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Una de cada cuatro plazas de pediatra no está cubierta por un especialista

Pediatras critican que el SAS convoque plazas de médicos de familia "con funciones de pediatría"

Consuelo Durán

En el momento actual hay 10.437 plazas de pediatría en España, de las que 6.330 son en atención primaria, según datos recabados por las asociaciones de estos profesionales en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. No hay pediatras en paro. En los próximos 10 años, un millar se jubilará. En el número de MIR por año se ha alcanzado la máxima capacidad docente que es 433 para 2019. La proporción de pediatras hospitalarios y de atención primaria no se corresponde en su distribución con los problemas más prevalentes de salud del niño y hay un claro déficit de estos últimos. Pero ¿por qué faltan pediatras?

Primero, vamos a entender la dimensión de esta situación: una de cada cuatro plazas de pediatría en España está cubierta por un médico de familia, es decir, sin un especialista en la salud de los menores de 14 años, y se estima que en los próximos años el déficit puede ser mayor. Es la media que arrojan sendos estudios realizados por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (Aepap), que por primera vez brindan un diagnóstico detallado del problema no sólo por comunidades autónomas, sino también por provincias.

El de la AEP sitúa en un 27% el número de plazas de pediatría no cubiertas por estos profesionales en 2018, datos que ha obtenido mayoritariamente a través de las propias administraciones. También alerta de que más de 40% de los pediatras supera los 55 años. El diagnóstico varía según las comunidades autónomas. En Ceuta y Melilla son más del 80% las plazas de pediatría sin especialista, por lo que están a la cabeza, seguidas de la Comunidad de Madrid, donde son prácticamente la mitad. En el otro lado, La Rioja, que no padece este problema. En Andalucía, la comunidad autónoma con más población infantil en términos absolutos y relativos, son 337 de 1.153, por lo que está también por encima de la media.

Por su parte, el estudio Situación de la pediatría en España 2018 de la Aepap está basado en encuestas a estos profesionales en los centros de salud. Ha desglosado, por primera vez, la realidad por provincias. Sitúa en el 25,1% las plazas de pediatría no ocupadas por especialistas y pone en los dos extremos a Baleares con el 48,97% -en la Comunidad de Madrid lo deja en poco más del 30%- y a La Rioja con el 0%. El hecho de que haya diferencias entre un estudio y otro lo relacionan sus autores con que las administraciones pueden maquillar las cifras, pero cualquier caso la coincidencia a nivel general evidencia que es un problema generalizado.

Por provincias, también según el informe de la Aepap, la situación también es dispar. Las provincias con todas las plazas de pediatría ocupadas por especialistas son La Rioja, Valladolid, Zaragoza y Zamora, mientras que aquellas en las que el déficit de estos profesionales es mayor son Huelva, Cádiz, Almería y Ciudad Real, donde faltan más de la mitad.

También estudia la pediatría de área, un perfil que se instauró para cubrir plazas rurales, y que considera que “debería haber desaparecido”. Las comunidades autónomas en las que sigue existiendo ese tipo de profesionales son Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad de Madrid (pero de manera testimonial porque no llega a un 0,5%) y La Rioja, con porcentajes que van del 6,5% al 60%. Cuestión aparte también la enfermería pediátrica, siendo Andalucía la única comunidad autónoma donde no existe, mientras que en el resto a veces es compartida con la de adultos.

En opinión de la Aepap, “hay que hacer un esfuerzo en la formación MIR” y hacer “más atractivos” estos puestos de trabajo favoreciendo la promoción e investigación “y disminuyendo el 30% de horarios de tarde exclusivas o predominantes”. Critican que “las administraciones han tenido muy poco en cuenta los informes y los posicionamientos de la Aepap”, pese a la precaria situación del colectivo y el déficit de profesionales.

Juan Ruiz-Canelo, vicepresidente de la AEP, explica que el informe pretende complementar las negociaciones con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social para paliar esta situación. Pediatra en un centro de salud de Sevilla, reconoce que en cualquier caso, “la propia evolución de la demografía les hace pensar que se trata de un fenómeno transitorio”, porque en realidad la natalidad no deja de caer y cada vez habrá menos niños. Matiza que “la pediatría es apreciada en el MIR y comparativamente con otras especialidades”, pero también apunta que se trata de una especialidad muy feminizada y las condiciones de trabajo, que en la atención primaria ponen muchos problemas para conciliar, esto se nota.

“Llegan a esta especialidad profesionales con muy buenos expedientes, pero cuando se topan con esta realidad, o se van a la privada o a otros países. No hay más que ver la demanda de nuestros médicos por parte de países como Reino Unido y Suecia, y ahora Alemania. Se llevan a cientos de profesionales que se han formado aquí”, expone.

