Cuatro décadas después de que se prohibiera su actuación en el teatro Lope de Vega de Sevilla, Manuel Gerena, el último cantautor en activo de la transición, pisará su escenario el 28 de febrero, Día de Andalucía, en un concierto en homenaje a los 75 años de la muerte del poeta Miguel Hernández. Se cierra una herida, y el veterano cantaor de La Puebla de Cazalla (Sevilla) comienza su nueva gira.
El concierto es emblemático porque hace más de 40 años, cuando cientos de personas se impacientan a las puertas del teatro Lope de Vega para oír al más maldito de los artistas durante el franquismo, llegó la autoridad, y pese a que el dictador había muerto, los gobernantes todavía no habían cambiado en ese enero de 1976. La orden era clara: prohibido el concierto y su reencuentro con Sevilla tras tantos años de censura, quedaba una vez más vetado. Esto no impidió que, megáfono en mano, cantara un martinete para el público que esperaba entrar en el teatro.
Manuel Gerena tuvo que ayudar a su familia trabajando desde los 12 años, en diversas tareas del campo y como electricista. Pronto llegó su militancia, clandestina en aquella época, en el Partido Comunista (PC). Su amistad con Paco Ibáñez, al que conoció en París gracias a la Duquesa de Medina Sidonia (la Duquesa Roja) le abrió las puertas de muchos centros de emigrantes y exiliados en las principales capitales de Europa. Fue así en los últimos años del franquismo cuando se forjó la leyenda de un flamenco rebelde y emblema de los opositores al régimen, que lo reclaman en numerosos actos, hasta convertirlo en un fenómeno social.
En el concierto del 28 de febrero se presentará una obra que, siendo un clásico de la discografía de Manuel Gerena, se ha revisado y ampliado: sus cantes con letras de Miguel Hernández. Está basado en los poemas de Nanas de la cebolla, con dos temas inéditos respecto a la obra ya clásica del cantaor, e incluye la propia voz de Miguel Hernández. El guitarrista que le acompañará es Juan Ignacio González.
Para la ocasión, se han dispuesto precios que oscilan entre los 4,5 y los 12 euros. Hubo un tiempo en que los conciertos de Manuel Gerena solían acabar abruptamente cuando, después de un verso rebelde de los suyos, el público comenzaba a corear “¡amnistía y libertad!”. Y llegaba la policía. Otras veces los conciertos ni siquiera podían comenzar. Esta vez no habrá cortapisas.