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El Estatuto de las Mujeres Rurales de Aragón obliga a la paridad en las directivas de las asociaciones y empresas

Mujer rural / Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales

María Bosque Senero

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El proyecto de Ley del Estatuto de las Mujeres Rurales de Aragón, aprobado por el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado este martes, articula una serie de medidas de obligado cumplimiento que sitúan a las mujeres rurales en una posición de igualdad real, teniendo en consideración las circunstancias especiales que implican desarrollar su vida y su carrera profesional en el ámbito rural. El proyecto de Ley se compone de cuatro capítulos, veinticinco artículos, una disposición adicional, una disposición transitoria y dos disposiciones finales.

El Estatuto nace con rango de Ley ya que, en opinión de todos los agentes que han intervenido en su redacción, “era necesario unificar las medidas, y darles un grado de importancia superior para empoderar a las mujeres y proporcionarles el lugar que les corresponde en la sociedad” explica Miriam Ferrer, responsable de la Unidad de Igualdad del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón. Ferrer explica que, las mujeres del mundo rural necesitan esta protección legal porque “la desigualdad en los lugares menos poblados se multiplica y se potencia” tal y como reconoce la ONU, que hace una mención especial a la situación de discriminación de las mujeres del mundo rural respecto al urbano. 

Más mujeres donde se toman decisiones

El artículo 24 es uno de los más destacados del Estatuto. El texto obliga a las asociaciones y organizaciones profesionales o empresariales, que operan en el medio rural, a que las mujeres estén representadas de forma paritaria en los órganos de toma de decisiones, “con la perspectiva de conseguir una participación de mujeres, como mínimo equilibrada” apunta el artículo. Aquellas entidades de este tipo que de aquí a cuatro años no tengan resuelta esta premisa, no podrán optar a subvenciones ni ayudas de carácter público. Esta es una de las principales reivindicaciones de las organizaciones que como FADEMUR Aragón, integrante de la Mesa de Trabajo de Mujeres Rurales de Aragón que ha participado en la elaboración de este Estatuto, demandan desde hace años. “Es de justicia garantizar nuestra presencia en los órganos donde se toman las decisiones que nos afectan”, declara Carolina Llaquet, presidenta de FADEMUR Aragón. Esta organización aplaude la aprobación de este proyecto de Ley que, aseguran: “situará Aragón a la vanguardia de la igualdad de género en el medio rural, poniendo en valor el papel de las mujeres como agente esencial y vertebrador del medio rural abordando”, añade Llaquet. 

Este artículo, el 24, contundente por ser el único con obligatoriedad, se ha defendido desde la DGA porque “si la representación de las mujeres en el sector agrario es baja, en los órganos en los que se toman decisiones lo es todavía más”, apunta Miriam Ferrer. En cifras, en Aragón, un 16% de mujeres son socias de cooperativas, y solo un 2% tienen puesto de representación en Consejos Rectores. En las comunidades de Regantes la representatividad femenina es casi nula. “Esperamos que la entrada en vigor del Estatuto de las Mujeres Rurales en Aragón corrija esta situación de desigualdad, como ya lo está consiguiendo en Castilla La Mancha con la puesta en marcha de una medida similar al artículo 24 de nuestro proyecto de Ley”, explica Ferrer. 

Otros de los puntos destacados del Estatuto son: la legislación para la visibilización del trabajo de las mujeres rurales a través de campañas específicas que ayuden a impulsar su desempeño en el medio rural; la puesta en marcha de iniciativas de emprendimiento y autoempleo (Artículo 15); y la promoción y mejora de la figura de la titularidad compartida, a la que desde el gobierno se le quiere dar un “mayor énfasis” para que las mujeres que trabajan en explotaciones agrícolas y ganaderas estén realmente representadas en las estadísticas oficiales (Artículos 18-21). El acceso al crédito es otro de los escoyos que intenta rebajar el Estatuto porque, “aunque nadie lo diga claramente, está demostrado que existe un sesgo a la hora de acceder a la financiación por parte de las mujeres que presentan sus proyectos empresariales, especialmente en el mundo rural”, apunta en este sentido Miriam Ferrer. 

Más allá de la mujer agraria

País Vasco fue la pionera, abriendo camino con la aprobación de su Estatuto de las Mujeres Agricultoras. Le siguió Castilla La Mancha con un texto más inclusivo y ahora, se suma Aragón con un Estatuto que contiene un articulado todavía más completo por su trasversalidad, ya que va más allá de la protección de la figura de la mujer rural en su faceta agraria. 

El proyecto de Ley aragonés incluye aspectos de carácter social a legislar, como la conciliación y el reparto justo de las responsabilidades en las familias, a través de la puesta en marcha de proyectos propios (Artículo 8), y la puesta en marcha de medidas para una protección específica para las mujeres del medio rural que sufren violencia machista (Artículo 10). Una lacra ante la que estas mujeres son más vulnerables por los elementos diferenciadores de la situación rural respecto al ámbito urbano; el estigma social, la falta de privacidad y también la carencia de servicios y medios de seguridad como cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, en muchos casos, que el Estatuto busca resolver. 

El futuro del Estatuto

El proyecto de Ley ya aprobado es un texto nacido del consenso entre las entidades que han trabajado en la elaboración del mismo. Estos son: el Gobierno de Aragón; representado por los departamentos de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, y el de Presidencia y Relaciones Institucionales, con la colaboración del resto de departamentos del Gobierno de Aragón, la Mesa de Trabajo de Mujeres Rurales de Aragón; en la que están representadas las asociaciones de mujeres y organizaciones que trabajan en el medio rural, y por último, los grupos políticos con representación en las Cortes de Aragón cuya mayoría ha dado su beneplácito a este proyecto de Ley. 

A pesar del consenso, alabado por todas las partes, la realidad es que, con los comicios a un paso, la tramitación parlamentaria del Estatuto de las Mujeres Rurales tendrá lugar en la próxima legislatura. Por ello, desde FADEMUR Aragón reclaman a todos los partidos que han apoyado la norma que “tras el resultado de las elecciones autonómicas de mayo actúen con responsabilidad y se mantengan firmes en su compromiso con la igualdad efectiva y real de mujeres y hombres en el medio rural” a lo que añaden que vigilarán “el cumplimiento de su palabra”. Por su parte, el gobierno de Aragón incide en su voluntad de llevar adelante este Estatuto, tramitado desde Presidencia “para dotarlo de una mayor repercusión y trasversalidad”, y recuerdan que gracias a la actual legislación será posible retomar la tramitación desde el punto en el que se dejó. 

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