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Nos hacemos un lío y no sabemos si el tonto es Feijóo o Sánchez

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¿Contentos con el acuerdo para el Consejo del Poder Judicial? Comme ci, comme ça. Quienes empujaban impetuosamente a Feijóo a que nunca firmara papel alguno con el déspota, ahora felicitan a su líder con grandes aspavientos. Eres el mejor, vitorean. Hay que ver, o son bobos ellos o nos toman por tal. ¿Ven posible que el dignísimo Núñez Feijóo, ejemplo simpar de rectitud moral, haya logrado engañar al tipo más ruin y mentiroso de la humanidad entera, ese dictador conocido como Pedro Sánchez? Pues ahí tienen a nuestra alegre muchachada, que lo suyo es no apearse del burro. Pero no crean que hay unanimidad. Quedan muchos irreductibles en la aldea gala que siguen creyendo que a Feijóo le han dado el timo de la estampita. Porque Sánchez es más malo que la quina. Les puede el odio al presidente. 

Al tajo.

Abc. Editorial: “Un pacto de alto riesgo. El gran peligro no radica en el contenido del acuerdo, sino en la escasa credibilidad de Pedro Sánchez, y esa es la responsabilidad que ha decidido asumir sobre sus hombros Alberto Núñez Feijóo”; Ignacio Camacho insiste: “El acuerdo judicial es sensato y razonable, pero queda al albur de un factor tan volátil como la palabra de Sánchez”; como Alberto García Reyes: “El pacto parece hermoso, está bien vestido y huele bien. Pero tiene un punto débil. La palabra de Sánchez”;  Álvaro Martínez, tan fino: “El asunto del CGPJ puede regresar al transporte público después de que Bolaños se haga de vientre sobre el pacto que firmó 24 horas antes con el PP”; más convencidos, encabezados por su director, Julián Quirós: “Político de honda formalidad, ha dado un paso impopular, que será incomprendido por buena parte de la opinión pública, por eso ha pedido apoyo a la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo y a otros, para que le preparasen el camino y le ayudaran a caer en la palabra de Sánchez”. A ver: ¿ha echado mano Feijóo de los jueces del Supremo? ¿Y eso no es conchaveo o indecencia?; Salvador Sostres, ditirámbico: “Este acuerdo que brillantemente Feijóo ha arrancado a Sánchez es un escudo para la Sala Segunda y los fiscales del juicio del proceso independentista. El líder del PP puede presumir de pacto y de haber encontrado una línea de oposición dura pero que refleja su personalidad”. ¿Y qué decían algunos de ellos 24 horas antes del acuerdo? Pues esto. Julián Quirós: “No sabemos qué ha de pensarse Feijóo sobre los acuerdos con Sánchez acerca de la renovación del Poder Judicial y de otros organismos tras las trampas y la deriva peronista presidencial (…) La única duda viene por la potencial velocidad del engaño, porque el Gobierno ya no se molesta ni en cubrir las apariencias. El PSOE ofrece al PP improperios y dos platos de lentejas a cambio de su firma; Sánchez no quiere negociar nada, sino sonrojar al líder de la oposición, si se deja” o Isabel San Sebastián, siempre tan recia: “Una vez okupado (con k) el TC, Pedro Sánchez se ha propuesto hacer lo propio con el Supremo, donde todavía hay magistrados determinados a honrar su responsabilidad (…) Lo que llama la atención es que Feijóo se plantee siquiera ceder [CGPJ] invocando el ‘sentido de Estado’. No hay sentido de Estado que valga ante un mentiroso acreditado que a buen seguro va a engañarte. No hay excusas para rendirse. Si Sánchez ha de imponerse, que lo haga por la fuerza frente a un PP decidido a defender la democracia hasta el final”.

