ENTREVISTA
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Carlos Arenas, de la Plataforma Andaluza por la Mayoría Social
“Es vergonzante que en Andalucía lo público se usurpe y venda a entidades privadas para que hagan su agosto”
Carlos Arenas (Sevilla, 1949) conoce muy bien la historia de Andalucía. El profesor jubilado del Área de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Sevilla se ha embarcado ahora en una misión ambiciosa pero que tiene un objetivo claro: un “vuelco político” en la comunidad autónoma gobernada por la mayoría absoluta del Partido Popular de Juan Manuel Moreno. Arenas es uno de los promotores de la recién creada Plataforma Andaluza por la Mayoría Social, de la que nos cuenta sus pretensiones, entresijos y planes a corto, medio y largo plazo para “sustituir no solamente a un gobierno de derechas sino subvertir la desgraciada historia de este país nuestro” que es Andalucía. Aunque ilusionado, sabe que no será tarea fácil porque con la veintena de partidos, sindicatos y organizaciones sociales que ya se han conjurado “tenemos que tener mucho tacto para no pisar callos ni herir susceptibilidades porque las hay, evidentemente”. La clave estará, según Arenas, en “tener inteligencia para trabajar en común”.
¿Por qué nace esta plataforma? ¿De dónde surge?
Surge de una necesidad que hay en la sociedad andaluza de afrontar problemas que se están volviendo ya casi irresolubles, de gente que piensa que esto hay que darle una vuelta, de que hay que recobrar la ilusión que se ha venido perdiendo durante las últimas décadas. Como aquel “volver a empezar” de los años 80. Personas ya con una edad para tener contactos y que, tirando del hilo, hemos conseguido presentar la plataforma. Es un espacio social y asociativo donde están partidos, sindicatos, entidades privadas, sociales, movimientos, etc. con esa intención de canalizar un poco la protesta o el malestar hacia una alternativa alternativa de gobierno.
¿Cuál es la situación que se quiere cambiar en concreto? ¿De dónde proviene ese malestar?
Como historiador económico diría que los males vienen desde hace muchos siglos y son los de siempre. Una Andalucía que no converge económicamente, una Andalucía donde las desigualdades entre ricos y pobres son las más altas del país, una Andalucía que está en los índices más bajos de todo lo que mide el bienestar y todo lo contrario en los más altos de todo lo que mide el deterioro social. Y últimamente, algo que define a Andalucía a lo largo de la historia: la usurpación de lo público. Antes se usurpaban los baldíos que usaban los campesinos en común, después se usurparon las tierras de los municipios, después se usurparon las tierras de los ayuntamientos para recalificarlas, etc. Y hoy, es vergonzante que lo público que queda, que es un mediano Estado del Bienestar, se usurpe y venda a entidades privadas para que hagan su agosto. A uno que conozca la historia le cabrea muchísimo que esto siga sucediendo y que sea siempre más de lo mismo.
Esa usurpación de la que habla, ¿conllevar el deterioro de los servicios públicos y la pérdida de derechos sociales?
Es que además es un deterioro deliberado. Moreno Bonilla dice que esto es producto de una catástrofe natural que era el covid. Eso a mí me recuerda a otras excusas como “la pertinaz sequía” o que “en España pasa hambre la gente porque los rojos destruyeron el país durante la Guerra Civil”. Excusas. Si hay alguna catástrofe es este Gobierno andaluz que deliberadamente está dejando caer lo público, la enseñanza pública, la sanidad pública, la universidad pública, para dárselo a los amiguetes. Y cuando digo “amiguetes” es el concepto económico que se le da a esa operación de privatizar lo que es público.
Los partidos de izquierda son conscientes de que que han cometido errores. Los que están ahora consideran que no son herencia del pasado, quieren romper con ese pasado y tienen un verdadero propósito de enmienda de, por esta vez, no defraudar a la gente
Reclaman ustedes unidad para hacer frente al actual Gobierno de la Junta pero también es cierto que entre los partidos de izquierda ha habido desentendimientos públicos y notorios. ¿Por qué cree que pasa? ¿No hay autocrítica para que no se repitan viejos errores?
