Los últimos sondeos de opinión en Andalucía constatan un progresivo alejamiento de la ciudadanía de la política y de los grandes partidos, y ante fenómenos como el de Syriza en Grecia o el movimiento Cinco Estrellas del italiano Beppe Grillo, estos tienen que reaccionar. El PSOE-A acaba de activar un nuevo termómetro para medir la temperatura de la calle y de su militancia para escuchar sus propuestas, debatirlas y, si llegado el caso, tienen tal dimensión que es necesaria una respuesta política, la tendrá. En el Parlamento o en los ayuntamientos. Han montado un nuevo canal on line de participación ciudadana, la plataforma Andalucía en acción, que aunque se impulsa bajo el logo rojo del puño y la rosa (han evitado usarlo en la página web), está abierta a todo el que quiera bajo el esquema “piensa, habla, actúa”.
Es una iniciativa pionera en el país y sigue la estela de la página web del Gobierno andaluz para recoger las propuestas ciudadanas ante el Pacto por Andalucía. También está concebida como un instrumento de consulta más inmediato y complementario a esas consultas populares que el Ejecutivo autonómico anunció la pasada semana que regulará en el marco de las ley de Transparencia y Participación ciudadana, que se aprobarán este año, y que se apoyan en el artículo 78 del Estatuto andaluz.
La acción política que derive de esta plataforma no se reducirá a que el PSOE se decida a tomar las riendas, dar forma y elevar las peticiones de militantes y ciudadanos a través de mociones en los ayuntamientos e iniciativas parlamentarias. Las propuestas que surjan de estos foros podrían dar pie a iniciativas legislativas populares que se defiendan desde ese escaño 110 que, pese a la tensión que acumula la calle, aún no se ha concretado en nada, y ya lleva casi cinco meses activo (el Reglamento de la Cámara se aprobó a mediados de noviembre pasado).
El funcionamiento de la plataforma es sencillo. Permite al usuario que se registre en ella participar en todas las propuestas (estarán activas por un periodo mínimo de tres meses), bien opinando con sus comentarios (de entre 140 y 1.000 caracteres), aportando sugerencias o votando lo que otros plantean. De hecho, en la plataforma, que ya está operativa, se pueden encontrar debates abiertos sobre un código de buenas prácticas políticas, presupuestos participativos, la Ley de Transparencia internet o la cobertura sanitaria actual. Y para que tenga un mayor efecto multiplicador, lo que se discuta en Andalucía en acción, también podrá saltar a Facebook y Twitter.
Al ser un esquema de participación abierto, en el PSOE ya cuentan con la entrada de usuarios cuya aportación se limite al insulto, los denominados trolls. El sistema más eficaz será el bloqueo que seguramente infligirá la propia comunidad. No obstante, aunque de entrada carece de filtros, también habrá un equipo del partido que supervisará, por la sencilla razón de que será el encargado de analizar las tendencias que luego podrán acabar, o no, en iniciativas políticas más allá de las redes sociales.
Otra de las utilidades de esta plataforma es que no se queda sólo en el ámbito on line. Dará pistas al PSOE de qué temas deben ser discutidos off line y favorecer la celebración de foros, actos y encuentros temáticos a nivel regional, local e incluso de barrio. Es decir, será un instrumento eficaz en una doble vertiente: el político no sólo baja a la calle, sino que sube a la red, o viceversa.
El estreno de esta plataforma estuvo respaldado por la secretaria federal de Participación, Redes e Innovación, María González Veracruz, que vio en esta idea una vía para ayudar a esta transición “del cabreo” ciudadano “al compromiso” político, y anunció que se conectará a la plataforma Diálogos en Red, orientada a la próxima conferencia política de los socialistas.
El vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, destacó de esta herramienta “arriesgada” su utilidad, ya que parte del “compromiso de dar traslado a la actividad institucional” aquellas inquietudes que sean de calado, lo que ayudará a potenciar el sentimiento de ciudadanía y de democracia. “No sólo se es ciudadano cada cuatro años, los ciudadanos lo son siempre, y ahora tendrán más capacidad de influir en aquellas decisiones que le son vitales”, apuntó, ensalzando que no son sólo los 109 escaños del Parlamento los que deciden, “sino 4 millones de andaluces”.