“El único partido que estaba el 4 de Diciembre y que todavía se sienta en el Parlamento de Andalucía es el PSOE. [...] Formo parte de un partido que se echó a las espaldas lo que hizo falta para defender la dignidad de un pueblo que había sufrido muchísimo”, enfatizaba en un reciente pleno Susana Díaz como respuesta a las críticas de otras formaciones que les reprochan que hasta 2017 los socialistas no habían hecho bandera de la celebración del 4 de diciembre de 1977, fecha en la que los andaluces se movilizaron para reclamar la máxima autonomía con la llegada de la democracia.
Porque esta vez, cuando se cumplen 40 años de esa jornada, el PSOE tiene previstos eventos para rememorar una fecha que nunca ha puesto en el mismo nivel que el 28 de febrero, día de la comunidad autónoma, porque fue cuando se celebró el referéndum de 1980 previamente reivindicado en la calle y se logró el reconocimiento de nacionalidad histórica.
La propia Susana Díaz comparecía en rueda de prensa esta semana tras “la última reunión del Consejo de Gobierno previa” a la celebración del 4D para darle solemnidad a este momento. Reunión del Consejo de Gobierno en la que se aprobó la anunciada declaración de Lugar para la Memoria Democrática la esquina en la que fue asesinado por un tiro de la policía Manuel García Caparrós durante esas manifestaciones en Málaga.
Es esto una novedad, porque en las pocas decisiones del Gobierno de Andalucía relacionadas con el 4D, los socialistas han ido empujados por otros partidos, que sí han reivindicado más esa fecha. De hecho, en ocasiones, usándola como elemento de enfrentamiento. Igual que está ocurriendo estas semanas con las interpretaciones que desde Podemos se hacen del 4D y que han puesto en bandeja a los socialistas la ocasión para acusarles de “manipular la historia”.
De que los socialistas han ido hasta hace poco arrastrados en la reivindicación del 4D hay varios ejemplos. Pasó en 2003, cuando el Gobierno de Andalucía conmemoró el 25 aniversario, con el PA entonces en la Consejería de Relaciones Institucionales; o en 2012, cuando el Consejo de Gobierno aprobó una declaración institucional por el 35 aniversario, igual que tradicionalmente ha hecho con el 28F, porque IU llevaba ese mismo departamento: o cuando en 2013 otorgó a Manuel García Caparrós el título de Hijo Predilecto de Andalucía, de nuevo a propuesta de sus entonces socios de la coalición de izquierdas.
Pero las cosas han cambiado. Y si habitualmente en la conmemoración del 4D han estado solos el PA, el PCA, luego IU, y desde su reciente nacimiento, Podemos, esta vez para el PSOE la fecha está señalada en rojo en el calendario. En esto tiene mucho que ver el contexto, aseguran fuentes del Gobierno de Andalucía y del PSOE, con el desafío independentista de Cataluña, el debate sobre el modelo de financiación de las comunidades autónomas y la propia guerra interna de los socialistas como telón de fondo. No hay que olvidar que coincide con el 40 aniversario de la fundación de la Federación Socialista de Andalucía (más tarde PSOE-A), la primera del partido que nació como tal.
Con esta última celebración también este año, pese a que otras veces ha pasado desapercibida, Susana Díaz saca pecho de la fortaleza del PSOE de Andalucía en su pulso con Pedro Sánchez. Ya hubo un avance en el reciente congreso regional donde fue reelegida secretaria general. Y para Susana Díaz es clave incidir en esto frente a provocaciones de Pedro Sánchez, en el plano institucional y en el político, como cuando olvida mencionar a Andalucía entre las nacionalidades históricas o como cuando marcha por libre sin el tradicional padrinazgo de la federación más numerosa del partido, con la que las relaciones continúan rotas tras haberle ganado el pulso a la mujer que quiso evitar que volviera a controlar Ferraz.
Pero a los que siempre han estado con el recuerdo del 4D no se les escapa. Por eso, el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, le espetaba a la presidenta en el mismo pleno: “Un 4 de diciembre en el que han estado ausentes 40 años y que en 2017 pretenden encabezar”. Tampoco se olvidan de recordárselo desde Podemos, que desde el principio cogió esta bandera en Andalucía y de hecho su fallecido diputado José Luis Serrano protagonizó una intervención en este sentido muy aplaudida en el Parlamento de Andalucía por todos los grupos.
Así se ha conmemorado hasta ahora el 4D
Secretario general de Relaciones con el Parlamento de la Consejería de Relaciones Institucionales entre 2002 y 2004 cuando el PSOE gobernaba con el PA, José Luis Villar, hace una breve cronología de los primeros años tras el 4D, el de la “gran manifestación que se convocó por todos los partidos democráticos, sindicatos y entidades sociales, decidiéndose por todos que ese fuera el Día de Andalucía y con la idea de que siguiera siéndolo en el futuro”.
De este modo, en 1978, como era la campaña del referéndum no se convocó ninguna movilización, pero se firmó el Pacto de Antequera.
En 1979, como el 4 de diciembre caía en martes, la manifestación fue el domingo 2, con una participación similar a la de 1977. “Ese año fue la bronca con Fuerza Nueva que tenía su sede encima de Filella, en la esquina de la avenida de la Constitución con la plaza Nueva de Sevilla. Mucha gente lo confunde y usa fotos del 79 creyendo que es el 77”, cuenta.
