Con la convocatoria de elecciones generales en Reino Unido recién anunciada, la contaminación de ríos, lagos y costas se perfila como uno de los temas que más preocupa a los votantes junto con la sanidad pública, la crisis de precios y la inmigración. Las cifras hablan por sí solas. En el último año se contabilizaron 464.056 descargas de aguas residuales, lo que supone un incremento del 54% respecto a 2022. Para la Angling Trust, asociación que representa a los pescadores con caña, esto ha repercutido directamente en la muerte de más 200.000 peces en el último año, pero sobre todo existe una preocupación creciente por la salud pública. Las infecciones son muy habituales entre los aficionados a los deportes acuáticos y el riesgo de resistencia antimicrobiana por la presencia de fármacos en los caudales de agua naturales va en aumento.
En Reino Unido los vertidos de aguas residuales están permitidos solo cuando se producen lluvias torrenciales. El sistema de saneamiento no tiene capacidad para gestionar esos volúmenes de agua, que van por los mismos canales de desagüe que los vertidos domésticos (aguas fecales, de ducha, lavadoras), comerciales e industriales a las plantas de tratamiento, así que las compañías de agua abren las válvulas de desbordamiento en ríos, lagos y mar para evitar inundaciones en el sistema y, en consecuencia, vertidos en las viviendas. Los episodios de precipitaciones extremas son cada vez más habituales debido al cambio climático pero muchos se quejan de la frecuencia de vertidos no relacionados con fuertes lluvias.
SAS es una de las organizaciones ambientales, grupos de bañistas y colectivos de deportes acuáticos que hace unos días protestaban en playas y ríos del país para demandar una mejora en la calidad de las aguas. En la localidad costera Brighton, destino vacacional de turistas y estudiantes de inglés, se concentraron cientos de personas. El representante local de Surferos Contra Vertidos, Stuart Davies, aseguraba que este año ya han contabilizado 92 descargas en una playa cercana considerada apta para el baño, casi el doble de las que se produjeron el año pasado.
“La población de Brighton se cuadriplica en verano, lo cual supone una enorme presión en un sistema de saneamiento que se desmorona y no recibe financiación suficiente. Necesitamos un plan de inversión adecuado que investigue cómo y por qué se producen los vertidos, ponga el foco en la infraestructura y el alcantarillado y busque soluciones sostenibles con la naturaleza”. Esta organización critica la mala gestión de un complicado modelo y los beneficios millonarios a costa del contribuyente que acaban en los bolsillos de directivos y accionistas en lugar de financiar el mantenimiento y modernización de la necesitada infraestructura.
Una extraña película en el traje de neopreno
Josh y Yannic, amigos y residentes en la ciudad acudieron juntos al evento luciendo el mensaje “Sick of Shit” (hartos y enfermos de mierda) en sus camisetas. Tim, que lleva 30 años haciendo surf, comentó haber sufrido todo tipo de infecciones por la mala calidad del agua: otitis, conjuntivitis, gastroenteritis y el impétigo que le causó una llaga alrededor de la boca. “En los 90 había mucha contaminación por todas partes, después poco a poco fue mejorando y ahora ha empeorado otra vez. Hay más gente en el agua y se ve más el problema. Hay sistemas de desbordamiento combinado por todas partes y está constantemente vertiendo porque no puede abarcar las necesidades de la población”, comentaba.
Tim, que lleva 30 haciendo surf, dice haber sufrido todo tipo de infecciones por la mala calidad del agua: otitis, conjuntivitis, gastroenteritis y el impético que le causó una llaga alrededor de la boca. “En los 90 había mucha contaminación por todas partes, después poco a poco fue mejorando y ahora ha empeorado otra vez
Nicky siempre consulta las alertas de incidentes en la aplicación de SAS antes de bajar a la playa a nadar todos los viernes, una información sin la que no podría haber organizado un chapuzón para el Día Internacional de la Mujer en el que participaron 500 bañistas. “A veces sales del agua y notas una extraña película en el traje de neopreno que huele raro”, confesaba.
Tanto las aguas residuales como las depuradas contienen altas concentraciones de microorganismos fecales que acaban en los ríos, lagos y mares, pues las plantas de tratamiento no están diseñadas para eliminarlos, sino para reducir la materia orgánica y contaminantes sólidos –como las numerosas toallitas húmedas–, lo que puede suponer un riesgo para la salud por la exposición a bacterias como la salmonella o el E-coli, que pueden provocar diarreas y vómitos o, en casos más extremos, virus como la hepatitis A que puede causar infección de hígado.
Un nuevo informe del Centro Nacional de Políticas de Ingeniería que ofrece soluciones al gobierno y las empresas para reducir estos riesgos, indica la “desproporcionada exposición” en el agua de bacterias resistentes a los antibióticos pues “las alcantarillas son el principal foco desde el que liberamos organismos fecales resistentes”. El cuerpo humano no descompone totalmente los antibióticos ingeridos y las depuradoras tampoco están equipadas para eliminarlos, de manera que acaban en la naturaleza. La Organización Mundial de la Salud reconoce la resistencia antimicrobiana como una de las grandes amenazas de la actualidad.
