La retirada del alcalde condenado, tres mociones y socios mal avenidos en Málaga provincia
Hace ahora un año que el PP se quedó sin el extraordinario poder del que disfrutaba en la Costa del Sol. En este tiempo, las alianzas postelectorales en los grandes municipios de la provincia de Málaga han mantenido sus gobiernos, algunas con más apuros que otras, mientras caían los alcaldes de tres municipios del interior, el más significativo de ellos Ronda. Aunque quizá el movimiento político más reconocible de todos los que se han producido en los pueblos de Málaga es el de Juan Martín Serón. El alcalde de Alhaurín el Grande, que fue condenado en firme por el Tribunal Supremo e inhabilitado en su momento, dejó el bastón de mando a su colaboradora más fiel, Antonia Ledesma.
Con Martín Serón se fue el alcalde que se comparaba con Cristiano Ronaldo y que llamó a la revolución (“No vienen a por mí, ¡vienen a por el PP!”) el día en que fue detenido por la Policía. De esto hace ya nueve años, y en este tiempo fue condenado por un delito de cohecho pasivo: exigió 122.000 a un constructor a cambio de una licencia de obras. Obligado a dejar el cargo en 2013, volvió una vez cumplida la condena (“una victoria de la democracia”, dijo) y ganó las elecciones a un concejal de la mayoría absoluta.
Fue alcalde hasta febrero, y sólo se fue cuando entendió que iba en serio la moción de censura que se fraguaba con el apoyo del único concejal del PP (que cobraba como si fuese miembro del equipo de gobierno). Hoy es alcaldesa su número dos y sobrevuela la posibilidad de que ella y el resto de concejales de Por Alhaurín regresen al PP del que salieron acompañando a Serón. También abandonó la alcaldía el ex cura de Cómpeta, José Luis Torres, que aceptó un cargo de confianza en la Diputación Provincial.
Tres mociones de censura han triunfado en Málaga. La primera moción de censura se produjo en febrero en Cuevas del Becerro, donde IU y Más Pueblo desbancaron al PSOE. Hasta marzo María de la Paz Fernández se mantuvo en la alcaldía de Ronda con siete de 21 concejales. Cuando PSOE, IU y PA llegaron a un acuerdo abandonó cedió el bastón de mando que retenía desde 2011 a la socialista Teresa Valdenebro.
En Pizarra Félix Lozano, del PP, se hizo con la alcaldía con el apoyo de IU, cuya dirección provincial y regional “lamentó” el acuerdo. Hay en este municipio una enemistad larvada entre representantes socialistas y de IU que desembocó en un Pleno en el que el representante de IU y nuevo socio de gobierno del PP, Zacarías Gómez, recibió todo tipo de insultos por el sorprendente pacto con los populares. “Chorizo” y “dictador” entre otros.
Mijas, en el alambre; en Benalmádena, 'quintupartito'
Los grandes municipios se mantienen de momento alejados de vaivenes. Sólo Mijas parece en el alambre. Allí gobierna Ciudadanos, inicialmente con el apoyo del PP. Desde la investidura fueron constantes los desencuentros del alcalde, Juan Carlos Maldonado, con el portavoz de los once concejales del PP, Ángel Nozal, cuya salida del equipo de gobierno en febrero no suavizó las tensiones.
En abril el alcalde Juan Carlos Maldonado invitó a su socio de gobierno a presentar una moción de censura. Lo hizo a través de un comunicado emitido por el propio ayuntamiento. El propio regidor se quejó de una situación “insostenible” propiciada por su hasta entonces socio. El 26 de abril se rompió el pacto y ahora Ciudadanos gobierna con una débil minoría de cinco concejales sobre 25.
En Benalmádena el equipo de gobierno ha acabado sumando a casi todos. A PSOE (que ostenta la alcaldía), Izquierda Unida y Alternativa por Benalmádena se sumaron en abril los tres concejales que se presentaron por Ciudadanos y los dos de Costa del Sol Sí Puede, el partido instrumental de Podemos, en contra del criterio de las direcciones regionales de los dos partidos emergentes. Los cinco concejales ya venían percibiendo una retribución similar a los concejales de gobierno desde junio de 2015, pese a estar formalmente en la oposición. Ciudadanos pidió ayer a la Secretaría de Estado que declare tránsfugas a sus tres ediles, expulsados del partido y oficialmente no adscritos, según informó Sur.
Como Benalmádena, también Marbella, Torremolinos, Nerja, Vélez-Málaga o Rincón de la Victoria quedaron en manos de alianzas postelectorales más o menos numerosas, y de los grandes municipios, el PP sólo retuvo el poder allí donde ganó con mayoría absoluta (Estepona, Antequera, Fuengirola o Alhaurín de la Torre), con la notable excepción de la capital, donde gobierna gracias a Ciudadanos.
Con estos resultados y la abstención de Ciudadanos el PP ha retenido hasta ahora la presidencia de la Diputación, ejercida por el presidente provincial del partido y oficioso candidato a la sucesión de Francisco de la Torre, Elías Bendodo. Desde hace meses se extrapola el entendimiento de PSOE y Ciudadanos en la Junta de Andalucía y en Madrid a un posible cambio de rumbo a la institución provincial. Bendodo resiste, pese a los encontronazos escenificados con Gonzalo Sichar, portavoz de Ciudadanos. Los desencuentros hasta ahora acaban con reconciliación, pero los resultados de las próximas elecciones generales consolidarán o enterrarán este matrimonio político.