Sí, eso es evidente. Y no solamente entre partidos de izquierda, sino dentro de cada partido de izquierda en distintas fracciones. ¿El motivo? Pues el motivo es la profesionalización de la política y creer que el partido político sustituye a la acción social de la gente. Han estado más atentos al cargo, al puesto, a hacer profesión y carrera política por parte de muchos militantes mientras que hoy, desde partidos importantes como el PSOE, se reconoce que ha estado prácticamente difunto. De lo que se trata ahora es que ese difunto renazca y ofrezca de forma leal y de forma inteligente alternativas a la población y a la sociedad andaluza. Los partidos de izquierda son conscientes de que han cometido errores. Los que están ahora consideran que no son herencia del pasado, quieren romper con ese pasado y tienen un verdadero propósito de enmienda de, por esta vez, no defraudar a la gente.
¿Qué característica particular tiene esta plataforma respecto a otros movimientos que han intentado surgir en estos años atrás?
La gran diferencia (y aquí estoy yo, que no milito en ningún partido) es que esta plataforma cuenta con los movimientos sociales y con la sociedad civil, y cuenta con ello de igual a igual. Expuse en la presentación del día 18 que esto es una partida de ajedrez donde hay unas piezas más importantes que otras pero todas estamos jugando lo mismo. Y entre esas piezas hay muchas entidades sociales que hacen su labor y que están perfectamente integradas dentro de la plataforma. Y muchas más van a venir. Esa es la novedad. Los partidos no sustituyen a la sociedad. El artículo I de la Constitución habla de la soberanía del pueblo español y el pueblo español tiene sus entidades y tiene que tener también su voz y su protagonismo en cualquier en cualquier proceso de cambio.
Habló también usted de que se trata de una movilización republicana, ¿a qué se refería en concreto?
No sé si algunos les sentaría bien, pero sí, hablé de republicanismo porque el republicanismo, para mí, es la intervención de la sociedad en los asuntos que le competen. Conozco la historia del republicanismo andaluz, y durante mucho tiempo hubo esa participación. Decía Blas Infante “volver a ser lo que fuimos”. Y fuimos federales, cantonalistas, republicanos en el sentido francés de la palabra, de participar, de reclamar a un presidente electo.
Este país nuestro andaluz ha sido siempre de un capitalismo extractivo política, económica y socialmente en manos de unas élites, y ya va siendo hora que se le dé la oportunidad a la mayoría de participar también en su propio destino
En todo caso, ¿de qué manera va a concretar la plataforma su acción social y política? Hay varios partidos (PSOE, Podemos, IU, Sumar). ¿Se ha planteado la opción de una coalición electoral?
No. Ya han advertido los partidos que no habrá coalición electoral. En la presentación de la plataforma se habló de una coalición de ilusión electoral, que es otra cosa distinta. No está previsto en absoluto, de momento, ninguna coalición electoral. Lo que sí vamos a hacer es extender el manifiesto por toda Andalucía de manera que las distintas organizaciones, sobre todo las fuertes (Comisiones Obreras, Izquierda Unida, PSOE, Podemos...) contacten con sus militantes, con sus organizaciones en cada uno de las provincias y crear esa expectativa.
Pero a mí lo que me interesa es que la gente participe en el proyecto con sus ideas y coger los temas que realmente preocupan a los andaluces (la sanidad, la escuela, el agua, la formación profesional, etc.), reunir una serie de expertos consensuados con los partidos y con las organizaciones, y crear un foro de debate y de estudio para que planteen no un programa electoral sino unas recomendaciones generales sobre qué camino seguir. Se trata, aunque sea un poco redundante, de cambiar la trayectoria histórica de muchos siglos de este país, de Andalucía y también de España, y volverla del revés. Y la primera clave para cambiar la situación sería la igualdad de oportunidades. Este país nuestro andaluz ha sido siempre de un capitalismo extractivo política, económica y socialmente en manos de unas élites, y ya va siendo hora que se le dé la oportunidad a la mayoría de participar también en su propio destino.
