La Junta de Andalucía declara “estratégico” un proyecto de los Franco para construir un complejo de ocio sobre el acuífero de Coín
Coín es un pueblo malagueño cuya huerta ha gozado durante siglos de un notable prestigio. De aquí salen, entre otros productos, los tomates huevo de toro, favorecidos por la abundancia de agua en el Valle del Guadalhorce, donde desembocan las escorrentías de las montañas de alrededor, permeando la roca caliza hasta desembocar en una inmensa balsa subterránea. El agua es esencial para el pueblo, y por eso desde hace semanas hay preocupación por una idea que vuelve: la Junta de Andalucía impulsa como inversión de interés estratégico el proyecto de Nature Call Initiatives para construir un complejo turístico, deportivo y de ocio en un enclave situado sobre el acuífero que abastece a la población y las huertas de Coín (Málaga).
Nature Call Initiatives tiene como administrador único y apoderado, respectivamente, a Jaime y Javier Ardid Martínez-Bordiú, bisnietos de Franco. Su objetivo es levantar en Los Llanos de Matagallar un “Centro de Alto Rendimiento en Deportes Extremos y e-sports”, donde practicar wakeboard, kitesurf, skateboard, e-buggies, MTB, rafting, rápel o salto base, además de e-sports. La oferta se completaría con instalaciones de ocio, entretenimiento, alojamientos turísticos y otras “actividades complementarias terciarias y empresariales”, según el proyecto que han presentado a la administración autonómica.
Algunos están empezando a organizarse para oponerse. “Sería un desastre para Coín y vamos a hacer lo posible para que no se haga”, advierte Juan Marmolejo, que hace 20 años lideró a la Mesa del Agua que consiguió paralizar un proyecto de mil viviendas y dos campos de golf en el mismo lugar. Ahora, alerta de que la obra impermeabilizaría una extensa zona de captación del acuífero y podría exponerlo a una contaminación que lo dejara inservible.
En una reunión celebrada el viernes, el alcalde Francisco Santos (PP) intentó tranquilizar a los regantes, minimizando el riesgo de una posible afección y asegurando que su impacto es mucho menor al proyecto descartado hace ahora 15 años, según fuentes conocedoras de esa reunión.
Fuentes de la Consejería de Presidencia, de la que depende orgánicamente la aceleradora, subrayan que la declaración de proyecto estratégico agiliza los trámites, pero no permite “obviar la legalidad”. “El hecho de un proyecto sea declarado de interés estratégico en ningún caso evita la tramitación ordinaria del proyecto y la necesidad de cumplir todas las salvaguardas que se establecen en la propia resolución de declaración”, subrayan, recordando que deberá cumplir los objetivos ambientales de las masas de agua afectadas.
El río que se secó y el manantial que surte al pueblo
El acuífero de Sierra Blanca, que aquí llega en su extremo sur-oeste, surte desde hace siglos a los coínos y parte de sus 13.000 hectáreas cultivables. Sobre el papel está en “buen estado”, según la revisión del Plan Hidrológico para las Cuencas Mediterráneas 2021-2027, recién aprobada. Pero en el pueblo sospechan que no es así, porque hace años que el Río Nacimiento, antes tan vivo, está seco. Apenas lleva agua algún invierno que otro. Hace un siglo, de allí salían 3.000 litros por segundo y ahora hay que hurgar en la tierra, cada vez a más profundidad. “Para estar bien tendría que surgir en superficie de manera natural. Si tenemos que bombearla es que ya hay escasez, y no sabemos cuánta queda”, resume Marmolejo.
Este año, los regantes han visto reducido su “turno de agua” a uno cada 15 días, y los vecinos están sujetos desde el 4 de julio a un bando que prohíbe llenar piscinas, regar jardines, lavar coches o baldear las calles con agua potable. Los depósitos municipales tardan más en llenarse, explicó el Ayuntamiento, que anunció que buscaría “nuevas fuentes de abastecimiento”.
Por eso, muchos se sorprendieron cuando quince días después se supo que Nature Call retomaba la vieja aspiración de construir sobre la inmediata zona de captación del acuífero, apenas a 400 metros del punto desde el que se bombea el agua hacia el pueblo.
Nature Call Initiatives no respondió a la petición de una entrevista y el Ayuntamiento no había devuelto el cuestionario remitido por este medio al cierre de esta edición.
El negocio deportivo de la rama hotelera de la familia Franco
La idea de los inversores recoge una amalgama de actividades deportivas, semideportivas y tecnológicas divididas en cinco “mundos”: Mundo Agua (piscina, saltos, water jump, ola artificial, cable ski, flyboard, beach club pistas arenas, beach club conciertos y aguas bravas); Mundo Tierra (skate park, halpipe, circuito BMX, circuito BTT, circuito trial, ninja warrior, psicoblock, rocódromo y circuito paintball); Mundo Fuego (buggies trial, resort, cross y circuito moto cross); Mundo Aire (túnel de viento y tirolinas); y Quinto Elemento (real time watch, zona gaming, laser game, basket, street football). Además, habría un “Mundo Kids” (piscina, pista skate, humor amarillo, rocódromo, y circuito karts), y zonas públicas con restaurantes, zona de convenciones, spa/fitness, club/coworking/think tank y otras áreas públicas.
