El Gobierno andaluz cambia concursos públicos por “dedazo” al elegir directivos culturales por no ser “obligatorio”

Sara Rojas

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La destitución de Juan Antonio Álvarez Reyes tras 13 años al frente de la dirección del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) ha hecho saltar las alarmas en el mundo de la cultura andaluza. En el punto de mira, el procedimiento por el que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía cesa a directores escogidos por concurso público y designa a los sucesores “a dedazo”, sin respetar el conocido como código de buenas prácticas, al entender que “no es obligatorio”, sino que se trata de una “recomendación”, tal y como remarcan fuentes de este departamento de Cultura a elDiario.es Andalucía.

Aprobado en 2007 entre el Ministerio de Cultura y las asociaciones del sector museístico y de centros de arte, este documento al que se adhirieron las comunidades autónomas, está considerado por el sector como “una conquista”, pues aunque carece de carácter normativo, entraña un compromiso por parte de las administraciones de convocar concursos públicos a la hora de “renovar o crear una institución artística”. De esta forma, se trataba de garantizar la transparencia y la profesionalización de los cargos directivos en el ámbito de la cultura.

Sin embargo, el “cese fulminante” de Álvarez Reyes evidencia, a ojos del sector, el “retroceso en los avances democráticos y de participación” que dice estar sufriendo Andalucía desde la llegada del Partido Popular a la Junta. Como muestra, recuerdan que los tres directores de centros de arte que fueron elegidos en la comunidad mediante concurso público —Rafael Doctor en el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF, en Almería), Álvaro Rodríguez Fominaya en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A, en Córdoba) y el propio Juan Antonio Álvarez Reyes en el CAAC (Sevilla)— han sido cesados o no renovados de sus cargos, “sin que se haya producido concurso público para designar su sucesión”, según denuncian las entidades que conforman la Mesa Sectorial de las Artes Visuales en la carta que han remitido al titular de Cultura, el consejero Arturo Bernal, acusando al Ejecutivo de Juan Manuel Moreno de “dirigismo político de las instituciones culturales”.

Un acto de “violencia política”

De su lado, fuentes de la Consejería de Cultura consultadas por elDiario.es Andalucía, explican que el procedimiento de buenas prácticas es “una recomendación”, por lo que no se considera “obligatorio”. Además, señalan que dado que en los estatutos del CAAC figura la dirección con rango de dirección general, el nombramiento se hace directamente por parte del Consejo de Gobierno. No obstante, ese rango ya lo tenía cuando en 2010 Álvarez Reyes accedió al cargo. “La diferencia es que entonces hubo concurso público y ahora hay dedazo”, explica a este diario Tete Álvarez, presidente de la Unión de Artistas Visuales de Andalucía (una de las asociaciones firmantes).

En efecto, la noticia del cese y la designación de la coleccionista Jimena Blázquez Abascal como nueva directora del CAAC ha generado sorpresa y estupor en el mundo del arte contemporáneo. A la protesta en forma de misiva de todas las organizaciones del sector en Andalucía, le ha seguido la dimisión en bloque de la comisión técnica del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, como forma de manifestar su “desacuerdo y preocupación por el procedimiento con el que ha tenido lugar el cese fulminante y la sustitución de su director”, a quien se le comunicó la destitución horas antes de que el Consejo de Gobierno lo aprobase el pasado martes.

Si alguien ha empatizado con Juan Antonio Álvarez Reyes, ha sido Rafael Doctor, quien en 2019 fue víctima también de un episodio “violento”, tal como lo recuerda él mismo en conversación con elDiario.es Andalucía. Al igual que su homólogo en el CAAC, Doctor asumió en 2017 la dirección del Centro Andaluz de Fotografía (CAF) situado en Almería, después de ganar la convocatoria de concurso público. Dos años después, a mitad del contrato, la Consejería de Cultura lo destituyó, cometiendo lo que él califica como “un acto de violencia política ejercida contra el sector cultural”.

En ese sentido, el otrora director del CAF lamenta ahora que el equipo de Moreno Bonilla no respete “la independencia de criterios” de los profesionales que ostentan cargos directivos en los organismos culturales y artísticos. “No deberían ser marionetas de un sector político”, apostilla Doctor, quien defiende un trabajo “ajeno a los intereses partidistas de los grupos políticos”. De ahí que critique que la Junta se haya vuelto a “saltar” el código de buenas prácticas para colocar en el puesto de dirección de uno de los centros de arte contemporáneo más prestigiosos y consolidados de España a una persona que carece de trayectoria en la gestión del sector público.

Otro caso de “intrusismo”

A la destitución de Rafael Doctor le siguió un “grito” de repulsa por parte del mundo de la cultura y de la propia sociedad civil, que quiso poner en valor el proyecto que estaba desempeñando en Almería con un reconocimiento. Del mismo modo, el sector se ha volcado con Juan Antonio Álvarez Reyes, destacando que desde su incorporación al cargo en 2010 “ha desarrollado una gestión muy valiosa”. Así pues, en su carta de renuncia, los ocho miembros que conformaban la comisión del CAAC han reivindicado “las numerosas y valiosas exposiciones temporales” o “el incremento de los fondos de la colección”, además de su apuesta por visibilizar el talento de las mujeres, siendo el único centro que cuenta con programación paritaria, como destacan voces expertas.

Algo similar sucedió hace justo un año, cuando se conoció la destitución de la escritora y periodista Eva Díaz Pérez al frente del Centro Andaluz de las Letras (CAL) en plena Feria del Libro. Su trayectoria y gestión también fueron aplaudidas por el sector (que mostró igualmente perplejidad, rechazo y hasta indignación), pero eso no impidió que el departamento que hoy lidera Arturo Bernal prescindiera de esta profesional independiente sin justificación aparente.

Todos estos casos son ejemplos del “intrusismo” que denuncian las organizaciones del arte contemporáneo andaluz, conforme lo plasmado en la misiva. Siguiendo esta línea, el presidente de la asociación Unión de Artistas Visuales de Andalucía asegura que la comunidad andaluza es una rara avis en el panorama cultural actual, pues se trata de la única administración a nivel estatal que prescinde sistemáticamente del código de buenas prácticas para nombrar a sus cargos directivos.

Al hilo, desde el sector recuerdan que tanto el director del museo Reina Sofía en Madrid como el del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, entre otros, han optado al cargo previa convocatoria pública. En cambio, perciben que en el sur, el Ejecutivo de Moreno está condenando a las instituciones públicas “al descrédito” a base de echar a los profesionales. “No les interesan porque no van a doblegarse”, explica uno de los artistas que representa al sector en la Mesa Sectorial de las Artes Visuales, ante la falta de respuestas oficiales.

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