¿Cómo prevén, desde un punto de vista pragmático, que la plataforma canalice los intereses de cada partido? ¿Cómo va a tener una influencia directa en la democracia?
Debería tenerla. Si estamos hablando de cambiar la hegemonía cultural y de valores que la derecha está teniendo, si fuéramos capaces de engendrar una nueva cosmovisión, una nueva ilusión, una nueva alegría, está claro que eso tiene que traducirse en votos, ¿no? Nuestra intención es que la gente que nos vota, y en los barrios populares hay mucha abstención e incluso vota cosas que no les conviene, en contra de sus intereses, pues participen esta vez y den un vuelco político. Esa es la intención. Lo que sí parece claro es que, tal y como están las cosas ahora, ni el PSOE puede sustituir a Moreno Bonilla ni los partidos a la izquierda del PSOE pueden sustituir por sí mismos a Moreno Bonilla. O se ponen de acuerdo antes o después, pero por lo menos que aprovechen esta sinergia que estamos intentando porque no parece que haya otra manera que juntos se pueda sustituir no solamente a un gobierno de derechas sino subvertir la desgraciada historia de este país nuestro.
La frustración de la juventud y su desencanto es el mismo desencanto de los jóvenes de los años 70 y 80. El desencanto es brutal y hay que dar mensajes específicos para ellos, hacer política para ellos, tener un programa para ellos y que se cumpla
Entre los votantes que necesitan esa nueva ilusión está la juventud, ¿no cree? ¿De qué manera van a poder movilizar a esa clase joven teniendo en cuenta que muchas de las personas que están detrás de la plataforma tienen “una edad” como usted mismo reconoce?
Está claro que ese es un deber ineludible. Yo estoy confiado y tenemos la suficiente inteligencia para tocar ciertas teclas y ciertos resortes, también con el feminismo. He dado clase durante los últimos 50 años y he estado rodeado con jóvenes de casi todas las edades. Lo que hace falta es tiempo, inteligencia y, sobre todo, ofrecerles igualdad de oportunidades. Hace poco Antonio Maíllo me invitó a una charla en su instituto con gente que ya está terminando, de 16 años, y hablé de este tipo de cosas: tenéis los mejores institutos, tenéis los mejores profesores, pero no tenéis las relaciones sociales para superar el hándicap, la barrera de entrada que tienen otros muchos jóvenes por haber heredado, por ser hijos de gente que tiene ya una carrera hecha, que se os ponen por delante.
Y desde la política se tiene que dar igualdad de oportunidades a gente que, de momento, no la tiene. Los chavales aplaudieron porque les toqué esa tecla y es la que hay que seguir tocando, tocando a los intereses de ellos, que tienen un futuro negro. Porque hay otra gente que se va, y los que no emigran, incluso con carrera, pues están de reponedores en muchas tiendas. La frustración de la juventud y su desencanto es el mismo desencanto de los jóvenes de los años 70 y 80. El desencanto es brutal y hay que dar mensajes específicos para ellos, hacer política para ellos, tener un programa para ellos y que se cumpla. El tema de la vivienda, por ejemplo, con las ayudas al alquiler que no se cumplen. Ese tema es clave, y también el trabajo, la vivienda, la promoción, etcétera, etcétera Así que hay que buscar asuntos y temas que les interese y que les motiven.
Habla también usted del feminismo, un movimiento creciente en los últimos años pero que también mantiene ciertas diferencias en su seno en algunos puntos. ¿Cómo pretenden integrar al feminismo en la plataforma?
Sí, lo hemos intentado y, de hecho, hay conversaciones. Lo que pasa es que justamente lo que usted está comentando y tenemos que ver si se integran diez, doce o quince entidades. Estamos empezando y antes o después se integrarán y también participarán. Porque aquí no basta solo con integrarse porque si no participan es como si no estuvieran.
