El PP conjura el 'efecto Moreno' hasta las generales para arrebatar a Vox su mayor base electoral en Andalucía

Daniel Cela

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El PP andaluz había convocado una Junta Directiva Autonómica, máximo órgano de decisión entre congresos, 12 horas después del cierre del escrutinio que certificó su victoria rotunda en las elecciones municipales del domingo. El PSOE andaluz tenía ejecutiva federal en Madrid por la mañana y regional por la tarde en Sevilla. A las 11.00 horas compareció Pedro Sánchez para anunciar el adelanto de las generales al 23 de julio, dentro de 55 días.

El mensaje paralizó la política del país y garabateó todos los relatos postelectorales escritos y por escribir. ¿Cómo reaccionaron los partidos en Andalucía? Los populares convirtieron su cónclave en el primer acto de campaña para Alberto Núñez Feijóo, los socialistas desconvocaron su ejecutiva y se hundieron en un silencio atronador. La desconvocatoria de San Vicente, sede regional del PSOE-A en Sevilla, pilló a muchos miembros de la dirección regional de camino a la capital andaluza, desde Almería, Jaén, Granada o Huelva. Tuvieron que dar marcha atrás y esperar órdenes de Ferraz.

El problema del tsunami del PP en Andalucía es que no hay dique de contención para pararlo. Tras dos derrotas electorales en 11 meses, el PSOE andaluz está desfondado anímicamente, y el PSOE andaluz ha sido, históricamente, un estado de ánimo antes que un partido al uso.

Su secretario general, Juan Espadas, dijo la noche del 28M que el PP de Moreno había retrocedido cinco puntos respecto a su mayoría absoluta del pasado junio. El líder del PSOE sevillano, Javier Fernández, proclamó que “Moreno Bonilla ha perdido las elecciones en Sevilla por 55.000 votos” y lanzó un grito para anunciar que conservaban la Diputación Provincial. No hubo aplausos. A su lado estaba Antonio Muñoz, que acababa de perder la Alcaldía de Sevilla, el alma del socialismo en España.

El socialismo andaluz se ha quemado en el bosque electoral, algunos dirigentes señalan los pocos árboles que se han librado de las llamas y otros prefieren callar. Espadas dio una entrevista el lunes a Radio Sevilla, de la Cadena Ser, donde insistió en que los resultados “son malos, pero no catastróficos”, porque el PSOE aún aventaja al PP en número de concejales, aunque los populares sean la primera fuerza en votos. “Si no tengo el respaldo de mis secretarios generales, no dude de que date un paso atrás”, dijo.

“Un sobresfuerzo más”

El presidente andaluz y barón de barones del PP, Juan Manuel Moreno, aprovechó la Junta Directiva de este lunes, llamada a ser una celebración de la victoria de sus alcaldes en las ocho capitales, para pedirles allí mismo que no bajasen los brazos, que no dieran por terminada la campaña electoral hasta que Feijóo sea presidente del Gobierno. “Esta ola de cambio que ha recorrido Andalucía y España también va a sonar con contundencia el próximo 23 de julio. Por eso os pido que sigamos trabajando y un sobreesfuerzo para terminar este ciclo electoral con una mayoría de ciudadanos que respalde a Feijóo como presidente”, dijo.

Sus palabras fueron respondidas con aplausos. El PP andaluz está en éxtasis, cree en sí mismo, acaba de terminar una campaña electoral agotadora por los 785 municipios de Andalucía cabalgando a lomos del 'efecto Moreno'. El presidente se ha multiplicado los últimos 15 días para ejercer de candidato in pectore de todos los municipios donde el candidato real del PP necesitaba un empujón; también donde al partido le interesaba ensanchar su base social a costa del PSOE.

Si Moreno está agotado, este lunes lo ocultó muy bien. El Consejo de Gobierno semanal se adelantó del martes al lunes por la tarde, porque el presidente andaluz acude este martes a la reunión con la dirección nacional de su partido en la madrileña calle Génova, y de ahí coge un vuelo a Budapest para ver la final de la Copa de la UEFA que jugará el Sevilla F.C. con la Roma.

En otro momento, el PSOE andaluz habría levantado la voz para cuestionar que el presidente reajuste su agenda institucional a la de su partido, pero el PSOE no estaba ayer. No está. El resultado del 28M no estaba en ningún pronóstico de los socialistas, que empezaron la campaña ocultando una encuesta que le daba 15 concejales en Sevilla -a uno de la mayoría absoluta- para que los suyos no se confiaran. El PP ha ganado siete de las ocho capitales andaluzas y se ha quedado a 300 votos del PSOE en Jaén, que también esperan gobernar con apoyos de Vox y Jaén Merece Más, una escisión de los socialistas.

