Un año de la primera comunidad energética de Aragón: “Los resultados son positivos, pero todavía quedan cosas por ajustar”

Nerea Lozano

9 de febrero de 2024 22:31 h

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La “primera comunidad energética de Aragón” está a punto de cumplir su primer año. Esta se ubica en Luco de Jiloca -una pedanía de Calamocha que cuenta con unos 60 habitantes- y empezó a funcionar en abril de 2023. “Somos la primera comunidad energética de Aragón en ponerse en marcha, sobre todo en el medio rural y de iniciativa ciudadana”, remarca Carlos Ariñez, miembro del grupo tractor Luco Energía. Él mismo reconoce que los resultados obtenidos durante estos primeros meses de actividad son “positivos”, pero “todavía quedan muchas cosas por ajustar”. 

La instalación, asentada en un terreno próximo al municipio, está formada por “120 placas solares” de las que se obtienen 60 kW de potencia. “Con estas placas se llegan a producir aproximadamente 70.000 kW al año. Todavía no se ha cumplido el primer aniversario, pero se estima que un 30% se han destinado a autoconsumo y el resto se ha destinado a la venta de excedentes”, explica Ariñez. 

Ahora mismo, atienden a 33 contadores de la localidad: cinco de carácter municipal, uno de un vivero y el resto son viviendas de vecinos que han querido entrar a formar parte del proyecto. “Para construir la comunidad energética, creamos una sociedad cooperativa de consumidores y usuarios sin ánimo de lucro en la que ya hay 29 socios”, destaca Ariñez, quien emprendió Luco Energía junto a otros tres “amigos de toda la vida”. 

Casi un año después de iniciar su actividad, continúan trabajando por tener “el control de toda la energía” que producen. “Nuestro modelo de autoconsumo colectivo dentro de la comunidad es con venta de excedentes para viabilizar cualquier otro proyecto que queramos llevar a cabo”, detalla Ariñez. Es por esto por lo que llevan un año luchando “con distribuidoras y comercializadoras” para ajustar esa venta de excedentes que todavía no les reconocen. 

Sin pago por excedentes

Desde que el parque solar comenzó su actividad, según indica Ariñez, únicamente les han “pagado una factura de excedentes”. Esta se corresponde con el mes de agosto de 2023 y les reconocieron “seis veces menos de kilovatios” de los que realmente habían vertido a red. “Tenemos reclamaciones puestas y están pendientes de resolución”, explica el miembro de Luco Energía, a la vez que añade que “los otros diez meses todavía están pendientes”. “Necesitamos que nos paguen los excedentes de la energía que hemos vertido a la red para poder seguir desarrollando proyectos para el pueblo”, relata. 

Ese no es el único problema al que se están enfrentando, pues todavía hay algunos de los socios que no están “dados de alta en el autoconsumo”. “Después de un año, hay gente que ha aportado su parte y todavía no se le ha reconocido el autoconsumo”, informa Ariñez a lo que suma que “no está siendo un proceso sencillo” porque “un mes se da de alta a unos y al siguiente a otros”. También se encuentran con que no se les “factura correctamente a los clientes”. 

Sin embargo, eso no está interfiriendo en que se logren “muy buenas” cifras de autoconsumo. “Algunos socios, el 60% de la energía que consumen viene de este parque solar. En otros es menor, pero al final todo el mundo está aprovechando la energía que estamos generando”, enumera el integrante de Luco Energía. Esto provoca que la gente esté “contenta” con los resultados, aunque se encuentran con cierta “inquietud” porque “no reciben facturas o les llegan tarde y sin los descuentos de autoconsumo”. 

Proyectos futuros

Uno de los proyectos en los que están trabajando para mejorar y ampliar el servicio es la reforma de un espacio que utilizarán como “almacén para futuras baterías” o incluso donde crear un “centro de interpretación de la energía”. “Hay un montón de proyectos que vienen a partir de la comunidad energética, por ejemplo, nos gustaría instalar bicis eléctricas para el pueblo o puntos de recarga de vehículos eléctricos”, detalla Ariñez. 

Otra de las vías de trabajo en la que está inmersa Luco Energía es el desarrollo de una “aplicación” para tener el control “instantáneo” de qué ocurre con la energía que generan. Como describe Ariñez, existen sistemas para hacer este seguimiento de manera individual, pero no a nivel colectivo. “Ahora mismo, tenemos que trabajar un montón de datos para que los socios sepan el nivel de ahorro que están teniendo. Con la aplicación esto se reduciría y ellos lo podrían conocer al momento y no tener que esperar a los datos para poner las reclamaciones pertinentes”, anuncia Ariñez. 

El impacto que ha conseguido Luco Energía les ha llevado a construir otra empresa -Optimener- dedicada a “asesorar y ayudar” a quienes quieren poner en marcha nuevas comunidades energéticas. Algo que para Ariñez demuestra que en los pueblos hay oportunidades de trabajo y se pueden generar negocios que dan esperanza a que también se puede vivir en el medio rural. “En Luco de Jiloca, en invierno, viven 30 o 40 personas y antes había un vivero y una empresa instalada y ahora hay tres”, revela. Y es que, es una muestra del “movimiento que genera un proyecto de comunidad energética que revierte directamente en la localidad y su territorio”. 

Los vecinos de la localidad “confiaron desde un primer momento” en el proyecto, a pesar de que era algo desconocido para ellos. Desde Luco Energía, organizaban reuniones en las que les informaban de los pasos que se iban dando y todavía a día de hoy se mantienen para hacerles llegar cómo está funcionando todo. “Además de informar se les está formando porque muchos están aprendiendo a leer una factura o cómo pueden aprovechar mejor esa energía que se produce. Es un trabajo conjunto y siempre lo han visto como algo positivo con lo que generar esperanza en el pueblo”, relata Ariñez. 

El crowdfunding fue la forma de empezar a financiar el proyecto y todavía se mantiene abierto. A este han incorporado el crowdlending, lo que definen como “otra línea de financiación colectiva en la que el dinero retorna a quien invierte con un beneficio económico”. “Quienes aportan dinero pueden seguir el proyecto y les vamos informando de a qué se está destinando”, aclara Ariñez. Este ha sido el método que han utilizado para reunir la cantidad de dinero con la que reformar el espacio que podría acoger, por ejemplo, las baterías solares. 

Para Ariñez, cuando hace tres años empezaron a crear la base del proyecto “apenas nadie” conocía el tema de las comunidades energéticas. Él, junto a sus otros tres amigos, tenía esa ilusión de hacer algo “pionero” que generase impacto y lo han conseguido. Además de dar esperanza a Luco de Jiloca, lo hacen a otros muchos pueblos porque han demostrado que este tipo de iniciativas son un arma para luchar contra la despoblación. Ejemplo de ello son Monforte de Moyuela o Gea de Albarracín que ya trabajan para sacar adelante una comunidad energética. Ariñez concluye que el futuro de Luco Energía es “prometedor y favorable”.