El Foro de Davos avisa de nuevo: el cambio climático es el mayor riesgo para la economía mundial
El diagnóstico, presentado de cara al Foro Económico Mundial de Davos que se celebrará la semana próxima, es claro y sin rodeos: el principal riesgo para la economía en 2019 es el clima. Pero es que también lo fue en 2018 y en 2017, cuando por primera vez, el Foro Económico Mundial colocó en lo más alto de su tabla de riesgos probables los eventos meteorológicos extremos a causa del aumento de las temperaturas del planeta. El aviso es relevante sobre todo por una razón: el mundo del dinero, sin el que no se mueve casi nada, ya no solo reconoce el fenómeno como una tendencia clara, sino que avisa de una “catástrofe del clima”.
“2018 fue otro año de tormentas, incendios e inundaciones. De todos los riesgos, el ambiental es en el que el mundo está deslizándose de forma más clara hacia la catástrofe”, arroja el documento. El trabajo de los especialistas de esta organización con sede en Ginebra cruza cada año las amenazas más probables y aquellas con mayor impacto para la economía global.
En 2019, los riesgos de mayor probabilidad son los fenómenos meteorológicos extremos, seguidos del fracaso en la mitigación y adaptación al cambio climático (es decir reducir los impactos y crear políticas para adaptarse a ellos), las catástrofes naturales y el fraude y robo de datos. En el otro lado están las armas de destrucción masiva, de nuevo el fracaso en la mitigación y adaptación al calentamiento global, los fenómenos meteorológicos extremos y las crisis relacionadas con el agua.
En su documento, los economistas y académicos no se refieren al impacto económico del cambio climático de forma aislada, sino de todos los problemas en cadena que supone: la masiva pérdida de biodiversidad tiene un efecto en los ecosistemas, que a su vez son más frágiles por el calentamiento global y esto hace que la economía sea más vulnerable; pero además, “a medida que los riesgos ambientales se hacen más evidentes, más frecuentes y severos, el impacto en las cadenas de valor se intensifica, debilitando su capacidad de resistencia”.
Por ejemplo: la producción y comercio de bienes y servicios se han visto alterados en un 29% por desastres ambientales desde 2012. En la industria del automóvil de Estados Unidos, país que anunció que saldrá del Acuerdo de París aprobado en 2015 para luchar contra el cambio climático, solo los incendios y las fusiones entre compañías han causado más problemas a la cadena de suministro que los huracanes.
Sin embargo, advierten los especialistas, el impulso de los países de aislarse, como tan ferozmente muestra el presidente estadounidense, Donald Trump, es justo lo contrario de lo que se necesita ante un problema que es, por definición, global. “La energía se está poniendo en consolidar o recuperar el control nacional. Esto amenaza con debilitar las respuestas colectivas a desafíos globales”.
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