Un acusado ha aceptado este jueves una pena de ocho años y medio de cárcel después de admitir en la Audiencia Provincial de Asturias que, pese a tener vigente una orden de alejamiento hacia su expareja, la amenazó de muerte, la maltrató física y psíquicamente y la agredió sexualmente porque no aceptaba que hubiera iniciado una relación sentimental con otro hombre.
Además, ha reconocido que cogió por la fuerza a su hijo mayor, de nueve años, y lo retuvo durante varios días, a pesar de que tenía igualmente suspendidas las visitas por orden judicial. El acusado tiene otros tres hijos más en común con la víctima de tres, cuatro y siete años.
La mujer y sus cuatro hijos viven en una casa de acogida en la comunidad autónoma asturiana, según ha confirmado la Fiscalía.
El hombre, de 30 años, compareció esta mañana ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias para responder de su responsabilidad en estos hechos imputados por el Ministerio Fiscal y la acusación particular. Su conformidad con el relato de la acusaciones hizo innecesario el desarrollo del juicio que estaba señalado a puerta cerrada.
La exmujer contaba con una orden de protección
El acusado y la víctima fueron pareja durante once años y tienen cuatro hijos menores. Según el relato de la Fiscalía, la convivencia entre ambos se fue deteriorando, con varios episodios violentos, hasta que en junio de 2021 ella decidió romper definitivamente la relación.
La mujer ingresó en una casa de acogida con los menores. El Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo, en funciones de guardia, dictó un auto ese mismo mes por el que le concedió una orden de protección.
En esa misma resolución, el juzgado prohibió al acusado acercarse a su expareja a menos de 200 metros, así como comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento.
El juzgado otorgó a la mujer la guarda y custodia de los cuatro hijos menores y se decretó la suspensión del régimen de visitas y estancias para el acusado que en todo momento fue advertido de las consecuencias de su incumplimiento.
La víctima se negó a reanudar la convivencia
El acusado ha admitido esta mañana que al menos entre el 12 y el 19 de julio de 2021 envió a su expareja numerosos mensajes y fotografías a su teléfono móvil, tratando de convencerla para verse y reanudar la relación, sin lograrlo.
A la vista de la negativa de la exmujer a reanudar la convivencia y una vez que supo que ella había iniciado otra relación sentimental, según la versión de las acusaciones, el acusado decidió abordarla, saltándose así la orden de alejamiento que tenía vigente.
El 2 de agosto de 2021, cuando la mujer salía en compañía de sus cuatro hijos de un centro comercial de Oviedo, el acusado se dirigió a ella de forma sorpresiva.
“Introdujo por la fuerza, a ella y a los niños, en el interior del vehículo que conducía, a la vez que le propinaba diversos golpes para evitar que saliese del automóvil hasta dejarla inconsciente y pese a los llantos de los menores”, según la versión del Ministerio Fiscal.
Cuando ella se recuperó, vio que estaba tirada en un camino y, en ese momento, el procesado, tras recriminarle la nueva relación que mantenía, la agredió sexualmente. A continuación, según el Ministerio Público, la cogió por el pelo y la introdujo nuevamente en el coche, donde la dejó encerrada, y le quitó el teléfono móvil.
El procesado y la víctima tienen cuatro hijos de tres, cuatro, siete y nueve años. Él les abordó sorpresivamente e introdujo a la fuerza en su coche. Golpeó a la exmujer hasta dejarla inconsciente y cuando ella se recuperó, la agredió sexualmente
Al poco tiempo regresó con los niños y los llevó a todos hasta las inmediaciones de la casa de acogida, donde los dejó, salvo al hijo mayor, al que se llevó consigo por la fuerza y al que retuvo hasta el 6 de agosto.
La amenaza: “Cuando salga de prisión te busco y te mato”
La acusación pública sostiene en su escrito de calificación que el acusado la amenazó de muerte durante el trayecto. Concretamente, le decía: “Como intentes denunciarme o hacer algo contra mí, yo iré preso pero, en cuanto salga de prisión, te busco y te mato”.
Unas amenazas que provocaron en la víctima un fuerte sentimiento de temor y desasosiego. Además, sufrió varias lesiones por las que tuvo que ser atendida por los facultativos.
Una semana después de estos hechos, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Oviedo ordenó el ingreso en prisión provisional del procesado y en esa fecha se dictó igualmente una orden de protección a favor de la mujer y sus hijos.
La Fiscalía imputaba al acusado un delito de maltrato familiar, un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, un delito de agresión sexual, un delito de amenazas y otro delito de sustracción de menores.
A estas imputaciones sumaba las circunstancias agravantes de parentesco y de género en los delitos de agresión sexual y amenazas y la agravante de reincidencia en el delito de maltrato familiar, mientras que le aplicaba la atenuante de confesión.
El acusado ha admitido todos los hechos y ha aceptado por el delito de maltrato familiar 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad, así como la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años.
Tendrá prohibido aproximarse a menos de 500 metros a la mujer, así como a su domicilio, lugar de trabajo en su caso u otro que frecuente, y comunicarse por cualquier medio con ella durante cuatro años, incluyendo redes sociales, e inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad durante cinco años.
Las penas e indemnizaciones
La pena más elevada, de siete años y medio de prisión, se le ha impuesto por el delito de agresión sexual que conlleva además una orden de alejamiento a menos de 500 metros y la prohibición de comunicarse con ella durante diez años, así como libertad vigilada durante diez años y la inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad durante 15 años.
El delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar le supondrá una condena de seis meses de prisión y por el delito de amenazas ha sido castigado con otros 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad y alejamiento durante cuatro años.
Al haberse llevado a su hijo y por tanto incurrir en un delito de sustracción de menores tendrá que cumplir otros seis meses de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante la condena e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de patria potestad durante cinco años, además de la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros a su hijo mayor, así como a su domicilio, lugar de trabajo o estudio u otro que frecuente, y comunicarse por cualquier medio con él durante cuatro años, incluyendo redes sociales.
El acusado se ha comprometido además a indemnizar a su expareja con 12.000 euros por los daños morales sufridos y con 320 euros por las lesiones infligidas. El tribunal de la Sección Tercera le ha condenado también a abonar al Servicio de Salud del Principado de Asturias en la cantidad que se acredite en ejecución de sentencia por los gastos sanitarios ocasionados.