Nature Call plantea una “inversión global” de 267 millones de euros para un complejo de más de 1.300.000 metros cuadrados (50.000 edificados). Vaticinan que la construcción generaría 750 empleos directos, y que la infraestructura funcionaría inicialmente con 300 personas.
La empresa, que en marzo duplicó su capital social a algo más de cuatro millones de euros, tiene como único accionista a Ard-Id Investment & Development, S.L., el holding familiar de los hijos de Mariola Martínez-Bordiú, la segunda nieta de Francisco Franco, y Rafael Ardid, nieto de un general republicano. El negocio habitual de esta rama familiar del dictador, de la que suele destacarse su “discreción”, es el mercado residencial de lujo. El objeto social de la sociedad matriz es la promoción, construcción y arrendamiento de inmuebles, y la explotación de hoteles, apartahoteles e instalaciones hosteleras.
Tras lograr un aval estatal a las pérdidas acumuladas durante la pandemia, la familia redujo posiciones en el sector hotelero con la venta por 114 millones de euros de uno de sus inmuebles más emblemáticos, un cinco estrellas en pleno barrio de Salamanca. El año pasado adquirieron, a través de una de las empresas del holding, un inmueble de siete plantas situado en el número 53 de la calle Velázquez de Madrid, con la intención de vender pisos de hasta 700 metros cuadrados en esta exclusiva zona de la capital, según informaron diversos medios.
En Coín, Nature Call ha revestido sus planes de un barniz presuntamente deportivo, pero muchos creen que el proyecto es “humo”. “Creemos que se esconde una intención de urbanizar, que es lo que siempre han querido”, valora Salvador Sánchez, en su día presidente de la Asociación Medioambiental Jara. En la Mesa del Agua también participaba la Fundación García Agüera, cuyo actual presidente resalta que el lugar está vinculado a la historia de Coín: “Bastante explotado está como para meterle una construcción así en la zona de recarga”.
La Mesa pedía que la zona, que muchos coínos usan para pasear y hacer deporte, se convirtiera en parque periurbano. Sin embargo, se mantuvo urbanizable.
“Interés estratégico” para Andalucía
El gobierno de Moreno se ha comprometido ya a mimar el proyecto. El 12 de julio declaró que Trascendence, que así se llama, es una “inversión empresarial de interés estratégico para Andalucía”, dándole entrada en la aceleradora de proyectos que el Gobierno de Juan Manuel Moreno creó en 2019 con el objetivo de atraer inversiones a Andalucía. Cree que complementaría el turismo de la Costa del Sol con una oferta de interior a 25 kilómetros del mar. En la declaración lo califica de “ciertamente innovador” y valora su vinculación al medio natural, el uso de avances tecnológicos y la “proyección internacional”.
La aceleradora gestiona cerca de 80 proyectos que van desde las plantas solares fotovoltaicas a la reconversión de la antigua Tabacalera de Sevilla. A todos se tiende alfombra roja para simplificar y agilizar los trámites burocráticos y procedimientos, dándole “tramitación preferente y urgente”. Incluir ahí un proyecto no implica que se haya superado ningún trámite administrativo, pero sí supone el compromiso de agilidad en la tramitación y un visto bueno a priori. Por ahora, ninguna consejería ha puesto objeciones al proyecto.
La Secretaría General del Deporte (dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte) emitió una opinión “muy favorable” si se ejecuta tal y como está descrito, pero pidió “mayor detalle para una valoración más profunda”. También advirtió cierta fantasía: “En el proyecto se describe el interés por organizar una «olimpiada de deportes extremos», lo cual supondría un acercamiento a día de hoy no existente a la política del Comité Olímpico Internacional”. En realidad, solo siete de las actividades recogidas en el proyecto están reconocidas como deporte, y solo cuatro son olímpicas. Tampoco hay normativa sobre “centros internacionales de alto rendimiento”.
Más allá de los contenidos, el proyecto deberá superar trámites urbanísticos y ante los responsables del uso del agua. El primero parece allanado. La promotora dispone de un informe de viabilidad emitido por el Ayuntamiento en diciembre. Los técnicos creen que encaja en el actual Plan Parcial, que ya fue polémico en su día por amparar el frustrado proyecto de viviendas y campos de golf.
La Junta de Andalucía recuerda que deberá someterse a autorización ambiental unificada. Además, subraya el posible impacto lumínico y acústico sobre el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, reserva de la biosfera, a cuatro kilómetros en línea recta.
Sin embargo, del agua poco se dice: apenas que existe un cauce que podría obligar a redactar un estudio hidrológico, y que “la parcela se encuentra sobre la Masa de Agua Subterránea ES060MSBT060.067 denominada Sierra Blanca, cuyo Estado Global es bueno”. Deberán cumplirse los “objetivos ambientales de las masas de agua afectadas”, resume.
“No hay agua garantizada para los agricultores, pero quieren hacer una piscina de olas sobre el acuífero”, lamenta Marmolejo. Él lo tiene claro: “Está en juego un pueblo de 25.000 habitantes y sus agricultores: esos también viven del agua”.
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