¿De qué manera concreta las entidades y los movimientos que se vayan integrando en la plataforma van a participar en ella?
De momento hay 20 entidades (cinco o seis partidos políticos, CCOO y el resto son movimientos sociales). También está Facua, que está haciendo una labor fantástica para denunciar los abusos contra el consumidor, y están la Marea blanca, los pensionistas y los pequeños agricultores, que intentaremos que se desliguen de Asaja y tengan un itinerario propio, incluso la COAG y el cooperativismo. Cada uno tiene su estrategia y son libres de establecer su estrategia. Como son asociaciones de carácter andaluz, yo les pediría que el despliegue territorial les compete también a ellos, que desplieguen territorialmente sus sinergias, sus estrategias y que dentro de la plataforma participen en las reuniones con el mismo voto que cualquier otro. Establecerán criterios de organización, de representación y de movilización en su caso. Hay trabajo para todos.
A esto no estamos acostumbrados y tenemos que acostumbrarnos y tener mucho tacto para no pisar callos ni herir susceptibilidades porque las hay, evidentemente, y hay que trabajar con inteligencia para para poner trabajar en común
¿Por qué no está UGT Andalucía dentro de la plataforma?
Prefieren participar a nivel provincial que autonómico. Interpreto que la decisión se debe a que la dirección andaluza del sindicato es reciente.
¿Cuál será el siguiente movimiento concreto después de la presentación del día 18?
El siguiente paso es precisamente organizar la expansión por el territorio. Las grandes organizaciones tendrán que hablar con los suyos en las distintas provincias y extenderla aquí, en Málaga, en Granada, en Jaén, etc. cada una con sus peculiaridades y con sus propias asociaciones. Y como antes he comentado, con los cuatro o cinco temas que principalmente nos interesan habrá que convocar a los expertos, que pueden ser académicos, profesionales, empresarios, sindicalistas, y ofrecer una recomendación a cuestiones concretas. A mi juicio, las elecciones europeas son muy importantes, y antes de su celebración tendremos que presentar cuál es la alternativa.
¿Tienen previsto que la plataforma tenga alguna cabeza visible, portavoz o similar?
A priori no está previsto de momento. Me ha tocado a mí ahora, durante la presentación, al ser un poco el pionero, pero no soy portavoz en absoluto, ni quiero serlo. Pero se tendrá que decir si se busca una persona que sea de consenso, entre los 20 o 25 que haya, que sea quien dé la cara ante los medios y ante el público. Eso ya se verá. Acabamos de arrancar.
En esta sociedad actual tan polarizada donde predomina el “y tú más”, ¿cómo cree que mejor puede tener cabida esta nueva plataforma social?
Esta plataforma es una novedad. Esto es novedoso. Desde la 'Platajunta' de los años 80, y aquello duró un telediario hasta las siguientes elecciones, no ha habido en 50 años experiencia parecida. A esto no estamos acostumbrados y tenemos que acostumbrarnos y tener mucho tacto para no pisar callos ni herir susceptibilidades porque las hay, evidentemente, y hay que trabajar con inteligencia para trabajar en común.
¿Ve factible el éxito de la Plataforma Andaluza por la Mayoría Social?
Yo lo veo. Soy optimista, francamente. Todo puede ocurrir, porque esto es algo novedoso que no se ha experimentado. Ya veremos. Supongo que las organizaciones serán lo suficientemente hábiles para ceder un poco. Que sean ambiciosas en el proyecto pero generosas. Aquí hay grandes organizaciones como el PSOE o Izquierda Unida que podrían decir “esto lo hago yo” o “esto lo decido yo”, y sin embargo se han avenido a ser generosas y a ser ambiciosas en el largo plazo. Es otra manera de hacer, de pensar, de compartir y de cooperar, cosa que hasta ahora no ha sido lo normal pero esperemos que sea lo normal a partir de ahora.
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