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La Agencia de Seguridad Aérea investiga el parapente en Valle de Abdalajís

Parapentistas en Valle de Abdalajís, zona incluida en el CTR del Aeropuerto de Málaga

Néstor Cenizo

La Agencia de Seguridad Aérea (AESA) está investigando denuncias sobre los vuelos de parapente que se realizan habitualmente en Valle de Abdalajís, un lugar incluido en la zona CTR del aeropuerto de Málaga y donde no se puede realizar esta actividad por el riesgo para la seguridad aérea. La Ley de Seguridad Aérea contempla sanciones de entre 90.000 y 225.000 euros para supuestos como este, según explica AESA. Pese a las advertencias de Fiscalía y de AESA, y pese a que un piloto tuvo que esquivar a un parapentista en marzo de 2016, siguen realizándose vuelos en esa zona, a veces con la promoción de las administraciones públicas, tal y como contó eldiario.es/andalucia la semana pasada.

Tanto el domingo 17 como el martes 19 de septiembre se voló en parapente en Valle de Abdalajís. Vecinos de la zona aseguran que los vuelos son casi diarios. El aeropuerto de Málaga lo sabe, y el 18 de septiembre envió una notificación a los consistorios de la zona (Valle de Abdalajís, Álora y Ardales) y a subdelegación del Gobierno, recordando la prohibición de realizar la actividad de parapente. “Está notificado desde hace tiempo. Lo que hacemos es recordar unas notificaciones previas del año pasado y la necesidad de cumplir la legislación vigente, que deben conocer”, explica la portavoz del aeropuerto, que aclara que se envía porque se está publicitando el vuelo: “Por ahí no se puede hacer ningún tipo de vuelo, por las características del aeropuerto. Está todo el mundo enterado, porque está notificado”. Sin embargo, el Ayuntamiento de Valle de Abdalajís, gobernado por el PP, no hace efectiva la prohibición.

Sanciones de 90.000 a 225.000 euros

En un Decreto emitido el 5 de septiembre, el Fiscal Jefe de Málaga recuerda que la actividad de parapente no está permitida en la zona, y que en abril de 2016 la Guardia Civil recibió instrucciones para evitar “esas actividades que pueden suponer un riesgo a la operación aeronáutica”. El fiscal dio traslado a AESA para una posible sanción, y la agencia asegura que está investigando las denuncias: “Las sanciones a imponer serían de 90.001 a 225.000 euros, tal como indica en los artículos 48 y 55 de la Ley 21/2003 de 7 de julio, de Seguridad Aérea”. El artículo 55 al que se refiere AESA recoge las sanciones para infracciones muy graves de la seguridad aérea, que en este caso sería la realización de “actividades no permitidas por razón de las servidumbres aeronáuticas”.

AESA solicitó a la Guardia Civil que tome las medidas necesarias para “evitar la realización de esas actividades de riesgo”. En su respuesta a eldiario.es/Andalucía, la agencia recuerda que los operadores y los usuarios de la aviación deportiva “están obligados a conocer las normas y saber dónde pueden y no pueden volar”.

La CTR de un aeropuerto es una zona de seguridad que permite que las maniobras de despegue y aproximación se realicen con seguridad para los aviones. Durante años existió un “acuerdo tácito” para que los parapentes volaran en Valle de Abdalajís a una altura controlada, según aseguró en su día a eldiario.es/Andalucía el técnico de la Federación Andaluza de Deportes Aéreos, Carmelo Garrido.

El problema surge con las maniobras de aproximación que realizan los aviones de algunas compañías, con las que ahorran tiempo y combustible. En lugar de la maniobra “instrumental”, la torre de control concede “directos”. “El parapente en Valle de Abdalajís no es viable mientras haya directos”, concluía Garrido. Con esa maniobra de aproximación, el vuelo en parapente ya no es sólo que esté prohibido, sino que es un riesgo. Cuando un avión de Norwegian Airlines tuvo que virar de urgencia para evitar a un parapentista y reflejó su experiencia en un parte oficial, se supone que la tolerancia se acabó. Pero se sigue volando.

Víctor Castillo, alcalde de Valle de Abdalajís, lleva meses asegurando que negocia “con todo el mundo” la posibilidad de que en el municipio se pueda volar en parapente, tal y como se ha venido haciendo de forma tolerada durante años. Sin embargo, no aporta datos de qué y con quién está negociando. Ni AESA, ni el aeropuerto, ni ENAIRE (el gestor del espacio aéreo) han confirmado esas negociaciones. “AESA evaluará las propuestas que reciba por parte del gestor aeroportuario y del proveedor de servicios de navegación aérea sobre la modificación del CTR, hasta el momento no ha recibido ninguna”, responde la agencia. ENAIRE explica que la Federación Andaluza de Deportes Aéreos presentó una propuesta hace un año, pero se desestimó su “viabilidad”. Y el aeropuerto responde que no tiene competencias para negociar nada. El alcalde no respondió a las llamadas de este medio.

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