Jorge Pueyo (Fonz, 1995) se presenta a las elecciones generales por Sumar en la provincia de Zaragoza. El presentador de ‘A Escampar La Boira’, el late night en aragonés de Aragón TV, lleva unido a la militancia política desde su adolescencia. Se afilió a Chunta hace 12 años y, desde entonces, se ha convertido en una de las caras más mediáticas del aragonesismo.
A falta de 14 días para unas elecciones donde es evidente que la izquierda se juega mucho, ¿cómo asume este reto?
La verdad que asumo el reto con el orgullo y la responsabilidad de lo que significa representar a todos los aragoneses. Mientras PP y Vox proponen un país excluyente donde les sobramos más de la mitad de las personas, desde Sumar Aragón queremos uno donde quepa todo el mundo. Gobernar para todos los aragoneses y en contra de ese modelo excluyente, asimilista y de una única España. Nosotros presentamos un modelo de España plural.
Un reto en el que se estrena como cabeza de lista de Sumar en Zaragoza.
Es una responsabilidad. El proceso de Sumar está siendo muy bonito, sobre todo, su construcción. Conocer a todos los miembros de los partidos políticos y a todos los voluntarios que están formando parte de todo esto, ver cómo la gente dice que después de mucho tiempo por fin va a volver a votar con ilusión, que te digan que no se les ocurre mejor perfil o que al principio no estaban muy convencidos y luego te han ido escuchando y sí… estoy muy contento.
Pero ya era una cara conocida en la defensa del aragonés.
En 2019, estuvimos en ‘Charrín Charrán’, el primer programa en aragonés de la historia. Así demostramos todos los hablantes que no había ningún tipo de problema de incomprensión entre los de un valle y de otro, y con los neohablantes. Con el Noticiario lo que hice fue ampliar las fronteras: darlo a conocer fuera de nuestra tierra. En Catalunya, el País Valencià, en las Baleares, en Asturias… teniendo muchos lazos con estos últimos, ya que están en la misma lucha. Y con ‘A Escampar La Boira’, la idea -y creo que lo hemos conseguido- era que gente que el aragonés o las lenguas le daban exactamente igual pero que le apetecía ver una entrevista del maestro Sho Hai, viera el programa entero y sin apreciar ‘la frontera lingüística’ que algunos hablan. Las lenguas no cierran fronteras sino que, al revés, las abren.
Y también por su activismo en Aragón como, por ejemplo, con Canal Roya.
Desde el primer momento, era una injusticia que no se podía permitir. Pero hemos visto otras por el Pirineo: el recrecimiento de Yesa, que han tenido que hacer un muro en Sigüés por si acaso se les inunda el pueblo. Todos conocemos los casos de Artieda, Castanesa, Jánovas… estas luchas han sido siempre parte de nuestra lucha desde CHA y también de movimientos de toda índole.
¿Se puede hacer política fuera de las instituciones?
Por supuesto que sí. Yo creo que la política institucional no puede funcionar sin un apoyo en la calle, y viceversa. Las dos son la cara de una misma moneda. Hay que trabajar desde el cambio social y la organización en la calle, como dice Au d’asti! “organiça-te, lluita i resiste”, pero también desde la institución toca dar el paso. Y este era el momento.
Los malos resultados de la izquierda en las Autonómicas fueron también visibles en Aragón. ¿La izquierda aragonesa se debería haber unido antes?
El caso de Huesca es el más sangrante: cuatro partidos sumaban el 19% de los votos. Muchísimo más que Vox que no llegaba ni siquiera. Ahí sí que se dijo que se deberían haber tomado otro tipo de medidas, pero al final no se llegó a ningún acuerdo. CHA ha mejorado resultados en toda la provincia de Huesca, creciendo un 16 y pico por ciento, pero no ha entrado en el ayuntamiento; al igual que CHA ha entrado en la DPZ, pero no ha entrado en el ayuntamiento de Zaragoza por 190 votos. Creo que parte de todo este movimiento nace de la necesaria autocrítica que deberíamos hacer toda la izquierda, de juntarnos, porque hubiera sido -o es muy difícil- obtener representación en solitario.
¿Es complicado aglutinar las diferentes izquierdas en un único partido?
