La Iglesia no actuó contra el cura de Málaga investigado por agresiones sexuales tras recibir la denuncia de su pareja

Néstor Cenizo

Vélez-Málaga —
25 de septiembre de 2023 20:45 h

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La Iglesia supo en enero que el párroco destinado en Melilla tenía un disco duro con material sexual en el que aparecía agrediendo sexualmente a mujeres en estado de inconsciencia, según fuentes de la investigación. Se lo contó entonces la mujer con la que el párroco mantenía una relación sentimental, según declaró ante la Policía cuando puso la denuncia meses después, en agosto. “Lo comunicó todo en enero”, insisten fuentes policiales. Sin embargo, la Iglesia no denunció los hechos ni expulsó o abrió expediente al sacerdote, sino que lo trasladó de vuelta a la Península, donde le asignó temporalmente las parroquias de Yunquera y El Burgo.

Fuentes de la diócesis de Málaga niegan que supieran de la existencia de vídeos sexuales ya en enero. “Es absolutamente falso”, dicen. Según su versión, la mujer entonces sólo contó que mantenía una relación con el cura. Según la Iglesia, fue más adelante cuando informó de los vídeos. “Cuando avisó a los sacerdotes de que tenía esas imágenes le dijimos que fuera a la Policía”.

A pesar de saber ya desde enero que un párroco mantenía una relación sentimental con una mujer, la Iglesia no le abrió un procedimiento, sino que se le trasladó a la Península, “coincidiendo con un problema de salud”. Explican que se le llamó al orden, pero no iniciaron ningún trámite porque la conducta se habría interrumpido.

La diócesis de Málaga emitió un comunicado este lunes para condenar de forma “profunda y contundente” los hechos, manifestar su “dolor” y ofrecer su cooperación con la Justicia. “Es muy doloroso. Hay mucha gente en la diócesis volcada con el apoyo a la mujer y esto nos hace un daño enorme. Estamos consternados”, insistía este lunes un portavoz del Obispado de Málaga.

Por la mañana, fuentes de la diócesis aseguraron que el traslado de Melilla a la Península se debió a “motivos de salud”, y que no sabían nada ni de las grabaciones de agresiones y abusos ni de su relación sentimental.

De Melilla a la Sierra de las Nieves

De Melilla a la malagueña Sierra de las Nieves, el párroco detenido por agredir sexualmente y grabar desnudas al menos a cinco mujeres, a las que previamente había sedado con una sustancia desconocida, se ha movido en los últimos años por distintas localidades del sur de España. Natural de Vélez-Málaga, y con una estrecha relación con círculos religiosos en esta localidad, en los últimos meses se ha desempeñado como cura en esos dos pequeños pueblos de la Sierra de las Nieves, a hora y media del municipio axárquico.

El cura, F.J.C., nacido en 1990 y que ya ha ingresado en prisión, asumió estas parroquias de manera transitoria tras regresar de la ciudad norteafricana por motivos de salud, según aseguraron por la mañana fuentes de la diócesis malagueña. Lo cierto es que fue trasladado justo después de que una mujer informara a las autoridades eclesiásticas. En El Burgo y Yunquera era “colaborador mientras se le buscaba nombramiento”, asegura un portavoz de la diócesis. Hasta el pasado 11 de septiembre ofició misa en esas localidades.

Fue detenido esa misma madrugada por la Policía Nacional después de que, el pasado mes de agosto, la misma mujer con la que mantenía una relación denunciase ante la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla el hallazgo de fotografías y vídeos en las que aparecían mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún poente sedante, a las que el párroco realizaba “todo tipo de prácticas sexuales”.

La mujer pensó que las prácticas sexuales que allí se observaban podían ser no consentidas, así que hizo una copia y la entregó a la Policía.

Viajes de amigos

Según los investigadores, aprovechaba viajes con grupos de amigos para realizar estos actos, que se produjeron en diferentes años y localidades, y al menos entre 2017 y 2019. Las víctimas pertenecían a un grupo de amigos que hizo hace años, a raíz de viajes a campamentos católicos.

Cuando la Policía identificó a algunas de las víctimas y les informó de sus hallazgos, estas no sabían nada, y dijeron no ser conscientes de haber sufrido ningún delito sexual. Los investigadores creen que usó algún potente sedante, aunque por el tiempo transcurrido es imposible hallar rastro biológico.

De momento, hay cinco víctimas confirmadas, pero la Policía no descarta que pudieran ser más provenientes de alguno de los lugares de procedencia del círculo de amistades con las que compartió viajes: Málaga, Melilla y Córdoba. Los investigadores analizan ahora todo el material informático incautado en el registro de su vivienda. De momento, se le atribuyen cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.

Ordenado en 2017

El cura ahora detenido fue ordenado sacerdote en 2017, después del noviciado en Antequera y pasar por el Seminario Mayor de Málaga. Su primera misa la ofició en su Vélez - Málaga natal en la Iglesia de San José, donde este lunes las parroquianas que preparaban las próximas celebraciones decían no conocerlo. En Vélez llegó a organizar en el pasado torneos de fútbol, según fuentes locales.

Tras unos años en Ardales y Carratraca (Málaga), llegó a Melilla en 2021, aunque había regresado a Málaga, según el Obispado por motivos de salud. Desde enero era “colaborador” en Yunquera y El Burgo.

De su vocación y de sus primeros pasos en el sacerdocio queda rastro en entrevistas en medios locales o vinculados a la Iglesia, si bien su semblanza ya no era accesible este lunes en la web de la diócesis malagueña. En una de esas entrevistas en La Opinión de Málaga, mostraba su visión sobre la realidad parroquial, la situación de la Iglesia y la fe. Contó que su vocación podía venir de su madre, “ejemplo de fe” que le inculcó desde “chiquitillo” y monja de clausura en Vélez-Málaga hasta que abandonó el convento, poco antes de que él naciera. Solía resaltar ante su madre lo mucho que había cambiado la Iglesia en este tiempo.

También mostraba su parecer sobre los episodios de pederastia en la Iglesia (“una vergüenza”), y valoraba la supuesta determinación de la Iglesia de “ponerlos en manos de la Justicia”, pero pedía que no se hicieran juicios públicos. “Es importante que la Iglesia haya tomado la decisión de ponerlos en manos de la Justicia”, decía: “No puedes revindicar hacia fuera lo que no haces de puertas adentro. Atajar los problemas es algo muy importante para la Iglesia de hoy”.

El investigado está ya en prisión, mientras los investigadores tratan de esclarecer si hay más víctimas.