AIDA reclama ampliar las 7 camas hospitalarias del Servet y del Royo Villanova para tratar el ictus, la principal causa de muerte entre las mujeres

La Asociación Ictus de Aragón (AIDA) ha reclamado hoy la ampliación de las dos unidades hospitalarias de ictus que existen en el Hospital Royo Villanova (actualmente con 2 camas) y la del Hospital Universitario Miguel Servet (que tiene 5 camas) para tratar una enfermedad -el ictus- que les ha convertido en la principal causa de muerte de las mujeres, por delante del infarto de miocardio o el cáncer.

Según los datos aportados por la citada asociación, los hospitales aragoneses registraron el año pasado un total de 2.534 ictus (1.335 en hombres y 1.119 en mujeres), siendo la mortalidad mayor en las mujeres. AIDA ha lanzado una llamada de atención ante esta enfermedad y ante el hecho de que el porcentaje de pacientes que fallecen antes de llegar al hospital es de alrededor del 5 % en infartos cerebrales y un 15 % en ictus hemorrágicos. La asociación destaca también que en Aragón, el año pasado murieron 122 mujeres y 90 hombres por ictus isquémico, una diferencia de género que también presenta los casos de hemorragia cerebral, con 66 fallecimientos en mujeres y 65 en hombres.

La neuróloga del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, Elena Muñoz Farjas, acompañada por el jefe de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Miguel Servet, Javier Marta Moreno, y el presidente de la Asociación Ictus de Aragón (AIDA), Miguel Lierta, han presentado hoy los principales datos de la enfermedad y han advertido que es necesario trabajar para “lograr una verdadera equidad territorial” con la ampliación de las actuales unidades de ictus del Hospital Royo Villanova (2 camas) y la del Hospital Universitario Miguel Servet (5 camas). “Tratar al paciente en un hospital con área o unidad específica ayuda a disminuir las posibles secuelas, así como la dependencia, en un 30 por ciento y la mortalidad puede llegar a reducirse en un 20 por ciento”, han destacado.

“Las secuelas son mayores en las mujeres”

Asimismo, han recordado la importancia que tiene la rehabilitación después de un ictus. La neuróloga Muño ha explicado que el ictus es más frecuente en hombres hasta los 75 años, pero a partir de entonces “la tendencia se invierte”. La doctora ha asegurado que las secuelas son mayores en las mujeres, lo que dificulta la posibilidad de volver a la normalidad tras el ictus, y a su vez eso desemboca en una peor calidad de vida. Los síntomas que padece la mujer suelen ser “un poco diferentes y más atípicos” a los que sufre el hombre, como una “fatiga muy intensa, visión doble, nauseas y vómitos o un síndrome vertiginoso intenso”, y en ocasiones “no les hacen el suficiente caso como para acudir rápidamente a urgencias”, ha apuntado Muñoz.

Esa tardanza - ha añadido- hace que el paciente tenga “menos posibilidades” de recibir tratamiento inmediato como la fibrinolisis con el fin de reducir sus efectos. La diferencia de incidencia entre los hombres y las mujeres se muestra en que las hormonas sexuales femeninas y el ciclo reproductor provocan que el ictus en el sexo femenino tenga características especiales, ya que, por ejemplo, las hormonas sexuales durante la edad fértil tienen un efecto protector que queda anulado con el uso de medicaciones anticonceptivas con estrógenos. Además, durante el embarazo se incrementa el riesgo de ictus con respecto a mujeres de la misma edad no embarazadas, sobre todo, si desarrollan diabetes gestacional o hipertensión arterial que sigue siendo un factor de riesgo para el ictus años después del embarazo.

10 factores de riesgo: de la hipertensión al estrés psicosocial

Según AIDA, un 90% de los casos ictus se pueden explicar por 10 factores de riesgo como son la hipertensión arterial, diabetes, cardiopatías, dislipemia, obesidad abdominal, tabaquismo, sedentarismo, consumo de alcohol, factores dietéticos, estrés psicosocial. Además, la fibrilación auricular causa en mujeres hasta el 30% de los ictus. En esta línea, la asociación ha recordado que el ictus es una enfermedad prevenible cuya mortalidad ha bajado casi un 40 por ciento en los últimos 10 años, pero que se estima que hasta el 50 por ciento de los casos son evitables. Una detección precoz de los factores de riesgo, puede reducir el riesgo cerebrovascular, especialmente en la mujer.

Por su parte, el neurólogo y jefe de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Miguel Servet, Javier Marta, ha recordado que, desde el año 2009, Aragón cuenta con un Plan de Atención al Ictus, un período en el que además la mortalidad por ictus isquémico ajustada a la edad ha bajado un 38 por ciento. “Si hablamos de calidad de vida, en lugar de cantidad de años vividos, el ictus ha pasado de ser la tercera causa de años de vida libres de discapacidad perdidos a ser la novena”, ha aseverado.

Día Mundial del Ictus

En esta línea, el doctor Marta ha resaltado que se ha producido una mejora en el conocimiento del ictus por parte de la población, e sus factores de riesgo y sus síntomas precoces, en gran parte gracias a los médicos de Atención Primaria y las asociaciones.

Aragón cuenta con un Plan de Atención al Ictus desde 2009. Durante esta década la mortalidad por ictus isquémico ajustada a la edad ha bajado un 38 % gracias a un “mejor conocimiento por parte de la población, de los factores de riesgo y de los síntomas precoces, en gran parte gracias a los médicos de Atención Primaria y las asociaciones”.

Con motivo del Día Mundial del Ictus que se celebra mañana 29 de octubre, la asociación AIDA ha diseñado organizado una jornada médico-divulgativa y la entrega anual de premios “Cerebro de Oro” a las personas que han destacado por su trabajo en torno al ictus.