El misterio del extraño pájaro siberiano que pasó dos días en Huesca

¿Qué hace un ave cuyo hábitat común es Siberia y el norte de Europa, a 6.500 kilómetros de distancia, en Huesca? ¿Cómo se desvió de su ruta? La cuestión ha despertado el interés de expertos y aficionados desde que hace unos días dos oscenses localizaran e identificaran en el parque Universidad un ejemplar de mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus) en pleno suelo urbano y junto al río Isuela. Rebasa la condición de anécdota puesto que es el segundo que se detecta en Aragón y sus apariciones registradas en todo el territorio nacional se limitan a unas veinte.

Otros observadores han corroborado que se trataba de esta especie tras desplazarse a la zona y estudiar a este pequeño paseriforme que se distribuye en el sur de Siberia desde la cordillera de Altai hasta el mar de Ojotsk, por el norte de Mongolia y el noreste de China, y que hiberna entre el sureste de China y el norte de Indochina, según la ONG SEO/BirdLife. El mosquitero permaneció el día de su detección toda la mañana alimentándose ávidamente en las ramas de varios pequeños arbolillos, robles y encinas, y ocasionalmente en un chopo cercano.

¿Cómo es posible? Es un ave migratoria que tras el periodo de cría pasa los inviernos en la zona subtropical de China y el noreste de Indochina. Sin embargo, algunos individuos vuelan hacia Europa occidental y realizan un vuelo de más de cinco mil kilómetros. Lo atisbó en primer lugar Paco Quesada, del Grupo Ornitológico Oscense, que todas las mañanas pasea por ese parque y porta consigo unos prismáticos. “Cómo es época de migración, estas semanas se han observado aves de paso curiosas. Un día cualquiera vi un pajarillo sobre un roble, lo empecé a analizar y al volver a casa, con la guía en mano, reparé en que era un mosquitero de Pallas”, explica.

Era “un poco locura”, pero su compañero Aitor Mora corroboró esta impresión. “Empezaron a arder las redes y vino gente de Madrid o Barcelona, incluso extranjeros, a comprobarlo”. Aguantó dos días en la ciudad “y al tercero desapareció”.

Atraídos por los valles fluviales

El paso por el corredor del Ebro atrae a numerosas aves, y eso podría explicar su presencia. Aquellas que migran a África aprovechan valles fluviales como el del río Cinca y “esta ave se pudo desviar por las condiciones climatológicas, que la echaron de sus rutas habituales, o por un desvío de su flujo migratorio, arrastrada por otros ejemplares”, pues la latitud es similar.

El nombre común del mosquitero de Pallas proviene del zoólogo alemán Peter Simon Pallas quien lo descubrió en el río Ingoda, en Siberia, en 1811; el nombre latino, proregulus, se debe a su parecido a los reyezuelos (género Regulus), que son el paseriforme más pequeño de Europa. Fuera del ámbito aragonés se le había detectado en zonas costeras de las Islas Baleares, Melilla, Cataluña, Castellón, Murcia, Andalucía y Cantabria; más en el interior, en Cazorla, Soria y Daimiel.

Hasta el año 2010, en España solo se había recogido un total de 14 observaciones homologadas, y estas han aumentado considerablemente en la presente década. Todos los registros recopilados se refieren a individuos aislados y buena parte de ellos fueron capturados para su posterior anillamiento.

Un año y medio después, esta ave ha regresado a la Comunidad Autónoma aragonesa tras la anterior observación de otro individuo en la laguna turolense del Cañizar a finales de noviembre de 2016. De acuerdo con los comentarios del testigo, durante los aproximadamente quince minutos que duró la observación (incluidas varias acciones de cernido) el ave estuvo alimentándose sobre unos sauces situados cerca del observatorio principal de Villarquemado, al lado del embarcadero.

En ningún momento pudo apreciar la emisión de reclamo alguno y tan solo abandonó los sauces, donde también se encontraba un ejemplar de mosquitero común, para desplazarse un corto periodo de tiempo a un álamo blanco contiguo. Entre los observadores que acudieron a la zona en la tarde de esa misma jornada, solo uno pudo volver a localizar al mosquitero de Pallas durante un breve espacio de tiempo y a unos 200 metros del lugar inicial, también en una zona de sauces.

Muy pocos atraviesan la península ibérica

Para Eduardo de Juana, profesor de la Universidad Complutense de Madrid especializado en ornitología, “la escasez de registros de estas especies en el suroeste de Europa no se puede explicar por una supuesta baja densidad de observadores, pues solo una pequeña proporción de los individuos que llegan cada otoño a Escandinavia y las islas británicas atraviesa con posterioridad la península ibérica”.

Por otro lado, “la mínima presencia de estas especies durante la primavera en el conjunto de Europa hace pensar que sea solo una pequeña parte de la población otoñal la que pase finalmente el invierno en África”. Se plantea por ello una nueva hipótesis: “Que estas aves, que en su mayoría serían jóvenes, parten de nuevo en otoño con dirección a Asia desde el noroeste de Europa”, con lo que completan un ciclo de la que España es una estación de paso más.