La segunda empresa más contaminante de España contribuye con 400.000 euros para reforestar un bosque en Zaragoza
El pasado 8 de julio el Ayuntamiento de Zaragoza anunciaba un acuerdo de colaboración con Repsol dentro del plan de forestación denominado el “Bosque de los Zaragozanos”. La petrolera, segunda empresa española más contaminante en 2018 – un 3% de las emisiones del país- según un informe de Greenpeace, contribuirá con 400.000 euros y busca así compensar sus emisiones en un proyecto que tiene como uno de sus principales objetivos “reducir la huella de carbono y evitar el calentamiento global”.
“Hoy es un día muy importante para todos nosotros porque formalizamos el comienzo de una larga y estrecha relación institucional que seguro va a ser fructífera y productiva para nuestros vecinos y el medio ambiente”, anunciaba Natalia Chueca, consejera de Servicios Público. Durante el acto, los firmantes Jorge Azcón -alcalde de Zaragoza- y Antonio Brufau -presidente de Repsol- recalcaron la colaboración público-privada, más allá de la importancia de salvaguardar el medioambiente.
Se trata de un proyecto en vistas a diez años que iniciará este otoño y en el que se plantarán unos 700.000 árboles, tantos como habitantes de la ciudad. La plantación ocupará unas 1.200 hectáreas del término municipal y se iniciará en la zona del Canal Imperial de Aragón. Para ello, el “Bosque de los Zaragozanos” se ha planteado como una iniciativa colaborativa en la que podrán participar económicamente particulares, empresas, administraciones y asociaciones sociales. Un caldo de cultivo perfecto para el greenwashing.
La cara B de la reforestación
Plantar árboles se ha convertido en una medida muy común entre las empresas para lavar su imagen. Y es que los árboles son sumideros naturales que almacenan una gran cantidad de dióxido de carbono. Además, ayudan a reducir la erosión del suelo y la desertificación, entre otros factores. Por ello, puede parecer lógico que reforestar sea una de las medidas más efectivas para luchar contra el cambio climático.
Sin embargo, la comunidad científica no lo tiene tan claro. Algunos estudios avalan la estrategia -lo que ha servido de justificante para las empresas-, pero muchos otros la cuestionan y la ponen en entredicho. La controversia viene resumida en el artículo “Plantar árboles, una estrategia controvertida contra el cambio climático” de la web del BBVA. Allí se expone que varios investigadores “han sobrevalorado en cinco veces la capacidad de almacenamiento de carbono de esa hipotética nueva cubierta forestal”.
Algunas de esas estimaciones tampoco tienen en cuenta los nuevos escenarios climáticos, como el aumento de temperaturas, los grandes incendios o la disminución de la cantidad de agua. Por esto, como recoge el informe de Green Peace, “la comunidad científica viene reparando en el hecho de que sería mejor centrar los esfuerzos en mantener y gestionar los paisajes forestales ibéricos, restaurando y mejorando la calidad de los mismos”. En el caso de la península ibérica, la restauración y conservación de sus parajes, entre los que abundan el matorral y masas arboladas sin uso y abandonadas, sería una medida más efectiva y barata que la reforestación.
Plantar árboles puede ayudar si se hace de forma adecuada y teniendo en cuenta múltiples factores. El problema es que muchas empresas usan estas propuestas como lavado de cara y desvían la atención de la medida más urgente y efectiva de todas: la reducción de emisiones. En el caso en cuestión, Repsol aumento un 13% sus emisiones en el año 2019. Antonio Brufau anunció en diciembre de 2019 que para el año 2050 la compañía alcanzará la neutralidad en sus emisiones de carbono, lo que no quiere decir que sus emisiones se reducirán a cero. Así pues, la compañía podrá seguir con su principal actividad -la quema de combustibles fósiles- e incluso aumentarla con tal de compensar sus emisiones a través de medidas como la plantación de árboles, entre otras.
“Es verdad que la alianza que hoy firmamos tiene mucho que ver con lo que le pasa al ayuntamiento de Zaragoza”, explicaba el alcalde. “Yo creo que Repsol es una empresa en transformación que mira al futuro y que está pensando en todo el trabajo que tiene por delante para cambiar un modelo energético”. El consistorio también ha obviado el hecho de que la Audiencia Nacional impute a la compañía por el caso del excomisario Villarejo.
Repsol recibió junto a Forestalia el premio Caballo de Atila Huesca 2021, por parte de Ecologistas en Acción Huesca, debido a la batería de megaparques eólicos que quieren instalar en los Sasos entre el Cinca y el Alcanadre y que “significaría la destrucción de los valiosos paisajes y la biodiversidad de está zona”. Un galardón otorgado anualmente que “señala a instituciones y sus responsables como causantes de agudizar la crisis social y medioambiental”. El premio Atila 2021 fue para el presidente del Gobierno de Aragón Javier Lambán por la ampliación de Cerler por Castanesa. La petrolera recibió también el Caballo de Atila estatal por otros proyectos contaminantes. Unos galardones con los que Ecologistas en Acción Huesca premia “a los que son como Atila: por donde pasan, no crece ni la hierba”.
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