Pregunta. ¿Qué le parece el comunicado del colectivo de presos de ETA?comunicado
Respuesta. Una buena noticia, siendo sus miembros como son de cabezotas y de lentos a la hora de tomar decisiones.
P. Pues al PP le parece insuficiente. Todo lo que no sea la disolución de la banda le parece insuficiente.Pues al PP le parece insuficiente
R. Cuando oigo a alguien quejarse de cómo están las cosas con ETA, cuando oigo a Mayor Oreja denunciar negociaciones y los pactos, me acuerdo del atentado de ETA en Vallecas en 1995. No por nada, sino porque me pilló cerca. Si alguien hubiera propuesto entonces cambiar con un chasquido de dedos aquel escenario por la situación actual, ¿quién se habría negado? El ejercicio parece ingenuo, y lo es, pero ayuda a no perder la perspectiva, a recordar dónde estábamos hace 20 años y dónde estamos ahora. ETA ha sido derrotada sin conseguir sus objetivos.
P. ¿Cree usted que se debe hablar de vencedores y vencidos?
R. Por supuesto. El relato de lo que ha sucedido es extremadamente importante. No se puede decir que el combate ha quedado en tablas, porque no es verdad. Hay que decir que la violencia no ha logrado imponerse, que los violentos han sido derrotados. Todos. Incluso los violentos que albergaba el Estado.
P. Las víctimas tampoco están satisfechas. El anuncio del colectivo de presos les parece “triste”.El anuncio del colectivo de presos les parece “triste”.
R. Con las víctimas del terrorismo sucede lo mismo que con los escritores. Que seas un buen novelista no garantiza que seas un buen analista político. Fíjese en mí. Con las víctimas del terrorismo etarra sucede algo parecido. Haber sido bombardeado, haber perdido algún familiar es una terrible tragedia, pero no te convierte en un alguien más lúcido. A las víctimas hay que protegerlas, hay que apoyarlas, hay que comprenderlas, hay que permitirles incluso salidas de pata de banco que no permitiríamos a otros colectivos, pero en absoluto hay que hacerles más caso que al resto de los ciudadanos. Todo lo contrario: precisamente porque la violencia les ha afectado directamente ciertos individuos carecen de la frialdad que requiere este momento. Lo decía Rafael Reig hace unas semanas, recordando muy oportunamente esas películas del oeste en las que el sheriff bueno se enfrentaba a las víctimas que querían linchar al forajido.
P. Pero las víctimas no quieren linchar a nadie; lo único que exigen es que los asesinos paguen por lo que han hecho.
R. Y hasta donde yo sé todos han pagado. No se me ocurre ahora ningún caso de asesino capturado que haya quedado impune.
P. Impune no, pero casi. Hay asesinos condenados a miles de años de prisión que en la práctica ven reducida su estancia entre rejas a unas cuantas decenas de años. Eso se parece mucho a la impunidad.
R. No, no se parece en nada. Pasar 20 años en prisión no tiene nada que ver con la impunidad. De hecho, es todo lo contrario. Te puede parecer poco tiempo, pero no puedes llamarlo impunidad porque no lo es.
P. ¿Y qué le diría usted a una viuda, a un huérfano, a una víctima que considera que 20 años de prisión para un asesino condenado a más de 1000 es poco tiempo?
R. Le diría que entiendo su dolor y que yo también he sentido deseos de venganza en diferentes momentos de mi vida. No le diría nada más. El deseo de venganza se siente con las tripas y resulta inútil tratar de abordarlo con la razón.
P. ¿Cree usted que el arrepentimiento es imprescindible para poder solucionar definitivamente este asunto?
Que los asesinos se arrepintieran públicamente de su pasado violento y pidieran perdón ayudaría a que las víctimas más viscerales, aquellas que solo sienten un comprensible deseo de venganza, atemperaran sus reacciones y facilitaran el proceso. Pero el arrepentimiento aquí, como el amor en el matrimonio, no se puede legislar. Las leyes solo pueden obligar a que la banda entregue sus armas y se disuelva. Por eso, este comunicado reconociendo el dolor que han causado me parece un paso significativo. No puedo dejar de pensar que algo así era sencillamente inconcebible el 11 de diciembre de 1995, ayer para los que piensan que 20 años no es nada.