PP y Ciudadanos rechazan recuperar el solar de Arraijanal cedido al jeque para la academia del Málaga CF
El equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Málaga -Ciudadanos y el PP- han rechazado este martes declarar expresamente que la licencia para levantar la Academia del Málaga Club de Fútbol en Arraijanal ha caducado. La obra arrancó con mucho ímpetu en marzo de 2018, pero está parada desde hace casi un año, debido a los impagos a la empresa constructora. La licencia establece que una paralización de más de seis meses supone la caducidad. Sin embargo, los dos partidos que integran la coalición de gobierno en Málaga han votado en contra de la propuesta para instar el inicio de los trámites para que Urbanismo la declare expresamente. También han rechazado revocar la concesión de los terrenos a la fundación que preside el jeque.
Tanto Adelante Andalucía como el PSOE habían presentado sendas mociones sobre Arraijanal al Pleno del ayuntamiento de Málaga, celebrado este martes. El PSOE pedía iniciar los trámites para revocar y extinguir la concesión del terreno a la Fundación Málaga CF, presidida por el jeque Al-Thani. El terreno, de 108.000 metros cuadrados que son propiedad del municipio, fue cedido gratis en julio de 2017 por 75 años a la Fundación Málaga CF, presidida por el jeque Abdullah Al-Thani y de carácter privado, con la finalidad de construir una academia de fútbol.
Por su parte, Adelante Andalucía había pedido al Pleno declarar expresamente la caducidad de la licencia. El acuerdo de concesión de licencia, de junio de 2017, establecía un plazo máximo de ejecución de 36 meses y que la obra no podía estar parada más de seis meses, salvo prórroga previa solicitud expresa. En realidad, la propia ordenanza urbanística ya dispone que la interrupción por seis meses motiva la caducidad de una licencia de obra mayor.
Ninguna de las dos mociones ha salido adelante, porque el PP y Ciudadanos votaron en contra. Y eso, pese a que la relación del alcalde con Abdullah Al-Thani, propietario y presidente del Málaga (al menos mientras la sentencia del caso Blue Bay no sea firme) es aparentemente más tirante que nunca. Después de años de desinversión y de progresivo descuido del club, el Málaga corre hoy un riesgo real de desaparición por el incumplimiento de las reglas de control financiero de La Liga. Sobre el horizonte planea ya un posible concurso de acreedores, que podría implicar un ERE sobre una parte importante de los 278 trabajadores del club.
“Deje de ponerle la alfombra roja. No sea más su amiguito, porque al final lo paga la ciudad de Málaga”, reprochó Daniel Pérez, portavoz del PSOE, al alcalde Francisco De la Torre, que se revolvió contra el comentario. Eduardo Zorrilla, portavoz de Adelante Málaga, acusó al regidor de “connivencia” con la “actuación depredadora” de Al-Thani, y le reprochó que haya tenido con el jeque una actitud propia de “alcalde de Bienvenido Mr. Marshall”. Por su parte, Noelia Losada, concejal de Deportes, alegó la imposibilidad de acortar los plazos del procedimiento de revocación, aunque no consta que este se haya siquiera iniciado.
Ciudadanos y PP sí votaron a favor de retirar el nombre de Al-Thani de la glorieta que este mismo descubrió con el alcalde en 2014. Una retirada que ya fue aprobada por el Pleno en 2015, y que no se ha cumplido.
Un informe municipal advirtió del “alto riesgo”
Desde antes de que comenzaran las obras, Zorrilla advirtió del riesgo que suponía entregar estos terrenos a la fundación presidida por el catarí. Aunque se alegara el interés público de la academia, la concesión preveía la posibilidad de que los terrenos se alquilaran a otros equipos, en lo que veía interés especulativo. También porque la capacidad financiera para realizar la obra era muy dudosa. El propio ayuntamiento dispone desde 2017 de un informe de Urbanismo que calificaba el riesgo económico de la operación como “muy alto”. En realidad, la alta probabilidad de que las obras quedaran a medias era un secreto a voces que confirmaban incluso fuentes cercanas al Málaga CF.
Por su parte, el PSOE cree que un futuro concurso de acreedores podría provocar que la cesión del terreno acabase en manos de algún acreedor privado. Aunque en su momento apoyó la cesión, defiende ahora la incorporación al parque de Arraijanal que viene anunciando, desde hace años, la Junta de Andalucía.
Múltiples irregularidades
Tanto el PSOE como Adelante Málaga pedían en sus mociones lo que vienen solicitando desde mayo algunas asociaciones vecinales y ecologistas: que se declare que la licencia ha caducado porque la obra está parada y sin viso alguno de reactivarse. Esta solicitud ni siquiera ha sido contestada por el ayuntamiento, según explica Mari Cruz Torres, de la asociación Ciriana.
Además de los plazos, Ciriana denuncia otros incumplimientos de la licencia y el acuerdo de concesión. Por ejemplo, que se incumplió la obligación de solucionar el saneamiento de la futura academia antes de empezar la obra y de aportar certificado de las compañías de aguas y electricidad. Tampoco se ha construido la depuradora que aparecía en el proyecto, y se llegó a construir un aljibe sin permiso de la Junta de Andalucía y a perforar varios pozos para extraer agua de un acuífero, lo que motivó la apertura de una investigación por Fiscalía. De la misma forma, no se han presentado cuentas anuales (como obliga el acuerdo de concesión), ni hay constancia de que se reúna la comisión de seguimiento una vez al año. De hecho, la primera está prevista para este miércoles.
Por estos motivos, Ciriana, Torre Vigía, Ecologistas en Acción o Almar han remitido varias cartas solicitando la caducidad de la licencia y el rescate de la concesión por interés público. La última, el 25 de septiembre. Como los activistas que acamparon y se subieron a los árboles en los primeros meses de obras, estas asociaciones vienen oponiéndose a la obra desde que comenzó, alegando la existencia de hábitats protegidos, de zonas de interés arqueológico y el valor intrínseco de Arraijanal, un paraje natural cerca de la desembocadura del río Guadalhorce junto a la última playa virgen de Málaga.
Hoy, la futura academia del Málaga es un graderío de hormigón y la estructura básica de un edificio, que Eduardo Zorrilla ya llama el “Algarrobico” malagueño.