En El Mundo son también un tanto reticentes. Arcadi Espada abomina del pacto: “Porque el problema del acuerdo no es solo el carácter de farsa que proyecta sobre el pasado, sino que, farsa en sí mismo, este parto de los montes extiende la peste, bubónica por supuesto”; Santiago González: “En toda negociación con Sánchez o sus enviados, hay que tener una cláusula de precaución por esa tendencia innata del marido de Begoña a interpretar torticeramente los acuerdos, cualesquiera que estos sean”. La Razón, su director, Francisco Marhuenda. Antes del pacto: “No sé si en la reforma que quiere emprender el Gobierno socialista comunista, siguiendo el patrón de la izquierda radical iberoamericana, establecerá una diferencia procesal, dicho irónicamente, cuando sean casos del PP o el PSOE”. Después del pacto: “Un gran acuerdo para renovar el CGPJ. Ha sido un gran éxito de Feijóo”. Libertad Digital. Antes. Editorial: “Negociar con Sánchez es una auténtica locura en términos políticos, una invitación al desastre, un disparate descomunal y una traición a principios como el de la independencia judicial. Con Sánchez no se negocia la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sino la rendición de la democracia”; después: “No es rendición del PP pero puede ser engaño del PSOE. Por mucho que este acuerdo PSOE-PP no constituya un ‘jaque mate’ a nuestro Estado de derecho, nuestra democracia liberal sigue estando en peligro (…) Y es que no cabe volver a confiar en un gobierno tan tramposo y con tantas pulsiones totalitarias como éste”. Javier Somalo, antes: “No hay nada que pactar con Pedro Sánchez. Y menos en materia de independencia judicial. ¡Si están a un paso del banquillo! ¿Hay alguien en el PP que quiera aparecer en ‘la historia del daño y la decadencia que causa el socialismo’? Es lo que harán si cometen la equivocación de caer en la trampa de Sánchez”; a Pablo Molina no le engañan: “El acuerdo que quería Sánchez. El PP olvida que Sánchez y sus socios tienen mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, lo que les habilita para decidir sobre el contenido de esa futura ley orgánica”. Y uno, desesperado. El Independiente. Luis Miguel Fuentes: “Sánchez ha timado a Feijóo”.

En The Objective, dan un sí muy crítico. Bastarán los titulares de los opinadores. El director de la cosa, Álvaro Nieto: “Pasteleo del bueno, pero cuidado con la euforia. Viendo los nefastos precedentes, es ingenuo pensar que Pedro Sánchez de pronto se haya convertido en un hombre de Estado”; Rafael Arenas García: “CGPJ: la Comisión Europea bendice la demolición. La Comisión se ha convertido en garante de un pacto que, como digo, no se ajusta ni al espíritu de la Constitución ni a la letra de las recomendaciones del Consejo de Europa”; Román Cendoya. A saco: “Pedro Sánchez, el autócrata de la Moncloa, llegó al poder a través de una moción de censura (…) El asalto al poder fue una operación diseñada por la banda de los okupas del Estado”. Y a lo que vamos: “No se puede ser naif y creer que no van a intentar hacer con el CGPJ lo mismo que están haciendo en (…) todos y cada uno de los organismos del Estado (…) El tiempo y la práctica del CGPJ dirán si el Partido Popular ha impuesto la institucionalidad constitucional o se la han metido doblada”. 

OKdiario. Nadie como Eduardo Inda para dejar las cosas claras: “El acuerdo sobre el CGPJ es un éxito de Feijóo que lo catapulta a la Presidencia del Gobierno”. Nada más y nada menos, Pero la dicha nunca es completa. Editorial: “No parece que el pacto con el PP sobre la justicia responda a la voluntad de Sánchez de apartarse del radicalismo. Es rehén de sus socios y todos sus movimientos tienen más de oportunismo que otra cosa, de modo que el PP haría bien en no lanzar las campanas al vuelo. Sánchez es un truhan político y todas sus decisiones las toma por puro interés personal, así que el pacto sobre el CGPJ no implica que el presidente del Gobierno haya sufrido un súbito ataque de mesura”; Vicente Gil: “Feijóo ha tomado una decisión, sin duda, arriesgada, impopular e incomprensible para muchos dirigentes de su partido (por más que hoy cierren filas lógicamente con el jefe de manera pública) y para muchos votantes y simpatizantes que no entienden ni medio pacto con un tipo mentiroso, inmoral y fanático como Sánchez que, si estuviéramos en el 36, ya habría pasado al PP y a Vox por el ‘muro’… pero por el muro del paredón al estilo de su adorado Largo Caballero”. Ahí. Ya verán que no es el único que habla de fusilamientos. Sin freno.

