las cosas en este mundo. Cuando llevas tanto tiempo como nosotros, lo bueno es que tienes claro lo que quieres. Al principio estás tanteando, buscando tu sitio. Das muchas vueltas hasta que aprendes cómo hacerlo”.
Y aunque el músico ha abordado géneros diferentes, del pop o el rock al garaje, no cabe duda de que conserva parte del alma punk de sus inicios. “Creo que el punk sigue siendo lo mismo que fue en sus orígenes, una vía para expresar tu disconformidad ante lo que te rodea. Aunque, en lugar de decir las cosas de un modo tan bestia como lo hacen otros grupos, yo me siento más en la línea de los Clash. En todo caso, estoy convencido de que el punk no va a morir porque sigue habiendo motivos para esa rebeldía”.
A propósito de The Clash, García se detiene a recordar una de las mejores experiencias de su vida, la grabación del disco de 091 Más de 100 lobos con la producción del líder de ese grupo, Joe Strummer. “Haberlo conocido es algo que me ha marcado, lo tengo siempre a mi alrededor, aunque en aquel momento no le daba tanta importancia. Incluso tengo pocas fotos con él, era un colega más que venía por Granada, celebrábamos su cumpleaños, cosas así. Claro que yo sabía lo grande que era, de hecho, yo creo que fui el único de 091 que vio a los Clash en directo, cuando supe que tocaban en Madrid me fui con un colega haciendo autostop, porque solo teníamos dinero para pagar la entrada. La gente que estuvo allí decía que sonó regular, pero yo recuerdo que pasé tres días con la boca abierta, como si me hubiera tomado una droga. Conocerlo era aún más impactante, porque siendo un tío muy normal, no te cansabas nunca de estar con él”.
Granada, ciudad rockera
Con el tiempo, García, Lapido y el resto de 091 se convirtieron para mucha gente en lo que Strummer fue para ellos, pero él asegura que nunca fue muy consciente de ese éxito. “Yo siempre me he sentido una persona muy normal a la que le gusta el rocanrol, pero es cierto que en la gira de regreso de 091, cuando vimos que muchos padres venían con sus hijos, tomé conciencia de lo importantes que habíamos sido para muchos seguidores. Durante 20 años no han dejado de seguirnos, al contrario, nos han llevado por todos lados cuando ni siquiera había discos nuestros. Ellos nos pusieron donde estamos”.
Por otro lado, 091 y García pertenecen a una tradición que ha hecho de Granada una de las grandes capitales musicales del país. “Muchos nos preguntamos a qué se debe, incluso hemos querido hacer un documental, que está aún sin terminar, en el que queremos evitar que se pierda esa memoria. Desde Gelu, la primera chica yeyé, a Los Ángeles, Miguel Ríos, KGB, La Guardia hasta gente más joven como Niños Mutantes o Los Planetas, hay mucha historia y es alucinante que sigan saliendo grupos. Yo siempre he pensado que cuando era chico, mis hermanas ponían a Los Ángeles y a Miguel Ríos y yo pensaba: ‘Si estos son de Granada y lo han hecho, yo también lo voy a hacer’. Y lo hicimos”.
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