A priori parecía que sí, a posteriori puedo decir que no. Al final es un movimiento, somos parte de lo mismo: nos une el 90% de las reclamaciones de las políticas que queremos llevar a cabo. Y nos centramos en eso, en los que nos une. Y no en lo que nos separa. Porque a día de hoy, más que política, hacen falta valores. Para mí, uno de los principales valores en cualquier tipo de relación, y también en política, es la generosidad. Con ese valor de generosidad, de solidaridad y de apoyo mutuo, entre todos estamos construyendo una cosa muy bonita.
¿Qué piensa sobre los supuestos vetos a Podemos? En Aragón, Pablo Echenique era el nº1 de Unidas Podemos por Zaragoza.
Sé lo mismo que tú. La verdad que me hubiera gustado que hubiera habido un proceso de primarias diferente. Pero los tiempos a muchos partidos no se lo permitieron. En CHA sí que tuvimos un proceso interno. Creo que “los vetos” o, como se les diga desde Madrid, nos quedan muy lejos a los aragoneses. Hay una agenda aragonesa política propia y puede ser nuestra guía. Y no tanto estos ‘problemas de palacio’.
¿Qué espera de la política?
Espero representar a todos los aragoneses. Cuando me dicen que soy político, ni siquiera me lo creo. Sinceramente, he visto que era el momento para defender nuestros derechos sociales, nuestro patrimonio, nuestros paisajes… y yo me he sentido en la responsabilidad y el orgullo de llevarlo adelante. Pero también quiero construir Aragón. Construir una izquierda aragonesa fuerte, que haya movimiento en las calles y quiero ser la voz de todos ellos. No aspiro a estar mucho tiempo en Madrid, mi vida está en Aragón. Ir a Madrid significará un desarraigo, pero voy, y voy a luchar por esta tierra. Es la motivación que encuentro.
El 15M y el surgimiento de los nuevos partidos trajo consigo una juventud muy implicada en política. Hecho que ahora la opinión pública no percibe. ¿Los jóvenes están comprometidos o prima un desencanto?
Ni una cosa ni la otra. Creo que el 15M sí que hizo que mucha gente se pudiera ilusionar con un cambio, pero también creo que la juventud en muchos casos es contestataria contra un sistema.
¿Qué responde a esos que dicen que “el Broncano aragonés se ha metido en política”?
Pobre Broncano (risas). He hecho política durante toda mi vida. Luchar por las lenguas, quieras o no, es hacer política. Cuando hablas en el bar es hacer política. Cuando compras unas cosas u otras es política. La vida es política. He dado un paso para poder representar a todos los aragoneses. Lo voy a hacer con toda la honradez que pueda y luchando por todos: sean quienes sean, voten a quien voten, vivan en la provincia que vivan… como si viven en el exterior. Vamos sin miedo a la ultraderecha. Vamos a gobernar por un gobierno mejor y por un gobierno más feliz.
Uno de los eslóganes de campaña de Sumar es “el país que merecemos”. ¿Cómo es ese país?
Para algunos, el país es el país del Sobrarbe. Para otros, el país puede ser Aragón. Para otros el país son sus amigos y su familia. Y para otros, España. Yo, como dice Pancho de Zoo: “vull sentir-me d’on soc… d’una terra, que m’importa prou més que un país”. Luchamos por la tierra, los paisajes, las personas y sus derechos.
¿Cuánto vamos a ver de CHA en el programa de Sumar?
La verdad que mucho. Como de IU, de Podemos, de Equo, como de la misma Sumar. Al final, compartimos el 90% del programa. Y además se ha hecho un programa aragonés con una agenda política aragonesa muy necesaria: la lucha contra el trasvase, la lucha contra macroproyectos de renovables, la lucha contra Canal Roya, una financiación autonómica justa o el mantenimiento de otros derechos sociales, etc.
¿Qué le diría a aquellos votantes indecisos o reticentes?
Está en juego su futuro. Está en juego una vida mejor. Está en juego que puedan llegar a tener tiempo libre para poder vivir e invertirlo en lo que quieran. Les diría que no podemos dejar pasar a aquellos que quieren destruir todo lo conseguido en estos últimos años. Y que, si bien algunos partidos se quedan a la mitad porque no representan ni a unos ni a otros, Sumar Aragón representa el doble. Porque representamos todos los derechos sociales y tendremos una voz en Madrid para todos los aragoneses y aragonesas, que luche por todos nosotros. Una voz convencida que pretendo que sea lo más fuerte posible y que pelee, de una vez por todas, por las muchas luchas que han estado silenciadas por mucho tiempo.