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El rechazo a las renovables arraiga también a los pies del Moncayo y en las Cinco Villas

Varios proyectos de renovables afectan a espacios protegidos y de elevado valor natural en las Cinco Villas y junto al Moncayo.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

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El rechazo y los recelos ante las desmesuradas magnitudes que está alcanzando el despliegue de las energías renovables en Aragón se extiende a lo largo del territorio, del sur turolense al norte pirenaico y prepirenaico y desde allí al noroeste cincovillés y moncaíno, donde distintas empresas promotoras pretenden instalar parques de aerogeneradores que afectan a zonas de elevado valor ambiental.

Ese panorama ha hecho que varios ayuntamientos hayan mostrado su oposición a la instalación de esas plantas, un posicionamiento de rechazo que hasta la fecha habían liderado las plataformas ciudadanas pero que poco a poco, y tras los precedentes de La Jacetania, el Sobrarbe y el Alto Gállego, va sumando efectivos desde el ámbito institucional.

El Ayuntamiento de Uncastillo (Cinco Villas) ha comunicado al Área de Industria de la Delegación del Gobierno en Aragón su oposición a “la instalación eléctrica proyectada en lo que respecta al término” de su municipio dentro del macroproyecto que supone los parques eólicos Arturo, Azami, Atalán y Basán, de 49,5 megawatios (Mw.h) cada uno de ellos, promovidos por Energía Inagotable de Arturo SL, vinculada al Grupo Samper, y cuyo despliegue afecta a terrenos de Castiliscar y Petilla en Navarra y de Sádaba, Sos del Rey Católico y Uncastillo en Aragón.

“Las instalaciones cuya ejecución se propone resultan ser incompatibles con la normativa urbanística de aplicación en el término de Uncastillo”, señala el ayuntamiento, que concluye que “los dos aerogeneradores del parque eólico Arturo, parte de la red colectora y parte de los tramos de acceso” que afectan a su territorio “se ubican en suelo calificado como no urbanizable especial” catalogado como “forestal y de alto valor ecológico” y en el que las normas urbanísticas “prohíben cualquier actuación de ampliación del parque eólico existente o la implantación de nuevas construcciones o instalaciones”.

Ocupaciones de montes y riesgo de incendios

Por su parte, el Ayuntamiento de Ambel ha acordado pedir a la Delegación del Gobierno la desestimación de los proyectos de los parques eólicos Son, Suri, Sakura y Suzaku, cuatro de los ocho de 49,5 Mw que varias empresas pretenden instalar, además de en su término, en los de Ainzón, Alberite de San Juan, Borja, Bureta, Fuendejalón, Tabuenca, Talamantes y Trasobares.

El pleno decidió “manifestar la no conformidad de la instalación eléctrica proyectada por los efectos perjudiciales para la vegetación forestal, la afectación a la fauna y el riesgo de incendios”.

La resolución aprobada por el consistorio, basada en informes técnicos como la de Uncastillo, denuncia el intento de ubicar aerogeneradores sobre terrenos devastados por un incendio en 2012, antes de que hayan pasado los treinta años durante los que la ley prohíbe cambiar el uso de esas tierras, así como la pretensión de ocupar terrenos públicos y de eliminar zonas de arbolado.

“También hay aerogeneradores que se encuentran en ámbitos con alto riesgo de incendio forestal por rayo y en zonas que cuentan con elevada superficie que puede quedar fuera de la capacidad de extinción debido a los modelos de combustible presentes”, anota el documento, que añade que “la ubicación de esos aerogeneradores supondrá importantísimas limitaciones para los medios aéreos, que condicionarán el apoyo a los medios terrestres y, por tanto, se reducirá la efectividad del operativo” de los bomberos, “con el riesgo que supone para que se desarrollen grandes incendios forestales, que pueden provocar importantes daños ambientales, materiales y personales”.

Doscientas rapaces muertas en un año

Los riesgos serían, según los informes del Ayuntamiento de Ambel, especialmente elevados para las rapaces, aunque notables también para otras aves de menor tamaño y para los murciélagos, al provocar, además de mayores probabilidades de impacto, un efecto barrera para sus desplazamientos y ocupar zonas de nidificación.

“En la comarca Campo de Borja han sido más de 600 los cadáveres recogidos” en 2011 por impactos con aerogeneradores, más de 200 de ellos de rapaces, “lo que va a suponer la desaparición a corto plazo de muchas especies ya que la mortalidad supera con mucho las poblaciones nidificantes y ejerce un efecto sumidero para las poblaciones invernantes, migratorias o en dispersión desde zonas próximas”. “Este desastre sólo puede incrementarse si se construyen nuevos parques”, añade.

Por último, otros consistorios de la zona como el de Tabuenca facilitan en su redes sociales “unas sencillas alegaciones populares para el proyecto eólico a los pies del Moncayo” junto con instrucciones para presentarlas.

La línea de alta tensión diseñada para evacuar hasta sus zonas de comercialización la energía eólica que el grupo de empresas pretende generar en la zona discurriría a unos centenares de metros del casco urbano de Tabuenca.

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