En 1980, el 28 de febrero, fue el referéndum, con gran protagonismo de Rafael Escuredo (huelga de hambre incluida) y el PSOE. “De ahí, que a partir de entonces, en mi opinión, el PSOE decidiera que el 28-F fuera el Día de Andalucía, al identificarse más con su organización que el 4 de diciembre de protagonismo compartido”, subraya. No obstante, puntualiza: “El PA (y todas las organizaciones nacionalistas, más o menos grandes), siempre han mantenido el reconocimiento del 4D como Día de Andalucía, por la naturaleza masiva, espontánea e inesperada de la movilización de 1977. Lo que no significa que no valoráramos extraordinariamente el 28F. Solíamos decir que el 4D el pueblo se expresó como tal en las calles y el 28F en las urnas. Pero sin 4D no habría habido 28F”.
Eso sí, los andalucistas mantuvieron la celebración del 4D, especialmente en las ciudades donde tenían la alcaldía, como Sevilla. Por eso, en 2002, con el 25 aniversario, los andalucistas vieron “la oportunidad de que por primera vez el Gobierno de Andalucía reconociera la trascendencia del 4D”. Se organizó una gran exposición que luego recorrió varias ciudades, siendo él secretario general en la Consejería de Relaciones Institucionales.
Este profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Pablo de Olavide comenta que, con motivo del 40 aniversario, “de nuevo parece que la organización territorial está por definir, generalizándose las voces (empezando por la de Pedro Sánchez) que plantean la asimetría”. Pero sostiene que “sin duda, sólo Andalucía (con 62 diputados) tiene masa crítica” para evitarlo. “¿Quiere jugar Susana Díaz hoy el papel de Rafael Escuredo en los 80? ¿De verdad o es sólo una jugada estratégica para reforzar su base electoral en Andalucía y mantener viva la llama de una alternativa orgánica en su partido?”, se pregunta.
Por su parte, el que que fuera diputado de IU en el Parlamento de Andalucía varias legislaturas, incluida la primera, Antonio Romero, coincide: “El 4 de diciembre fue una movilización espectacular de la ciudadanía y tuvo la traducción en el 28 de febrero. Sin 4D, no hubiera habido 28F”. Y aprovecha para puntualizar que el respaldo de las administraciones locales que necesitaba el referéndum comenzó en los consistorios de Los Corrales (Sevilla) y Puerto Real (Cádiz), gobernados entonces por la CUT y el PTA, respectivamente.
En su opinión, “los socialistas creían muy poco en la autonomía de Andalucía, pero Felipe González y Alfonso Guerra estaban al ataque despiadado contra Adolfo Suárez y la UCD y usaron esta lucha como instrumento para desgastarlo”. Prueba de ello, continúa, es que cuando el socialista Rafael Escuredo sí cogió está bandera “se lo cargaron en su propio partido”.
Es más, recalca que “Susana Díaz ha sido la presidenta que ha bajado más el nivel de la autonomía de Andalucía”, como lo ha demostrado “los últimos años entretenida en su guerra con Pedro Sánchez”. De hecho, pese a que cree que “en Andalucía todos los presidentes del PSOE han gobernado por debajo de las posibilidades del Estatuto de Autonomía”, opina que “ella, con el Gobierno de Andalucía más descafeinado de la historia, es la peor”. Sugiere por tanto que “se le ve el plumero” porque “quiere aparecer como andalucista cuando es un tema que no le ha interesado nunca”.
Lo más grave, según el que fuera también senador, es que haya dejado a Andalucía “fuera de juego en el debate territorial en su empeño por luchar por el poder en el PSOE y ahora vuelve de manera oportunista reivindicando el 4D”. Por el contrario, sostiene que “Andalucía es la única que puede equilibrar el desafío de Cataluña y conseguir su encaje en España sin que eso implique no haya solidaridad y equilibrio entre los pueblos”. Y apostilla: “Mientras se baraja no se pierde. Pero Andalucía ni baraja ni está jugando. Está fuera de la mesa”.
Portavoz con Concha Caballero en la presentación en las Cortes Generales del Estatuto de Autonomía de Andalucía, continúa: “Andalucía tiene una autonomía que no ha sido regalada ni concedida, sino conquistada, amasada con la sangre y los votos de los andaluces”. Por eso le “duele” especialmente que tardar en llegar el reconocimiento para Manuel García Caparrós. “Era nuestro compañero el que murió en Málaga y tampoco lo quisieron reconocer y no querían convertirlo en víctima de la lucha por la autonomía”.
Con esta tensión de fondo, los socialistas intentan quitar importancia a ese papel secundario que siempre le han dado a esta efemérides. El vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios, no lo oculta pero cree normal que el 4D cobre “mayor importancia” en el actual contexto, entre otras cosas con el debate del modelo de financiación sobre la mesa.
En recientes declaraciones a los periodistas, el vicepresidente manifestaba que “el debate que más urge en este momento es el del nuevo modelo de financiación”, que tiene que ser “justo con Andalucía y lo que representa esta tierra”. Por ello, entiende que la celebración de esta efemérides es una ocasión más para ratificar que “Andalucía va a defender alto y claro su posición en el contexto nacional, haciendo valer su posición política y económica y el hecho de que sea una comunidad autónoma de nueve millones de habitantes”.
Con estas premisas, el Gobierno de Andalucía prepara una completa programación para recordar que hace 40 años que este territorio se ganó a pulso su autonomía dentro de España y en el marco constitucional, siendo la única que lo ha hecho vía referéndum.
Por su parte, Podemos, inmerso también en esta carrera, espera el debate en el Parlamento de Andalucía de su proposición de ley para la declaración del 4D como “día histórico de la reivindicación popular del legítimo derecho de Andalucía al autogobierno”, registrada hace casi un año.