En las webs donde se ofrecen todo tipo de artículos se venden también trabajos de investigación que sirven para escalar posiciones en las bolsas de empleo público. “¿Eres Enfermer@, quieres presentarte a un congreso y no sabes cómo realizar tus posters? Te lo ponemos muy fácil, ¡nosotros hacemos todo el trabajo! Amplia experiencia en congresos enfermeros”, dice uno de esos anuncios.
Esos trabajos, llamados posters, se presentan luego a alguno de los congresos que han proliferado por decenas en los últimos años, y sirven para sumar una décima, hasta un máximo de veinte puntos. Un botín muy valioso para una bolsa donde haber aprobado la oposición supone un punto y toda la experiencia puede sumar un máximo de 55. “Al fin y al cabo es comprar los puntos. Eso lo sabe la Bolsa y todo el mundo”, admite una persona que ofrece estos servicios en una página de anuncios.
Mercadeo de méritos
El SAS y los sindicatos han ignorado durante años este mercadeo de méritos cada vez más popular, hasta que esta primavera se denunció ante el Defensor del Pueblo Andaluz. eldiario.es Andalucía informó de su existencia en mayo. En la última lista provisional de auxiliares de Enfermería, el recorte de puntos por Otros Méritos (donde se incluyen estos trabajos) ha sido generalizado, según el sindicato SAE. La Plataforma de profesionales del SAS por un baremo justo, constituida este verano para denunciar esta situación, asegura que la criba en Enfermería ha sido mínima, si bien sindicatos como el CSIF han mostrado sus dudas porque se habrían eliminado comunicaciones “sin valorar si el trabajo es serio o no”. Muchos candidatos han presentado alegaciones para que se reconozcan comunicaciones eliminadas. Aunque la existencia de este trasiego de posters es vox populi, es imposible cuantificar su alcance exacto.
“Yo el anuncio lo puse por ayudar, sobre todo a los más mayores, porque sé que tienen pocos conocimientos en informática. Pero me sentí mal cuando contactaron conmigo porque lo que busca la gente es que alguien le haga un póster, pagar y llevarse los puntos, cosa con lo que no estoy de acuerdo moralmente”, responde (bajo condición de anonimato) la persona que publicó el anuncio del primer párrafo, ya retirado antes de recibir la llamada.
“Sé de gente que cobra 200 euros por hacer cuatro posters”, asegura otra persona profesional de la Enfermería que aún se ofrece para hacer esos trabajos por 30 euros. Tarda unas siete horas en hacer cada uno, pero su negocio últimamente ha sido escaso porque con el revuelo por el recorte de este tipo de méritos, el mercado está parado: “La gente no se arriesga a pagar para que no se los baremen”, lamenta. “Ojalá me encargaran 200 trabajos, sé que no es legal, pero como muchas cosas en la vida…”.
Para esta persona, que pide el anonimato, la solución pasa por rebajar la puntuación “desmesurada” asignada a este tipo de trabajos. “Hay gente que tiene dinero, se inscribe en muchos congresos y hacen auténticas basuras de trabajo; y empresas que crean congresos que no son fiables ni tienen carácter científico”, admite.
Congresos sin control
La concesión de hasta 20 puntos sobre un total de 120, y la alta tasa de temporalidad (más del 50%, según SATSE), provocó la aparición de esta picaresca hace unos cuatro años. Los congresos en los que se acreditan los trabajos, muchos de ellos online, son la segunda pata del sistema. Los profesionales del sector admiten que hay jornadas que ponen escaso celo en verificar el rigor científico de los trabajos que acreditan, y sindicatos como CSIF han pedido que se extreme el control sobre las entidades organizadoras.
“Hay muchos que organizan congresos sin tener ningún tipo de acreditación” y otros en los que “el control no está siendo eficaz”, señala María del Carmen Pérez, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Almería. Pérez es también la portavoz de Asunivep, una de las entidades más conocidas en el sector, que ahora está recibiendo decenas de llamadas de profesionales cuyos trabajos no han sido reconocidos en las bolsas del SAS.
Asunivep es una asociación de profesores universitarios (la mayoría, de la Universidad de Almería). Comenzó a organizar congresos con un centenar de participantes hace diez años, pero ahora ofrece congresos online en España e Iberoamérica donde se presentan miles de trabajos de investigación. Un ejemplo: las actas del I Congreso Internacional en Contextos Clínicos y de la Salud, celebrado en septiembre de 2015, recogen unos 4.000 resúmenes de posters.
A la pregunta de si está garantizado el control sobre los trabajos, Pérez asegura que sí. Existe una primera revisión antiplagio, una revisión posterior del título y los aspectos formales, y por último el comité científico verifica el póster, que se presenta en modelos estandarizados. El comité científico encargado de revisar estos trabajos suele estar formado por decenas de profesores, catedráticos o médicos especialistas. Con todo, Pérez insiste en que lo único que la organización certifica es “una aportación a un congreso”. Es decir, el folio resumen, y no el trabajo que hay detrás. “Hay muchos congresos que certifican capítulos de libros con doscientas palabras”, denuncia. La profesora aclara que la asociación no trabaja “para la Bolsa del SAS”, sino para que “la gente haga investigación”.
Asunivep, que como asociación no tiene teóricamente ánimo de lucro, participa en un negocio en el que se mueve mucho dinero. Presentar un póster a uno de sus congresos cuesta 50 euros, pero ofrece descuentos: cuatro salen por 85 euros, y además hay rebajas adicionales en Latinoamérica. Todos sus congresos son online. María del Carmen Pérez dice desconocer los ingresos de la asociación.
Un mercado en crecimiento
Este mercado se multiplicó cuando se modificó el sistema de estudios de Enfermería, que pasó de Diplomatura a Grado, con trabajo final de investigación. “Antes sólo investigaban los médicos, pero ahora hay muchas enfermeras que son doctoras. La enfermería ha dejado de ser una profesión asistencial, y se ha visto la necesidad de investigar”, argumenta Pérez. Los profesionales pueden optar por una investigación empírica, pero también por metanálisis y revisiones, cuyo principal requisito es un buen manejo de bases de datos. “En una tarde puedes leer cinco artículos, sintetizarlos y plasmarlos en un resumen de 200 palabras”.
Sin embargo, muchos profesionales veteranos, que estudiaron antes de que la investigación fuese un requisito, y cuyas nociones informáticas y de manejo de base de datos son limitadas, se han visto compitiendo en terreno desconocido. Ante esto, algunos se han reciclado y otros han recurrido a los encargos. Otro grupo de profesionales, constituidos en una plataforma, pide la modificación del baremo para limitar el peso de las comunicaciones y elevar el de la experiencia.
CSIF y Satse, los dos sindicatos mayoritarios, ya mostraron su preocupación durante el verano. Satse pidió una reunión urgente de la mesa sectorial ante las “irregularidades detectadas”, “en las que un elevado número de candidatos han aumentado sospechosamente la puntuación en menos de un año”.
La solución del SAS no ha satisfecho a nadie: ha dado validez en la Bolsa de Enfermería a trabajos desestimados en la de Auxiliar, donde el recorte ha sido generalizado. Tampoco ha explicado con claridad el criterio para desestimar algunos posters. “Si existe un problema que le pongan remedio, pero no a mitad del partido, porque la gente organiza su vida y tiene unas expectativas”, concluye la portavoz de Asunivep. “Si deciden retirarlos [los posters], o a todos o a ninguno”, pide la enfermera que retiró su anuncio.