El torneo de tenis ATPE 250 previsto en Gijón del 3 al 9 de noviembre peligra tras la renuncia de su organizadora y principal patrocinadora, la empresa israelí Watergen. La empresa justifica este movimiento tras la decisión adoptada por el Gobierno de España de reconocer al Estado de Palestina, el pasado 28 de mayo, y por razones de seguridad derivadas de “amenazas terroristas”, según ha trasladado el concejal de Deportes gijonés .
La noticia la comunicaban este miércoles en una rueda de prensa el propio edil, Jorge Pañeda, y el presidente de la Federación Asturiana de Tenis, Fernando Castaño, quienes aseguraban que aún no está todo perdido.
Ayuntamiento y Federación trabajan por tanto contrarreloj para buscar alternativas y poder salvar el torneo, cuya continuidad pasa por encontrar un nuevo patrocinador que ponga sobre la mesa el millón de euros que se acaban de llevar los israelíes.
Aunque el asunto no está descartado, pues el propietario de la licencia mantiene su interés por celebrar el torneo en Gijón, y Consistorio y Federación de Tenis aseguran estar negociando “in extremis”, lo cierto es que es difícil, tal y como reconocen, pues en un plazo máximo de un mes debería estar cerrada la financiación alternativa o el torneo se caerá definitivamente.
En el Ayuntamiento de Gijón hay un enfado mayúsculo, hasta tal punto que el concejal de Deportes, del Partido Popular, le ha echado la culpa a Pedro Sánchez. Según sus palabras, estas son las consecuencias que tiene que un gobierno tome decisiones arbitrarias y electoralistas, en asuntos de calado internacional, que acaban afectando también a lo local y perjudicando torneos como éste.
Una empresa tecnológica propiedad de un millonario ruso israelí
Watergen es una startup israelí que comenzó a funcionar en 2009, tiene su sede central en Rishon LeTzion, en el distrito central de Israel, y se dedica a convertir humedad atmosférica en agua potable, pero además es una de las proveedoras del Ejército de Israel.
Su propietario, un millonario ruso israelí alquiló por cuatro años la licencia de la Kremlin Cup de Moscú, sin celebrarse desde el 2022 por la guerra de Ucrania, por la que pagó entre cuatro y siete millones de euros. Esta licencia era la que iba a utilizar para organizar el torneo de la ATP de Tel Aviv, que se va al traste por otro conflicto bélico, en este caso, el que estalla tras la invasión de Gaza, el pasado mes de octubre.
El torneo acaba recayendo en Gijón de la mano de la Federación Asturiana de Tenis y por recomendación de un ex tenista perteneciente al buró de la ATP, tras las buenas valoraciones obtenidas por el Gijón Open, torneo que organizó la ciudad asturiana en octubre de 2022.
En aquel momento, la organización del torneo corrió a cargo del Ayuntamiento de Gijón en colaboración con la Federación Española de Tenis, a través de la firma de un convenio de colaboración.
En este caso, el consistorio gijonés había firmado un contrato de patrocinio directamente con el empresario ruso israelí al que, tras el pago de 1'2 millones de euros, se convertía en patrocinador titular del torneo, incluyendo el nombre de la marca en el título del evento, la integración del logotipo de la marca en el logo del torneo, un representante de la empresa en la entrega de premios o la presencia del logotipo empresarial en todas las comunicaciones internas y externas, online y offline, que se desarrollen, entre otras cosas.
La próxima fórmula, de haberla, aún está en el aire.