Yo no quiero un Podemos de familias

La pluralidad en Podemos no puede ser que unas pocas familias, corrientes o baronías se pongan de acuerdo a través de un reparto de cuotas, de recursos y de visibilidad. Eso es a lo que llaman “pluralidad” los partidos viejos. Pero nosotros no podemos parecernos a los partidos viejos (como dice Teresa Rodríguez) ni en los andares.

En Podemos, la mayor parte de la gente pasamos de familias, de bandos y de repartos de pasteles. La mayor parte de la gente en Podemos no estamos en ninguna familia ni queremos estarlo. La mayor parte de la gente en Podemos hemos venido a este proyecto ilusionante para cambiar nuestra sociedad y recuperar la democracia, la economía y la justicia social.

La mayor parte de la gente de Podemos no compartimos esas dinámicas que consisten en defender a “los tuyos” (incluso en contra de decisiones democráticas), porque pensamos que “los nuestros” son todos los compañeros y compañeras y la mejor forma de defenderlos es defender el proyecto, las normas y las direcciones que nos hemos dado en común mediante el voto y la decisión de los inscritos.

Por eso creo que la pluralidad en Podemos no puede ser una macedonia de familias. Porque eso es algo viejo, perjudicial, poco democrático y se deja a muchísima gente fuera.

Frente a los partidos de familias, Podemos tiene que ser un partido-movimiento.

La pluralidad en Podemos tiene que ser mucho más colorida, libre y diversa que los cansinos bipartidismos (o tripartidismos) de dos o tres voces, de dos o tres puntos de vista repetidos machaconamente hasta el hartazgo.

Frente a la pobre pluralidad de las familias, la rica pluralidad de la gente.

Si quieres saber a qué me refiero, te recomiendo las más de 20 intervenciones claras, sinceras, diversas y desde el corazón de la presentación de Podemos para Todas.

En la segunda Asamblea Ciudadana Estatal que se avecina, tendremos que decidir qué Podemos queremos construir y yo lo tengo muy claro. Si queremos ganar un país y recuperarlo para la gente corriente, tenemos que huir persistente y continuamente de las dinámicas que convirtieron a los partidos viejos en herramientas de los privilegiados.

Tenemos que seguir eligiendo direcciones que no se sometan a las presiones, tenemos que seguir diciendo las verdades que incomodan a los poderosos aunque nos ataquen por ello, tenemos que seguir sin deberle ni un euro a los bancos y tenemos que seguir evitando que manden las familias y acabemos como el Frente Popular de Judea en “La vida de Brian”.

Este es el camino que yo he elegido desde que empecé en Podemos, moderando asambleas en el círculo de Zaragoza e intentando poner a la gente de acuerdo. En Vistalegre formé orgullosamente parte del equipo Sumando Podemos pero, tras la votación, no quise que se convirtiese en una especie de corriente. En la Asamblea Ciudadana de Aragón, encabecé el equipo Es la hora de Aragón y, desde el día siguiente a la votación, dejamos de ser un espacio de afinidad para convertirnos, junto a los compañeros y compañeras que venían de otras listas, en un Podemos Aragón plural, integrador y sin familias.

Este es el camino que yo he elegido desde que empecé en Podemos y he comprobado que nos hace más sanos, más inteligentes, más fuertes y más eficaces para cumplir el mandato de la gente que nos ha votado.

Este es el camino que yo he elegido desde que empecé en Podemos y es el camino que he elegido de nuevo ante esta segunda Asamblea Ciudadana Estatal.

El camino en el que liderar no es montar una corriente, sino dar cabida a la pluralidad real que existe en nuestra organización. El camino en el que un tipo con coleta que dice verdades como puños camina adelante, se come todas las balas y sólo te pide una cosa para caminar junto a él: que no seas “pablista”, sino “podemista”.

He elegido este camino porque no quiero un Podemos de familias y de cuotas, sino un Podemos de las bases y de la gente. Porque creo sinceramente que esa es la única forma de ganar.

La pluralidad en Podemos no puede ser que unas pocas familias, corrientes o baronías se pongan de acuerdo a través de un reparto de cuotas, de recursos y de visibilidad. Eso es a lo que llaman “pluralidad” los partidos viejos. Pero nosotros no podemos parecernos a los partidos viejos (como dice Teresa Rodríguez) ni en los andares.

En Podemos, la mayor parte de la gente pasamos de familias, de bandos y de repartos de pasteles. La mayor parte de la gente en Podemos no estamos en ninguna familia ni queremos estarlo. La mayor parte de la gente en Podemos hemos venido a este proyecto ilusionante para cambiar nuestra sociedad y recuperar la democracia, la economía y la justicia social.