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Refugios climáticos: una iniciativa para hacer frente a las temperaturas extremas

Zaragoza ha activado el Plan de Emergencia ante la ola de calor

Víctor Ibáñez

15 de julio de 2022 22:59 h

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La segunda ola de calor del verano ha llegado a Aragón con temperaturas máximas que superan los 40 grados, pudiendo llegar hasta los 44 en algunas localidades. Un fenómeno extremo que durante sus dos primeros días, el 10 y 1l de julio, ha dejado hasta 43 muertes en toda España, según contabilizó el sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo). Cifra que podrían ser muy superior si se tiene en cuenta que los días en los que se ha alcanzado las máximas temperaturas han sido el 13 y 14 de julio y que la ola de calor de junio causó la muerte de 714 personas.

“Nos encontramos en plena ola de calor y queríamos dedicar esta rueda de prensa a una proposición sobre la importancia de implementar medidas sobre la creación de refugios climáticos”, comenzaba su intervención Pedro Santisteve el pasado 14 de junio. El portavoz de Zaragoza en Común (ZeC) proponía al Ayuntamiento el proyecto de la Red de Oasis Climáticos para Zaragoza, que pretende habilitar y transformar 29 espacios, al menos uno por cada distrito urbano y rural, debidamente señalizados y con la posibilidad de consultarse en un mapa. 

Espacios que sirvan de refugio climático -donde la temperatura no supere los 26 grados- para las personas más vulnerables, como son la infancia, la tercera edad y las personas con enfermedades crónicas. Además, Santisteve hacía hincapié en que “hay muchos vecinos cuyas casas no reúnen unas condiciones de confort para hacer frente a estas olas de calor y el actual precio de la luz y la emergencia climática hace aconsejable que optimicemos los recursos públicos”.

Los refugios climáticos son espacios urbanos que ya existían pero que se reforman o abren al público para proteger a la población vulnerable de las temperaturas extremas. De esta forma, el portavoz de ZeC habla de habilitar bibliotecas, polideportivos, museos y centros cívicos entre otros equipamientos públicos. También plantea la posibilidad de abrir los patios escolares, “buscando como incrementar la vegetación y sacar el cemento, ya que están en todos los barrios”.

Santisteve ha detallado los tres ejes de actuación a seguir: medidas azules (puntos de agua, mantenimiento de las fuentes ya existentes e instalación de nuevos puntos), medidas verdes (creación de espacios de sombra y vegetación, plantación de árboles e instalación de toldos) y grises (actuaciones sobre los edificios públicos para mejorar su aislamiento y eficiencia energética). Además, el portavoz de ZeC ha hablado de la participación activa de la ciudadanía en el proceso: “Es una buena oportunidad para que la ciudadanía intervenga en el diseño y ubicación”.

De esta forma, Zaragoza se sumaría a otras ciudades como París, Barcelona, Sevilla, Vitoria o Málaga, que ya han tomado medidas urbanísticas en este sentido. Es también una oportunidad de cumplir los objetivos de Desarrollo Sostenible aprovechando la posible financiación europea de la misma forma que lo ha hecho Barcelona, que ya cuenta con 202 infraestructuras municipales que funcionan como refugio climático -el 95% de su población tiene un espacio a menos de 10 minutos de su casa según el consistorio barcelonés-. 

En concreto, la ciudad condal recibió una subvención FEDER de 4 millones de euros -más uno de aportación municipal- para llevar a cabo medidas urbanísticas entre 2019 y 2022. Además, Santisteve recordó que “la propia ley de transición energética exige que ante el cambio climático debe haber intervenciones en el medio urbano”.

Proyecto piloto

En 2021 el Gobierno de Aragón comenzó un proyecto piloto y a menor escala que consistía en rediseñar tres escuelas de Huesca, Zaragoza y Teruel, convirtiéndolas en refugios climáticos. “La infancia es especialmente frágil a los efectos del cambio climático. El actual diseño de la mayoría de patios escolares, donde los niños y niñas pasan la mayor parte del día, no está adaptado a las consecuencias del cambio climático al ser instalaciones carentes de sombra, vegetación o refugio”, justificaba el Gobierno. 

Ante un fenómeno que cada vez es más frecuenta, como las temperaturas extremas de una ola de calor, cabe tomar medidas más allá de las típicas recomendaciones de reducir la actividad física, no salir en las horas centrales del día y beber mucha agua. “Tenemos ya posibilidades y medios que contribuyan a reducir la mortalidad por calor en nuestra tierra” -concluía el portavoz de Zaragoza en Común-. “Pensando en la salud de esos colectivos vulnerables lanzamos este reto al gobierno porque nos parece que es necesario que Zaragoza con estas temperaturas extremas se posicione de una forma activa”. 

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