El pleno del Parlamento de Andalucía ha aprobado este miércoles la Ley del Deporte, la segunda que en poco más de mes y medio sale adelante por unanimidad tras la ratificada el pasado mes de mayo para la protección de los consumidores en la contratación de productos hipotecarios, porque en las dos ocasiones son textos que no suponen grandes complicaciones para un consenso de los partidos como otros más determinantes para el devenir de los andaluces. En concreto, la cámara ha aceptado 70 enmiendas sobre el proyecto de ley que aprobó el Consejo de Gobierno hace dos años, de nuevo con una larguísima tramitación para un ley en Andalucía motivada la intensa agenda electoral.
La enmienda más destacada es que “por primera vez en la historia del deporte en este país” se incorpora la limitación de mandato -a un máximo de tres- en los órganos de dirección de las federaciones, de manera que sus presidentes dejarán de ser vitalicios, igual que tendrán que tener un código de buen gobierno. El portavoz de Podemos en la comisión parlamentaria de Turismo y Deporte, David Moscoso, ha celebrado estos logros: “Es una ley que gracias a nosotros tiene más vocación de servicio social. Y de hecho, es la primera vez que una ley de este tipo en todo el país reconoce la función social del deporte”.
La nueva ley sustituirá a la vigente desde hace más de 25 años para adaptarse a la nueva realidad del deporte en Andalucía, cuya práctica cada vez está más extendida y “que pasa a estar reconocido como derecho”, tal y como ha expresado el consejero de Turismo y Deporte, Javier Fernández. La norma engloba el deporte de élite, pero también el de base y el popular. Varios responsables de clubes han seguido el debate este jueves en el hemiciclo, entre ellos los presidentes de los dos dos clubes de Primera División de Sevilla, el Real Betis y el Sevilla FC.
El consejero ha recordado varias de las novedades con respecto a la norma vigente desde 1998 que fueron anunciadas ya cuando el Consejo de Gobierno aprobó el proyecto de ley: la obligatoriedad de que las juntas directivas de las federaciones cuenten con un número de mujeres proporcional a las deportistas inscritas en las mismas; la regulación de la cualificación profesional del sector, por lo que se exigirá título para todo, incluidos monitores de gimnasio; también de las competiciones no oficiales, entre otras cosas por la proliferación los últimos años de carreras populares; y la creación de una tarjeta deportiva sanitaria, que será gratuita para los federados y les garantizará un control médico y también antidopaje.
Del total de enmiendas que han sido aceptadas tras nueve meses de tramitación de esta ley en la presente legislatura, 32 son del PSOE-A, que ha recogido en buena parte las hechas por los servicios jurídicos de la Consejería de Turismo y Deporte y son más bien matizaciones; 28 de Podemos, el grupo que más presentó con un total de 118; nueve de IU; una de C's; y ninguna del PP-A. De hecho, los populares han lamentado que no se haya sido con ellos “igual de generosos”.
La popular Rosario Alarcón ha señalado el voto a favor de su formación pese a que desde el PSOE-A no habían “predicado consenso y diálogo” con ellos: “Es una pena que la Ley del Deporte se vaya a aprobar con un espíritu tan poco deportivo”. Es más, el PP-A ha mantenido vivas sus 48 enmiendas, pero han sido tumbadas por los votos en contra del PSOE-A, C's e IU, mientras que Podemos se ha abstenido. Marisa Bustinduy (PSOE-A) le ha replicado a la popular que “con el PP-A no ha sido posible sentarse” para poder aceptar sus 48 enmiendas.