“Destino Estación Canfranc”. Un eslogan. Pero, sobre todo, un avance más para lograr el gran anhelo de recuperar la Estación de Canfranc. Primero vino un proyecto realista, después la imprescindible ayuda europea, también la adjudicación de las obras –“paso definitivo”–.
Ahora toca promocionarlo. Y para ello se ha decidido usar un “canal distinto”, como aseguró este sábado el consejero de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón, José Luis Soro (CHA). El del cine. La histórica estación llegará a toda España a través de la gran pantalla. Keneth Branagh, Michelle Pfeiffer, Johnny Depp o Penélope Cruz serán sus improvisados valedores.
Aprovechar el estreno de Asesinato en el Orient Express es, para Soro, “una manera de llegar al público en un momento en el que se está disfrutando de una película de manera que se le da un valor añadido a un edificio que es singular, mágico y único, la Estación Internacional de Canfranc de 1928”.
“Es una parte esencial de nuestra identidad colectiva”, dijo el consejero (único de CHA en el Ejecutivo), “es un símbolo de lucha y de reivindicación, de frustración y olvido, de injusticia, y ahora, por fin, de ilusión y de futuro. Canfranc es un icono para todos los aragoneses, es nuestro icono”. Un lugar que, aclaró, “no es un destino desde el punto de vista geográfico, no es una estación de llegada, es un punto de partida para descubrir Aragón”.
Un viaje en el tiempo
Este sábado la jornada comenzó pronto, a las 7:40 horas. Mejor dicho, mucho antes, en 1928. El tren azul Orient Express (con sus vagones postales, cafetería y vagones coche-cama) partió de la Estación Delicias de Zaragoza con destino a Canfranc poco antes de las 8:00 horas, gracias a la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (AZAFT).
El salto en el tiempo se consumó con la entrada en el convoy del grupo de recreacionistas Canfranc 1928. Una vez en Canfranc, se presentó la campaña de promoción en las salas de cine.
En palabras de Soro, “esta experiencia de subir hasta la Explanada de los Arañones ha sido más especial que nunca”. Puso en valor el hecho de “hacerlo en el tren azul, en ese vestigio vivo de nuestra historia, ha sido un auténtico privilegio”. El consejero recordó que iban a Canfranc “en un momento de esperanza, en el que el trabajo, muy duro, que venimos desarrollando los dos últimos años desde el Gobierno de Aragón, de la mano del Ayuntamiento de Canfranc, vemos que, por fin, va dando sus frutos”.
El día, cómo no, terminó, –ya en Zaragoza– con la proyección de Asesinato en el Orient Express.