Manuel Muñoz Rivas (Sevilla, 1978) vive en un difícil triángulo con vértices en Lisboa, Madrid y Barcelona. Ha trabajado como montador para el cineasta gallego Eloy Enciso (Arraianos) y el catalán Mauro Hercé (Dead slow ahead). Sin embargo, para el rodaje de la que es su primera película como director, El mar nos mira de lejos, ha recurrido a sus paisajes de la infancia, en la frontera entre la zona urbanísticamente más poblada de Matalascañas y la naturaleza más salvaje del Coto de Doñana. No es un caso aislado.
El mar nos mira de lejos marca un hito por ser la primera película de creador y producción andaluza que compite en la más que exigente Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF). Y sin embargo, lo hace compartiendo un hecho que se repite en la inmensa mayoría de creadores andaluces que se dan cita este año en la muestra: convertir en materia filmable su realidad más cercana, más inmediata. Encontrar la excepcionalidad en sus paisajes más recurrentes, lo menos frecuente en lo aparentemente cotidiano.
“Andalucía no es ya sólo un territorio de producción audiovisual, sino un espacio narrativo, una tierra de inspiración”, admite el programador de la sección Panorama Andaluz del SEFF, Juan Antonio Bermúdez, que ha oficiado este lunes 6 de noviembre el acto de reunión de la industria andaluza del cine en el marco del SEFF, donde se han presentado una veintena de proyectos localizados, casi en su totalidad, en diferentes zonas y acontecimientos andaluces.
Destaca Bermúdez, junto con la película de Muñoz Rivas, la presencia andaluza a lo largo y ancho de toda la programación del festival: “tres directores sevillanos en la sección Resistencias -Carlos Rivero, Alonso Valbuena y Miguel Rodríguez-; otras producciones que han entrado fuera de sección, como El Autor, de Manuel Martín Cuenca; Oro, de Agustín Díaz Yanes; Fogueo, de David Sainz, y Los Gigantes no Existen, de Chema Rodríguez”. Hay también otro hito que celebrar esta edición: los estrenos absolutos en este marco de los documentales Rota n’roll, de Vanesa Benítez; y Que nadie duerma, de Mateo Cabeza. Todos ellos han puesto el foco en hechos históricos, situaciones actuales, ficciones o documentales sobre realidades que les atañen en lo personal.
Un fidedigno caleidoscopio
Veámoslo: de los nueve largometrajes y los siete cortos destacan, “además del peso del documental en la producción audiovisual andaluza”, una “versatilidad” -explica Bermúdez- que puede ayudarnos a los espectadores a componer un fidedigno caleidoscopio de la Andalucía pasada, presente y, por qué no, futura.
Buen ejemplo de esto es Que nadie duerma, de Mateo Cabeza, director que ha crecido con el Festival desde sus cortos (Sevilla Santa, La vida sigue igual) hasta este primer largo que estrena ahora para contar, con la única mediación de la cámara, el día a día de la compañía Danza Mobile, con sede en Sevilla. Una agrupación dedicada a las artes escénicas que cuenta con la peculiaridad de que sus miembros son personas afectadas de Síndrome de Down.
Por su parte Rota n’ Roll, ópera prima de la gaditana Vanesa Benítez Zamora y merecedora del Segundo Premio Imagenera 2017, tampoco se escapa de su radio de acción más cercano y analiza el influjo cultural que supuso la base naval estadounidense de Rota en la España de la posguerra. “Todavía me encuentro abrumada por el recibimiento que está teniendo el documental, me están llegando noticias incluso desde Estados Unidos”, ha señalado la joven realizadora, que se nutre de testimonios y archivos personales de personajes anónimos de Rota que vivieron inmersos en un espacio de libertad y modernidad gracias a los nuevos sonidos que llegaban de América y que coloreaban la vida gris de la España de la Dictadura.
Los otros dos estrenos absolutos de Panorama Andaluz son historias de ficción. Lugares, de Manuel Noguera, que definía así su película: “Es la primera vez que hago un largo, algo tremendamente ilusionante. Son cuatro historias en paralelo, historias de personas que están encerradas con otras. ¿ Y qué hacen las personas en esas situaciones? Hablar. El diálogo es el motor del largometraje”.
