El Gobierno de Aragón asume la avería de sus políticas activas de empleo
“Existe aún mucho camino que recorrer, puesto que existen demandas de empleo en el territorio que no son cubiertas y que nos hacen observar la necesidad de recualificar ciertos sectores de la población”, asegura el Gobierno de Aragón en una de las primeras ocasiones en las que el ejecutivo, aunque desde un área sin competencias en esa materia, admite, si no el fracaso, cuando menos el pinchazo de sus políticas activas de empleo.
Ese punto es uno de los que mayor consenso genera entre los agentes sociales a la hora de analizar la situación laboral del país: los aparatos de formación y de recolocación de los desempleados no funcionan ni a escala estatal, en la que actúan como compartimentos estancos, ni a escala autonómica, donde la posibilidad de cargarle el muerto a otra administración se reduce claramente.
Ese problema, el del gripado de las políticas activas de empleo, se revela mayor, si cabe, ante los procesos de digitalización, automatización y robotización que se están dando tanto en el tejido productivo español como en el aragonés.
En cualquier caso, tampoco hay que esperar grandes avances durante los próximos años en este ámbito, ya que el apartado de empleo del pacto de gobierno entre el PP de Jorge Azcón y la ultraderecha de Vox se reduce a reseñar una serie de vaguedades por lo pronto, y ahí está la ‘prueba del nueve’ de su grado de priorización, no han entrado en los primeros Presupuestos de la coalición de populistas y ultras.
“Ajustaremos la formación y la recualificación de los trabajadores a las necesidades empresariales de la comunidad”, indica el pacto, que recoge otras iniciativas de las que tampoco hay noticias como “elaborar un mapa de necesidades”, “crear un Centro Formativo Especial para dar respuesta a las necesidades del mundo rural” o poner en marcha “una ‘Bolsa de Empleo Joven’ que facilite la búsqueda de empleo a la población juvenil”.
Síntomas de gripado en el tejido productivo aragonés
Las afirmaciones aparecen en la respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada socialista y exconsejera de Economía Marta Gastón, que había solicitado al Gobierno una valoración de los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) del tercer trimestre del año pasado.
“Los datos de la EPA reflejan la situación del desempleo”, ante la que “es importante mantener los buenos niveles demostrados en los últimos ocho años”, señalaba la diputada.
El ejecutivo PP-Vox que dirige Jorge Azcón, que primero atribuyó la respuesta a la consejera de Presidencia, Interior y Cultura, Tomasa Hernández, y unas semanas después a la de Educación, Claudia Pérez, sostiene que “en Aragón son adecuados los datos en comparación con la media nacional” y que “ el mercado de trabajo viene mostrando una notable resiliencia, tanto en Aragón como en el conjunto de España, a pesar de la paulatina ralentización en el ritmo de actividad económica. Esta tendencia no es sólo española, sino global y generalizada entre las economías avanzadas”.
Sin embargo, los propios datos de la EPA apuntan a un estrechamiento de la brecha que, con saldos favorables, mantiene el tejido productivo aragonés en relación con el estatal.
Ocurre con la tasa de desempleo, en la que el diferencial de 4,6 puntos del cierre de 2021 ha caído en dos años al 3,9%, y con la de actividad en las personas en edad laboral (16 a 64 años), en que se ha reducido de 2,56 a 2,27 puntos.
Esos registros indican que en los dos últimos años, en los que el mercado laboral ha alcanzado cotas históricas por, básicamente, la combinación de las nuevas normas laborales, las políticas salariales de redistribución, la inyección de dinero europeo y el refuerzo del consumo, Aragón comienza a perder pistonada: tanto el crecimiento de la actividad como el decrecimiento del desempleo han sido menores que en el conjunto del Estado.
“El peor comportamiento de la población activa desde la pandemia”
No es que la respuesta obvie esas realidades, aunque no deja de resultar curioso que el diagnóstico provenga de dos departamentos sin capacidad para abordarlas al estar esas competencias concentradas en la consejería de Economía que dirige la vicepresidenta segunda Mar Vaquero.
Así, el documento recoge cómo en 2023 el crecimiento de la población activa tuvo “unas tasas débiles, pero positivas”, en lo que resultó ser “el peor comportamiento de la población activa en Aragón desde la pandemia”, cuyo porcentaje, no obstante, “sigue superando la media de España”.
Y achaca ese “menor dinamismo por comparación con el promedio nacional” a “una demografía también menos dinámica, pero también debido a las mayores tasas de actividad tradicionalmente existentes en la comunidad autónoma”.
“El empleo (ocupados) aumenta desde 2020 en Aragón a menor ritmo que la media nacional”, añade la respuesta parlamentaria, que llama la atención acerca del “mejor comportamiento del colectivo femenino, que muestra un mayor dinamismo tanto en lo que respecta a la población activa como en la evolución del empleo”, cuya tasa de crecimiento supera a la masculina (3% por 1,5%) en línea con la tendencia del conjunto del Estado.
También sigue siendo superior su tasa de desempleo, que alcanza el 9,3% de su población activa frente al 6,4% de paro masculino en Aragón.
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