Un museo cafetería en un pueblo de Teruel permite a una familia valenciana escapar de la ciudad

La Harinera del Carmen fue desde su inauguración en 1942 el referente industrial de Torres de Albarracín. Generaba empleo y riqueza en el municipio turolense y suministraba harina a diversos puntos de Aragón, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Cerró sus puertas en 2005, pero las ha vuelto a abrir reconvertida en un museo con cafetería. Un nuevo atractivo para impulsar el turismo y poner en valor el pasado del inmueble y de su maquinaria.

El Museo de la Harina alberga en su interior las máquinas que en su día estuvieron en funcionamiento en la fábrica para convertir el trigo en harina. Están restauradas y perfectamente integradas en el bar-cafetería que desde marzo gestiona un matrimonio de Chiva (Valencia) con raíces en la localidad, Pilar Jericó y José Luis Delgado, quienes se mudaron a Torres de Albarracín con sus dos hijos en busca de un estilo de vida más cómodo y tranquilo.

Explica Jericó que la idea de irse a vivir al pueblo de su marido fue de ella cuando se enteró el pasado mes de octubre que el Ayuntamiento había sacado a licitación la gestión del bar-cafetería del Museo de la Harina. Ella había estado trabajando durante el año pasado en el parque multiaventura que hay en la localidad, Albarracín Aventura, y le gustó la calidad de vida que allí podía tener. La situación por la Covid-19 fue la gota que colmó el vaso. 

Asegura que cuando estaba en Valencia no podía trabajar porque sino no tenía tiempo para cuidar a sus hijos, mientras que ahora que llega a todo. Más aún, según reconoce, por la ayuda que le presta su familia, los hermanos y los padres de su marido. “Ha sido un cambio tremendo, a mi hija como tiene 15 años le ha costado un poco más, pero mi hijo, de 9, está encantado”, relata.

Al descender del municipio, la acogida del bar-cafetería no podía haber sido mejor. Desde que abrieron las puertas en marzo han estado trabajando sin descanso, con el apoyo de los vecinos de Torres y de las localidades de alrededor. “No nos podemos quejar, está animado y ahora que llega el verano y ya está permitida la movilidad entre Comunidades creo que vamos a tener mucho trabajo”, indica la gerente.

Reconversión total

El Museo de la Harina es la última de las actuaciones que se han desarrollado en el edificio gracias al apoyo de la Fundación Sociedad de Desarrollo de la Comarca de la Sierra de Albarracín y del Gobierno de Aragón. Seis apartamentos, una tienda, un bar-cafetería y el herbario del Museo de Botánica completan los servicios que se pueden disfrutar en las instalaciones. Algunos de ellos abiertos desde hace varios años.

El alcalde de Torres de Albarracín, Inocencio Martínez, recuerda que “tres o cuatro años” después del cierre de la harinera pensaron que sería buena idea adquirir el inmueble para realizar alguna actuación en favor del municipio. Así, se puso en contacto con el entonces vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Ángel Biel, y consiguió que el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) lo comprara.

El IAF lo cedió a la Fundación Sociedad de Desarrollo, integrada por todos los ayuntamientos de la Comarca de la Sierra de Albarracín y el Gobierno de Aragón, y comenzaron los trabajos que ahora han concluido con el Museo de la Harina, acompañado del bar-cafetería. “La gente tiene frases grandilocuentes y discursos interesantísimos para frenar la despoblación, pero está todo inventado, con trabajo, servicios y calidad de vida”, subraya el alcalde.

En las instalaciones de la ya histórica Harinera del Carmen, destaca también el Museo de Botánica, inaugurado en 2014, con un herbario de casi 600 plantas. La exposición consta de vitrinas con plantas de todo tipo, como árboles, arbustos, cardos o flores, recogidas en su mayoría en la Sierra de Albarracín. Los cuadros que componen la muestra se realizaron gracias al Plan de Empleo.

Impulsar el turismo

Para el alcalde de Torres de Albarracín, también presidente de la Comarca de la Sierra de Albarracín, era importante crear una ruta turística atractiva para ofrecer a familias y centros escolares. De esta manera, considera Martínez que se ha logrado gracias a las pasarelas que se han instalado en Calomarde, y a las que cada día acuden más visitantes, el parque de multiaventura, los museos que acoge la Harinera del Carmen y el parque de fauna ibérica La Maleza, en Tramacastilla. “Al final la idea es atraer al turismo a nuestros pueblos y ya se está notando”, concluye.