Posibles soluciones

Entre las soluciones que proponen desde la AEP, figuran incrementar las plazas MIR de pediatría y la rotación por los centros de salud, para mejorar el conocimiento y la fidelización. También, mejorar las retribuciones y las condiciones laborales de los pediatras, priorizando en carrera los “destinos duros”; reorganización de los horarios para favorecer la conciliación: centralización mientras no se disponga de pediatras para todos los centros de salud; mejorar la comunicación con los especialistas y la accesibilidad a las pruebas diagnósticas; desarrollo de sistemas de información que promueven la historia de salud única; presencia de estos profesionales en las comisiones de docencia de los hospitales y como tutores de MIR de la especialidad; adecuar los cupos; e implementar el modelo de atención a la cronicidad, la cobertura de la unidad de paliativos...

El hecho de que tantas plazas de pediatría estén desempeñadas por profesionales sin formación específica en la especialidad obliga a plantear el debate de si esto es necesario o no, porque hay controversia sobre el tipo más adecuado: pediatras o médicos de familia. Para responder a esto, la AEP hizo un estudio que compara la práctica clínica de unos y otros en cuestiones como la prescripción de antibióticos; la indicación de pruebas diagnósticas; el tratamiento de la otitis, del asma, de la fiebre y de diversas alteraciones psicopatológicas; y la prevención.

Entre otras cosas, han comprobado que los médicos de familia prescribieron más antibióticos que los pediatras para las infecciones de vías respiratorias. Los pediatras tuvieron más probabilidades de adherirse a las recomendaciones de las guías de práctica clínica sobre el tratamiento de la fiebre y una mayor capacidad de resolución para otras enfermedades de gran prevalencia durante la infancia y la adolescencia, como son el asma y la otitis. Igualmente, los niños con pediatras presentan porcentajes de vacunación muy superiores.

La presidenta de la Aepap, Concha Sánchez Pina, aclara que no es que la pediatría no sea atractiva: “Es una de las especialidades que más se eligen los que aprueban el MIR, de las primeras que se acaban en la elección… Lo que son poco atractivas son las condiciones de trabajo que tras la crisis se dan para los médicos de familia y para los pediatras en los centros de salud. La atención primaria ha soportado los recortes sanitarios proporcionalmente más que la hospitalaria”, relata. En la misma línea, apunta que bastantes hospitales de reciente creación “han absorbido un importante contingente de nuevos pediatras” y recuerda que hace una década había más Que optaban por la atención primaria.

Por otra parte, rechaza la posibilidad de reducir la edad de los niños atendidos por pediatra para corregir el déficit. “En la actualidad, de los 7 a los 14 años, los padres pueden elegir libremente entre tener pediatra o tener médico de familia y la realidad es abrumadora. Donde hay pediatras los padres los eligen prácticamente en el 100% de los casos para sus hijos hasta los 14 años. Los resultados en salud también parecen mejores si son atendidos por pediatras”, remata.

“Partimos en los centros de salud de un déficit de 1.600 especialistas que se va a agravar los próximos años porque se jubilarán sin posibilidad de recambio generacional, a menos que se consiga reconducir hacia una atención primaria con condiciones laborales más atractivas y se aumenten las plazas de formación MIR de pediatría”, agrega César García Vera, vicepresidente Aepap.

Los dos recuerdan que se ha constatado una disminución en los últimos años de nuevos pediatras que optan por la atención primaria, “pero la administración es muy reacia a dar datos”. Es más, ya avisaron hace una década de la falta de recambio sobre una planificación desde el inicio “insuficiente”, como casos de comunidades autónomas tan pobladas como Andalucía “donde los centros de salud nunca han tenido un 70% de plazas de pediatras cubiertas por especialistas”, pero “no se tomaron medidas efectivas”, por lo que esperan que el reciente reconocimiento por parte de la ministra de que ha faltado previsión “sea el primer paso para la toma de medidas efectivas”.

De momento, las medidas que se toman no gustan en el sector. La AEP, por ejemplo, denuncia que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) haya previsto 324 puestos de médicos de familia en diferentes centros de salud, de las ocho provincias de la comunidad autónoma, en la que 28 plazas aparecen en la categoría de médicos de familia “con funciones de pediatría”.

María José Mellado, presidenta de la AEP, critica que “nadie se quedaría impasible si se convocaran plazas de médicos generalistas para realizar las funciones de un cardiólogo o de un neurólogo”, por lo que cree “imprescindible que la opinión pública conozca esta realidad y el impacto que podría tener que los menores no sean atendidos por pediatras”. Concluye reivindicando la pediatría como “disciplina imprescindible que asegura la salud de los menores por los profesionales formados específicamente para el cuidado del bienestar de los niños, adolescentes y sus familias”.

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