La participación en Andalucía a las 14.00 horas alcanza el 34,25%, cuatro puntos más que en 2018

La participación a las 14:00 horas alcanza el 34%,25, cuatro puntos por encima al mismo dato en 2018, con todas las mesas escrutadas. A las 11.30 horas había votado ya el 15,44% del censo, dato inédito que se ha ofrecido por primera vez durante esta jornada electoral. La participación a esta hora en 2018 fue de un 29,92%, en 2015 se situó en un 33,94% y en el año 2012 fue del 29,29%. Se trata de la participación más alta de las últimas cuatro elecciones andaluzas a esta hora.

[[ACTUALIZACIÓN: Consulta los datos de participación de las 18.00 horas]]

La participación a esta hora parece recuperarse con respecto al segundo mínimo registrado en 2018, sin embargo, queda lejos de los datos que se dieron en 2004, con un 40,99% de participación a las 14:00 horas, o en 2008, cuando se llegó a un 39,08%. Los andaluces todavía tienen casi seis horas para seguir votando. Lo esperado, según han indicado desde el Centro de Datos, es que todos los colegios electorales cierren sus puertas a las 20:00 horas porque este domingo no se han producido incidencias importantes.

Por provincias, donde más ha aumentado la participación a las 14 horas respecto al mismo avance el 2D son Córdoba (donde sube 7,25 puntos), Jaén (+6,93), Sevilla (+5,63) y Granada. En la que menos gente ha ido a votar a esta hora, como ha sucedido a las 11.30, es en Huelva. 

La participación final en las anteriores elecciones andaluzas, en 2018, fue una de las más bajas de la historia al situarse en un 56,6%. Este dato solo es comparable al de 1990, año en el que la participación se tocó fondo al situarse en 55,3%. El año en el que se registró una mayor participación fue 1996 con un 77,9%.

En estas elecciones también preocupa la desmovilización de los andaluces por el intenso calor y por las fiestas populares que podrían alejar a los ciudadanos de las urnas. Las izquierdas han acusado a Moreno de fomentar la baja participación al elegir este 19 de junio como cita electoral.  Según dicen, la baja participación beneficiaría más a la derecha.

La participación a esta hora sube en todas las provincias andaluzas, con ascensos destacados en Córdoba, que sube más de siete puntos, Jaén, que roza también una subida de siete puntos y Sevilla, con más de cinco. Córdoba, una provincia de interior que en 2018 repartió más escaños al bloque de derechas que a las izquierdas, es donde más ha aumentado. La participación en las provincias del litoral es significativamente inferior a las del interior, probablemente porque el tiempo acompaña para ir a la playa.

Sevilla y Jaén, dos feudos tradicionales de voto socialista, han aumentado su participación por encima de la media: 5,5 puntos y un 6,98 más respectivamente. Almería, otra provincia costera donde suele imponerse el voto conservador -donde más arraigo tiene Vox- es donde menos ha crecido el número de electores: un 1,7 puntos más que en 2018.

Huelva, en cambio, es otra circunscripción de costa donde el PSOE tiene un gran bastión, y allí la participación también ha sido menor -2,89 puntos más- igual que en Cádiz -2,9 puntos más-. Granada, otro enclave donde el PP más conservador sigue fuerte, es la provincia costera que más ha aumentado su participación: 3,3 puntos más que hace tres años y medio.

Andalucía es la comunidad más poblada de España y este domingo hay 6,6 millones de andaluces llamados a las urnas. Lo que suceda en esta comunidad será determinante para Andalucía pero también para el devenir del resto de ciclo político, que se inició en Castilla y León a mediados de febrero. Por el momento, habrá que esperar hasta las 18:00 de la tarde para conocer el siguiente dato de interés.

En estas elecciones hay tres claves a tener en cuenta. En primer lugar, la desmovilización de las izquierdas, retratada en el porcentaje de abstención y en la transferencia de voto al PP y a Vox. En segundo lugar, el impacto de la crisis económica, la subida de precios y el paro estructural que registra la comunidad por encima de la media nacional. Y, finalmente, el escenario de pactos postelectorales, ante la visible falta de una mayoría absoluta.