Por su parte el dramaturgo y guionista Juan Carlos Rubio se estrena también en el cine con esta adaptación de su obra de teatro homónima Las heridas del viento. La película que se proyectará durante la Gala RTVA como homenaje a su protagonista Kiti Mánver (Premio RTVA 2017).
Pero si hablamos de estreno nacional y de repaso a la realidad andaluza, hay que detenerse, sin duda en Más allá del escenario, de Nonio Parejo, que se proyecta en Sevilla tras su reciente premiere mundial en Cinespaña de Toulouse. Parejo, histórico del documental andaluz (Campos de Níjar, Los presos del canal…), rescata ahora la memoria del Teatro Lebrijano, un referente de la resistencia cultural antifranquista, y la de su ideólogo Juan Bernabé. “Lebrija fue un pueblo que cogió la bandera andaluza de la lucha antifranquista, con un teatro que rompió moldes. La pena es que duró poco, sus actores no eran profesionales y estaban aglutinados alrededor de Juan Bernabé, su director, que murió muy pronto”, ha destacado Parejo.
Mariano Agudo, habitual del Festival con otros trabajos para la productora Intermedia (Habitar la Utopía, Boliviana) presenta Samba, un nombre borrado. “Con extremo respeto por el tema y sus protagonistas”, Agudo acompaña un infrecuente viaje en la migración africana: el de Mahmud, que vuelve a su país de origen tras la pista del desaparecido Samba Benjai.
Caballo de viento, de Moisés Salama, es un documental “de acompañamiento” que sigue a Nando Fernández de Castro, un anarquista ya en su madurez que exhibe su vida, ideología y milagros ante la cámara. Premio Imagenera 2017: Ruibal, por libre, de César Martínez Herrada, es retrato del cantautor del Puerto de Santa María Javier Ruibal, reciente ganador del Premio Nacional de Músicas Actuales, a través de sus amigos, sus paisajes y las ciudades que han ido tejiendo su mestizaje en sus 35 años de carrera.
Se sale de este interés por lo andaluz (como concepto universal) Descanse en paz, Mr. Hopper. En 1970 Dennis Hopper, en la cúspide de su carrera, rodó en el poblado peruano de Chinchero el filme experimental The Last Movie. En Descanse en paz, Mr. Hopper, de Aurelio Medina y Daniel García, volvemos a Chinchero para descubrir qué queda de aquellos días en los que Hollywood tomó el pueblo.
Cortometrajes
Los responsables de los cortometrajes participantes en Panorama Andaluz han sido los verdaderos protagonistas de este día del Audiovisual Andaluz en el SEFF, con un total de 17 propuestas de corta duración. “El cortometraje andaluz, asegura Bermúdez, muestra sus recursos, su esplendor y su variedad en esta categoría competitiva” por el Premio Rosario Valpuesta al Mejor Cortometraje y el Premio Especial Rosario Valpuesta a categoría artística, ambos concedidos por la Universidad Pablo de Olavide y otorgados por un jurado de ASECAN.
Directores como David Muñoz o Manuel Jiménez, regresan al Festival. El primero propone en El mundanal ruido. El segundo (premiado hace dos años con Show me now!) mantiene Conversaciones ajenas. Con propuestas documentales más clásicas compiten: The Resurrection Club (con la que Guillermo Abril y Álvaro Corcuera han estado nominados al Goya); Finis gloriae mundi de Sándor Salas; El afilaó de Julián Azcutia, y Las altas aceras, de Javier Polo.
Ya desde la ficción veremos Ayer o antesdeayer de Hugo Sanz; Pez, de Javier Quintas; El atraco, de Alfonso Díaz; Amor, de Ana Rosa Diego y Mercedes del Río; Diferencias, de Isabel Alberro; Problemas de guion, de Bernabé Bulnes; Una china en el zapato, de Adrián Ramos y Oriol Segarra; Una casa en el campo, de Chiqui Carabante; Cachorro, de Jesús Rivera. Y fuera de concurso, el SEFF proyecta la animación Guajira, de Jesús Guisado; y Sueñan en Alepo, de Rycardo Moreno.