Una gran cola de mayores de 80 años desborda un centro de vacunación de Sevilla: “Pida la vez, da igual la hora que tenga”
Una gran cola de personas mayores de 80 años y sus acompañantes ha desbordado en la tarde de este viernes el centro de vacunación contra la Covid-19 que la Junta de Andalucía ha habilitado en el centro deportivo universitario de Los Bermejales, facilitado por la Universidad de Sevilla. Un total de 1.500 mayores habían sido citados entre las 15.30 y las 19.30 horas para recibir la vacuna de Pfizer, administrada por una treintena de trabajadores entre personal de enfermería con el apoyo de estudiantes de Medicina, pero la llegada prematura y en masa de muchos ha provocado que se hayan registrado acumulaciones de personas y una alteración al orden de la citación. “Pida usted la vez, da igual la hora que tenga”, comentaba mediada la tarde personal de Protección Civil junto a la entrada, que se habilitó de manera improvisada con bancos y sillas para aquellos mayores que no podían espera la cola, guardada con paciencia por sus acompañantes.
En esta misma sede de la capital hispalense se habían vacunado entre el jueves y el viernes por la mañana a cientos de profesionales de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, con edad hasta 55 años inclusive. Esta tarde se había citado a los mayores, previendo que acudiera aproximadamente un 60% de los llamados, pero “han venido casi todos”, según ha apuntado personal de la organización. “Había ya personas a las 12.30 horas. O a las 15.30 gente citada a las 19.00 horas. Muchos se han adelantado a su hora”, comentan fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS) acerca de la acumulación de personas mayores. En Sevilla, en ese sentido y de acuerdo a las mismas fuentes, ya se está vacunando a personas de 85 años, así como a grandes dependientes desde este mismo viernes.
Multitud de coches cruzados y en doble fila, junto a numerosos taxis esperando, han provocado además una importante aglomeración de tráfico en el entorno del complejo deportivo. A su llegada, no eran pocos los que se indignaban al ver la longitud de la larguísima cola, un malestar que aumentaba cuando descubrían que muchas personas que estaban citadas a horas posteriores a la suya estaban por delante e iban a ser atendidos antes. El colapso de personas que se formó hacía inútil la hora de cita asignada, reiterándose que lo que había que hacer era pedir la vez y ponerse en la cola sin más.
La gran cola llegó a alcanzar la rotonda del colegio Corpus Christi y se dobló sobre misma, al impedir la valla que separa de la Avenida de las Razas que continuase en línea recta. “Nos han dicho que viniéramos para aquí de apoyo porque se estaba desbordando la situación”, comentaba personal de Protección Civil que inicialmente prestaba sus servicios en la otra sede habilitada por la Hispalense, el pabellón Ramón y Cajal, al que están acudiendo diariamente unas 2.000 personas mayores en turnos de mañana y tarde.
Pese a la sensación de caos reinante en la zona y al impacto que producía la enorme cola, los ánimos no se caldearon en exceso gracias a que avanzaba con bastante rapidez. “Dentro está todo bien organizado y va muy ligero”, señalaba Concha Callejón, de 84 años, que tuvo que aguantar en la fila algo más de media hora, una espera que no fue especialmente penosa gracias a que la temperatura acompañaba. “Aquí nos van a dar las 10 de la noche”, se temió Juan Serrano, de 76 años, que acompañaba a su hermano Antonio, de 86, pero al final la cosa no fue para tanto. Tras su buen rato de espera, Antonio casi se vacunó a la hora que tenía asignada... gracias a que se había presentado con una hora de antelación.
“Hay muchos que han acudido a deshora, incluso con dos horas de antelación, y ha habido momentos en los que se ha formado mucha cola”, añaden las fuentes. “Es algo inevitable, hay que ser realistas”, apuntan, teniendo en cuenta que el ritmo de vacunación es más lento con los mayores, han añadido las fuentes del SAS.
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