Café, libros y cultura romaní: Sevilla abre un nuevo ciclo donde explorar “la diversidad de las experiencias gitanas”
Los espacios que se suelen dedicar a la cultura romaní se vinculan a menudo a una forma de entender el flamenco “como sinónimo del espacio cultural gitano”. “Y no es que no lo sea, pero podemos hablar de otras cosas”. Con ese afán, el de brindar “una oportunidad” a los autores y autoras gitanos para entablar un diálogo con el público sobre sus inquietudes y vivencias más allá de los tópicos, nace la iniciativa 'Café gitano con libros'. Lo explica el coordinador del ciclo, Miguel Ángel Vargas, quien recuerda que se trata de un proyecto promovido por Factoría Cultural, equipamiento dependiente del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), y el Servicio de Mediación Cultural de esta entidad.
Así pues, este viernes 27 de enero se retoman los encuentros con periodicidad mensual que se prevén celebrar hasta el mes de junio, en aras de acercar al público general diferentes formas de la subjetividad romaní escrita y hablada. Para ello, se pondrán a conversar autores/as gitanos/as de ámbito nacional con personalidades relacionada a la “compleja” diversidad de las experiencias gitanas, así como con los asistentes que deseen aportar sus dudas o reflexiones. “Parece que todos los gitanos son iguales y piensan igual, pero existe una diversidad de subjetividades” que se van a poner de manifiesto en cada encuentro contando, por lo pronto, con autores que escriben en español, pues Vargas entiende que la diversidad gitana también es lingüística y no descarta que en un futuro se pueda abrir el espacio a otras lenguas.
De momento, esta segunda temporada arranca con una primera cita en el centro cívico Las Sirenas protagonizada por la autora almeriense Noelia Cortés y el escritor y periodista sevillano Antonio Ortega Rubio. Juntos presentarán La higuera de las gitanas, obra de esta joven escritora y activista por los derechos del pueblo gitano, que ella misma define, en conversación con este periódico, como un “ensayo feminista que defiende que si no hay más mujeres gitanas en la historia de la literatura no es porque seamos peores escritoras, sino porque no teníamos el mismo acceso a la escolarización ni los mismos medios de producción cultural que el resto”. Y para demostrarlo, comienza “atacando suavemente y con mucho cariño a Virginia Woolf”. A partir de ahí, según avanza la autora invitada, se dejarán llevar por las ramas que vayan brotando del interior del libro.
Pasado y presente de la cultura del pueblo gitano
De acuerdo con Miguel Ángel Vargas, el programa que inició su primera etapa en septiembre de 2022 entronca con una de las líneas estratégicas de trabajo del equipamiento del ICAS: la cultura gitana contemporánea. En concreto, este proyecto ofrece un espacio para que los autores gitanos de “diferentes sensibilidades e intereses” puedan dialogar con otras personas en torno a los libros que han publicado recientemente, toda vez que en los últimos cinco años se ha producido un despertar editorial de publicaciones de autoría gitana en géneros muy diversos. Desde ese punto de partida, invitan a “explorar otras formas de la diversidad de las experiencias gitanas”, al tiempo que se contribuye también a enriquecer el debate sobre la presencia pública de las voces romaníes, aportando pluralidad de miradas y contextos que rebasan la frontera de los lugares tradicionales.
En este sentido, el ciclo se propone ir recorriendo cada mes espacios culturales municipales vinculados a la memoria histórica gitana de la ciudad de Sevilla, desde la Alameda a Triana, pasando por Polígono Sur o San Pablo. Por eso, el café gitano de este viernes se desarrolla en la Alameda de Hércules, cuna del flamenco y de tres artistas gitanos que han marcado con su legado la cultura musical del siglo XX: Manolo Caracol, La Niña de los Peines y Chicuelo, cuyas esculturas descansan cerca del centro cívico en el que se va a celebrar la primera entrega.
Precisamente por ello, Noelia Cortés aplaude que se celebren este tipo de eventos en una ciudad atravesada “por la historia del pueblo gitano” y que, sin embargo, “parece que ese capítulo ha quedado relegado al Polígono Sur”. De ahí que la autora confiese su “ilusión” de participar en este ciclo de encuentros literarios para “ejercer nuestra representación fuera de los círculos marginales”. Y, sobre todo, agradece “que me dejaran estar acompañada de un tesoro de mente” como es para ella Antonio Ortega, con quien comparte una conexión en su obra. “Todo lo que yo defiendo en este ensayo él lleva décadas defendiéndolo”, señala al respecto. “Por eso conectamos muy bien”, añade para poner en valor la figura de su acompañante en este evento diciendo de él que puede “resultar incómodo porque dice la verdad”.
Tardes de literatura, café (o té) y pastas
Verdad es lo que vuelca Noelia en su particular higuera, un ensayo intimista en el que reflexiona sobre la literatura y el feminismo desde los ojos de una mujer gitana. “Intento retransmitir lo antigitano que es este país desde mi mirada – y no con ese lenguaje académico tan enrevesado – para que sea más fácil que la gente empatice”, explica a elDiario.es Andalucía la autora que “ataca cariñosamente” a Virginia Woolf para poner en evidencia que para ser escritora no solo “necesitas dinero y una habitación propia”, sino también “no ser perseguida históricamente por ser quién eres”. Al hilo, Noelia se pregunta “¿estoy yo a tiempo de escribir mi propia literatura en igualdad a las demás?”
Y aunque reconoce que le encantaría escribir novelas intimistas al estilo de Sylvia Plath, ahora mismo siente la responsabilidad de contar “otras cosas más urgentes”. Lo cual no quita que dedique tiempo también a hablar de su pasión por la literatura y, concretamente, de su devoción por Oscar Wilde. Algo que “sorprende” en algunos círculos, como percibe la propia escritora: “Esperan que solo me gusten autores gitanos, que hablan de marginalidad o de lo que está establecido para mí”. “Me intentan mostrar como una excepción curiosa y yo conozco a un montón de gente que es como yo”, defiende la joven almeriense que acaba de publicar junto a otros autores la obra Flores para Lola por el centenario de la faraona.
En cualquier caso, el 'Café gitano con libros' brinda ese “espacio amable”, como lo denomina el equipo de Factoría Cultural, para que los autores gitanos puedan ahondar en su propia subjetividad y ponerla en relación con la de los demás asistentes. Eso es lo que pretende Noelia: crear, al igual que hizo su escritor predilecto con su forma de escribir, “un vínculo humano” con el público “para que salgamos todos contentos y comprendidos”. De ahí que la autora que abre la segunda temporada de este ciclo con vocación de consolidarse en el futuro invite “a que la gente lea y descubra también a Antonio Ortega Rubio”, además de a participar en este evento que cuenta con entrada libre e invita a “pastitas, café y té”. La literatura está servida.
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