La victoria de los populares se ha llevado por delante cuatro diputaciones provinciales que hasta ayer eran el último asidero de poder institucional y económico del PSOE: Córdoba, Cádiz, Granada y Huelva. Los socialistas gobernaban la Diputación Provincial de Huelva desde 1979, una provincia con una representación residual de la derecha hasta hace unas horas.

Huelva es un síntoma de la falta de olfato del PSOE, pero también de la descoordinación que denuncian algunos dirigentes críticos entre la ejecutiva de Pedro Sánchez y la de Espadas. La polémica en torno a Doñana, primero con la ley de PP y Vox para regularizar regadíos junto al Parque Nacional, y luego con la declaración ambiental de la Junta al macrocomplejo turístico de Trebujena, frente a la reserva, ha convertido Huelva en un solar de lucha entre el Gobierno central del PSOE y el andaluz del PP. El Ministerio de Transición Ecológica y el propio presidente Sánchez se han fajado personalmente en esta refriega, que no ha tenido un efecto movilizador para el voto de izquierdas ni en la provincia de Huelva ni en el resto de Andalucía. Más bien al contrario.

Vox, clave en Andalucía para el PSOE

Andalucía aporta 61 de los 350 diputados al Congreso y 32 senadores. En las últimas generales de 2019, ya con Moreno gobernando gracias al apoyo de Ciudadanos y Vox, el PSOE logró 1,4 millones de votantes en Andalucía y aportó al cómputo total de Sánchez más que ninguna otra comunidad: 25 diputados; frente a los 15 del PP, que obtuvo 877.000 votos. Con los resultados del 28M, los populares andaluces sacarían 25 o 26 diputados andaluces (ahora tienen 15).

Ese escenario ya no existe: los populares lograron 1,58 millones de votos en las andaluzas del año pasado y 1,48 millones en las municipales del domingo. Moreno cree que se ha consolidado un cambio de ciclo político que empezó hace cinco años, cuando fue investido presidente por primera vez, pero en realidad el PSOE andaluz viene desangrándose en las urnas desde 2012, cuando fue derrotado por primera vez en unas autonómicas.

Ciudadanos ha desaparecido del mapa andaluz y su espacio lo ha fagocitado por completo el PP. Pero Vox no. La ultraderecha tuvo en Andalucía, en las generales de 2019, la mayor base electoral del partido de Santiago Abascal en España: 12 de 52 diputados, más que los que sacaron en Madrid (siete). Vox ha demostrado su fuerza en unas generales en este territorio, dividiendo el voto conservador en favor de la mayoría socialista. Es una de las claves que maneja la dirección federal del PSOE con el adelanto de las generales en julio: que Vox frene el crecimiento vigorizado del PP, y ahí el papel de Andalucía será determinante.

El avance de Vox en esta región tuvo mucho que ver con el malestar endémico en el campo andaluz y cómo los de Abascal lograron ocupar un hueco en el interior rural que el PP no supo aprovechar entonces. Se quedaron a 7.000 votos de dar el sorpasso a los populares de Moreno como segunda fuerza más votada en Andalucía, y ahí está el origen de todas las polémicas en torno a Doñana, los regantes y los agricultores que han jalonado ésta y la pasada legislatura con constantes pulsos entre PP y Vox por hacerse con ese nicho electoral.

Las municipales han devuelto peso a los de Moreno en este ámbito, a costa del PSOE, pero también de la ultraderecha. La campaña arranca el próximo 5 de julio y, esta vez sí, se va a solapar con la tramitación de la ley para regularizar regadíos en el entorno de Doñana.

El grupo parlamentario popular calcula que estaría aprobada al final de este periodo de sesiones, que termina con un Pleno el próximo 27 de julio, es decir, cuatro días de las elecciones generales del 23 de julio. Una norma a la que se opone radicalmente la Comisión Europea, la Unesco, el Gobierno central y la comunidad científica. En la campaña de las municipales no ha movilizado a las izquierdas; en las generales está por ver, pero es seguro que estará en agenda ya que PP y Vox pelearán por defender su autoría con la vista puesta en el caladero de votos del campo andaluz.

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