Insecticidas, antibióticos, antiinflamatorios
La doctora española Helena Rapp Wright participó en un estudio de Imperial College de Londres publicado en 2023 para analizar cuáles son los químicos presentes en los ríos para después poder conocer su impacto sobre el medio ambiente. La mayoría de los compuestos que detectaron tras recoger muestras de 14 ríos y afluentes del Támesis a su paso por Londres y sus alrededores entrañaban un riesgo bajo de impacto. Pero encontraron tres en cauces próximos a las depuradoras que sí podrían suponer una amenaza para el entorno natural. El insecticida Imidacloprid, prohibido desde 2018, dio las concentraciones más altas, seguido por el antibiótico Azitromicina y el antiinflamatorio Diclofenaco.
¿Qué significan estos resultados? La presencia de pesticidas no es una buena noticia, pero en general la doctora Rapp Wright hace una lectura positiva: “Actualmente hay 204 millones de químicos registrados, de los cuales unos 350.000 tienen licencia de fabricación. Londres es una ciudad con millones de habitantes y el número de químicos que encontramos no me parece desorbitado”.
Estos resultados no se pueden extrapolar, dice la experta, porque el consumo de fármacos varía entre poblaciones, al igual que los tratamientos desinfectantes de las depuradoras, la reacción entre distintos compuestos químicos y el caudal de los cauces. La diferencia en infraestructura entre unas regiones y otras también juega un importante papel. Londres cuenta con cinco depuradoras y la empresa de agua Thames Water está construyendo un túnel de 25 kilómetros por debajo del río, que recogerá todas las aguas de desbordamiento.
Este mes se han anunciado 27 nuevas áreas aptas para el baño en Inglaterra, sumando un total de 451 puntos repartidos a lo largo de la costa y algunos ríos. Pero esto no es garantía de aguas más limpias, de hecho, el año pasado la organización SAS recibió información de casi 2.000 casos de infecciones y enfermedades después de utilizar zonas de baño clasificadas como ‘buenas’ o ‘excelentes’.
Andrew Thompson, doctor en ingeniería química y colaborador del informe del Centro Nacional de Políticas de Ingeniería, tampoco quiere hacer sonar la alarma. “La posibilidad de que estemos ante una crisis de salud pública inminente es discutible, pero lo que es evidente es que ahora es el momento adecuado para planear qué acciones tenemos que emprender, en lugar de tener que reaccionar a un brote de una enfermedad infecciosa. Esto no es solo un problema en Reino Unido sino que se tiene que abordar en muchos países”. Los ingenieros proponen medidas para mitigar el colapso del sistema, como sustituir las superficies impermeables que pavimentan muchas ciudades por sistemas de drenaje sostenible, y recomiendan robustecer los procesos de desinfección y monitorizar los recursos hídricos durante todo el año, entre otras medidas a corto plazo que podrían ser puestas en marcha en lugares con mayores riesgos para la salud pública.
Este mes se han anunciado 27 nuevas áreas aptas para el baño en Inglaterra, sumando un total de 451 puntos repartidos a lo largo de la costa y algunos ríos. Pero esto no es garantía de aguas más limpias. De hecho, el año pasado la organización SAS recibió información de casi 2.000 casos de infecciones y enfermedades después de utilizar zonas de baño clasificadas como ‘buenas’ o ‘excelentes’. Aún así, la directora de campañas Dani Jordan, aplaude la decisión. “Este estatus solo se otorga cuando ya hay gente utilizando ese cauce y supone que va a ser monitorizado en verano y que es obligatorio atajar cualquier contaminación que amenace la salud de los bañistas. Es una herramienta estupenda y un paso adelante para limpiar nuestros ríos y playas”, confirma.
La organización Amigos del Dart ha conseguido cuatro puntos designados aptos para el baño en el estuario del río, en el idílico condado de Devon. La estampa bucólica de este río surcando paisajes rurales y pueblos pintorescos contrasta con los altos niveles de E-coli y Enterococcus que en ocasiones han recogido los análisis de voluntarios
Este era el objetivo de la organización Amigos del Dart, que tras una campaña de 18 meses ha conseguido cuatro puntos designados aptos para el baño en el estuario del río, en el idílico condado de Devon. La estampa bucólica de este río surcando paisajes rurales y pueblos pintorescos contrasta con los altos niveles de E-coli y Enterococcus que en ocasiones han recogido los test de voluntarios y que evidencia, según Hannah Pearson, una de las fundadoras de la organización, la contaminación agrícola, otra de las grandes amenazas para los recursos hídricos.
Residente desde hace casi 30 años y nadadora habitual en estas aguas, Pearson sufrió recientemente una severa infección cutánea que desencadenó en principio de sepsis. Ya recuperada, se muestra motivada para lograr que el río sea saludable. “Nuestro foco como organización es remediar esta situación. No podemos continuar con el declive de los bancos de peces, la ecología del río”, cuenta. En los últimos ocho años sólo se han realizado dos análisis exhaustivos de los ríos y la nueva Oficina de Protección Ambiental no ve muestras de mejoría ante la falta de nuevas leyes sobre el agua que sustituyan la legislación europea.
El Departamento de Medio Ambiente ha contestado con una declaración escrita tras declinar una entrevista: “La contaminación de vertidos es inaceptable, por lo que estamos haciendo una consulta para prohibir pagos extra a los directivos cuando se ha incumplido la ley, multiplicando por cuatro las inspecciones a las compañías y proporcionando más financiación a los reguladores del agua”.
Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, cada vez son más los británicos que exigen, como dice Jordan, “un auténtico compromiso para limpiar” los recursos hídricos a la clase política.