PP, Ciudadanos y un concejal tránsfuga tumban la consulta popular por el rascacielos de Málaga
No habrá consulta para conocer la opinión de la ciudadanía respecto al proyecto de rascacielos en el Puerto de Málaga. Los concejales del PP, Noelia Losada (Ciudadanas) y Juan Cassá (no adscrito, tras abandonar Ciudadanos) votaron en contra de la propuesta de PSOE y Adelante Málaga (Izquierda Unida y Podemos), que pedían trasladar al conjunto de la población un debate creciente en los últimos años: la conveniencia o no de que un grupo inversor catarí construya un rascacielos de 135 metros de altura en terrenos públicos del Puerto de Málaga y explote allí un hotel de gran lujo a cambio de un canon.
El resultado supone un nuevo jarro de agua fría para los opositores al proyecto, que ven cómo se agotan las oportunidades de evitar un rascacielos que, según insisten, alteraría notablemente y de manera irreversible el paisaje de la ciudad. El proyecto ha superado hasta ahora todos los trámites, incluyendo una evaluación ambiental simplificada (por vía rápida). Pero aún debe pasar de nuevo por el Pleno para que se apruebe la modificación del plan especial del Puerto (con el fin de adecuarlo al rascacielos), por Puertos del Estado y, por último, por el Consejo de Ministros.
Decidirán todas las administraciones, pero no se realizará una consulta popular para un asunto que parecía idóneo por su impacto, su vocación de permanencia y el debate que genera, según han defendido los portavoces del PSOE y Adelante Málaga. La posibilidad de esta consulta, que no sería vinculante, está contemplada de manera genérica en el artículo 9.2 de la Constitución, que exige a los poderes públicos que “faciliten” la participación de los ciudadanos en la vida política, en Ley de Bases de Régimen Local y en el reglamento de participación ciudadana de Málaga, y se ha realizado en otras ciudades españolas.
Los detractores del proyecto creen que alteraría el paisaje de la ciudad de forma irreversible para varias generaciones. “¿Quién debe decidir los grandes proyectos urbanísticos? ¿16 concejales, contando un tránsfuga? ¿Los grupos de interés económicos? ¿O debe escucharse la opinión de la ciudadanía?”, se ha preguntado Eduardo Zorrilla, portavoz de la confluencia de izquierdas, que ha defendido la consulta como un signo de madurez democrática complementaria de la democracia representativa: “En las sociedades modernas y maduras democráticamente sobre estas cuestiones de tanto interés y tanto debate se consulta a la ciudadanía”.
Dani Pérez, portavoz del PSOE, ha defendido la consulta porque “ha ido creciendo un sentimiento de rechazo” en sector muy diversos de la sociedad, y ha acusado al alcalde de “tener miedo”. Pero la postura de Pérez era más incómoda. Mientras Adelante Málaga se opone con rotundidad al rascacielos, el PSOE se mantiene en la ambigüedad, después de haber apoyado un proyecto que nació, precisamente, de la mano de dos presidentes socialistas del Puerto, Enrique Linde y Paulino Plata. Ahora dice que está en “escucha activa” de la sociedad para calibrar su posición.
“No pongamos estas decisiones sobre los hombros de los ciudadanos”
El PP ha tumbado la consulta sin que De la Torre haya tenido que en intervenir. Ya anticipó ayer que no se ablandaría ante la propuesta, por más que en los últimos días se hayan multiplicado las voces que le piden que reconsidere su posición, incluyendo 300 personas del ámbito cultural y académico a nivel nacional. La respuesta del equipo de gobierno, integrado por el PP y la concejala de Ciudadanos, con el apoyo de un concejal tránsfuga de este último, ha sido un “no procede”.
El argumento de sus partidarios sigue siendo que el rascacielos generará riqueza atrayendo al turismo de lujo. Raúl López, concejal de urbanismo, ha mencionado el “menoscabo” para el Ayuntamiento de no aprobar el proyecto, si bien se trata de un proyecto de un inversor privado en el que el Ayuntamiento no pone dinero alguno. Según López, la negativa ahora situaría a la ciudad en una posición incómoda ante los inversores, por la inseguridad jurídica que podría generar.
“No pongamos estas decisiones, que son técnicas y jurídicas, sobre los hombros de los ciudadanos”, ha pedido Losada. Sin embargo, tanto ella como su excompañero Juan Cassá, hoy no adscrito, han sido algo más ambiguos respecto a su decisión final. “En principio sigo apoyando el proyecto y creo que lo voy a seguir haciendo”, ha dicho Cassá. “Estaremos a favor de este proyecto siempre y cuando todos los informes técnicos y medioambientales lo avalen”, ha señalado Losada. De momento, hay un informe del CEDEX que constata la corrosión en los espaldones del dique de levante y el Puerto ha encargado otro para conocer si ese mismo problema lo sufren los cajones que soportan la estructura del dique.
“Desprecia el derecho a opinar de la ciudadanía”
La derrota en la pretensión de celebrar una gran consulta ciudadana era esperable, pero contiene algunos elementos que pueden reforzar a los opositores al proyecto. Por un lado, apuntala la tesis de que el rascacielos, que construirían unos inversores cataríes sobre un suelo público y bajo el paraguas de una concesión de cincuenta años, es una idea pensada y ejecutada de espaldas al sentimiento de una parte de la ciudadanía, y que no se puede conocer con precisión el apoyo o rechazo del proyecto porque los gobernantes no han querido.
Esto abre una vía de oposición, en la que la oposición puede presentar al alcalde como alguien que “no escucha” y gobierna de espaldas a los ciudadanos. PSOE y Adelante han señalado el “miedo” de De la Torre, y Zorrilla le ha espetado al alcalde que, a pesar de haber realizado el “tránsito de la dictadura a la democracia”, “parece haberse quedado anclado en el siglo pasado”. “Si se niega, demostrará que desprecia el derecho a opinar de la ciudadanía malagueña”, ha añadido.
Por último, la votación de hoy (15 votos a favor de la consulta, 16 en contra) tiene un valor político ante el Consejo de Ministros, que deberá tomar la decisión final, porque muestra que el apoyo al rascacielos ya no es el de hace unos años, cuando el PSOE estaba a favor. Ahora asegura que tiene dudas, lo que traslada al ámbito político un debate creciente en la sociedad a propósito de un proyecto y, en esto sí hay acuerdo, de gran relevancia para el futuro de la ciudad.
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