El Debate. Aquí sí ha gustado porque han decidido, por su cuenta, que el presidente del Gobierno ha sufrido una derrota memorable, quizá con el único antecedente comparable al desastre de Annual. Editorial: “Feijóo impone un Poder Judicial alejado del asalto deseado por Sánchez. La renuncia de Sánchez a hacer con el CGPJ lo mismo que con el Tribunal Constitucional o la Fiscalía General es una buena noticia, pero no cierra su deriva autoritaria”. Pero nadie como Antonio R. Naranjo. Antes: “¿Lo siguiente será fusilarnos? La anulación de las sentencias de los ERE, que ha comenzado por Magdalena Álvarez y concluirá con Chaves y Griñán, es la culminación definitiva del viaje a los infiernos autocráticos de Sánchez, perpetrada por un Tribunal Constitucional que ya es un mero lupanar de las necesidades del Régimen (…) Y enseña el camino a la oposición: pactar nada con un vulgar aspirante a sátrapa equivale a engrasarle el garrote vil a un verdugo de la democracia que se ha concedido a sí mismo el derecho a corromperse y a fusilar, siquiera simbólicamente, a todo aquel que intente impedirlo”. Pero ¡ah, sorpresa!, ahora brotan de sus ojos lágrimas de alegría: “Sánchez se ha rendido ante la Justicia y Feijóo le ha derrotado”; “Por qué la renovación del CGPJ es mala para Pedro y Begoña” o “El dictador sigue ahí pero tiene menos armas. Entre linchar un monigote de Sánchez y obligarle a sacar sus sucias manos de la Justicia, no debería haber dudas”.

En Vozpópuli lloran ante el acuerdo. Miquel Giménez: “El españolito de a pie no puede entender cómo el PP se aviene a acordar nada con Sánchez, que ha dado innumerables muestras de su pensamiento totalitario, así como de su afinidad con partidos execrables. Feijoó ha pactado con el blanqueador de etarras, golpistas, Hamas, narcodictadores, comunistas, profesionales del odio, conculcadores de la Constitución, de la Corona, de la economía de mercado y de la convivencia pacífica”. Ahí queda eso. Y es que el factótum de la casa ya lo advertía antes del acuerdo. Jesús Cacho: “La situación española es tan grave, tan dramática, que lo normal sería que PP y Vox (…) estuvieran en conversaciones para establecer una alianza electoral destinada a desalojar cuanto antes a Sánchez (…) Nada de eso está ocurriendo (…) El PP de Núñez Feijóo parece a punto de entregar al capo socialista el control del CGPJ, la llave para los nombramientos de un Tribunal Supremo que un día debería juzgarlo a él y a toda su parentela por flagrante corrupción. Lo del PP es inexplicable (…) No aprenden, no escarmientan, no acaban de comprender que se enfrentan a un capo mafioso. Si Feijoo termina cediendo las llaves de la Breda judicial, habrá puesto fin a su carrera política y habrá cortado de raíz las posibilidades del PP como alternativa de Gobierno”. 

Casi monográfico, ya ven. Pero nos queda un poco de espacio para que nunca nos olvidemos de dónde está el Mal Absoluto. Con mayúsculas. 

Abc. Juan Manuel de Prada. “El doctor Sánchez, como Meloni, es partidario de una Unión del Pudridero Europeo bajo la batuta de Ursulina Von der Leyen, que asegure nuestra conversión en una colonia desindustrializada a merced de avalanchas migratorias y turísticas. El doctor Sánchez, como Meloni, es un cipayo de los Estados Unidos, que entrega el Sahara a Marruecos y desvía miles de millones del erario público al régimen de Zelenski, que ha ilegalizado todos los partidos políticos, a excepción de los más desaforadamente ultraderechistas”. El Mundo. El genuino Jorge Bustos en modo canalla: “Luego nos enteramos de la suspensión de su agenda por la muerte de su suegro. Nada que decir sobre el dolor privado de un hombre: nada excepto el pésame por su pérdida. Me niego a imaginar a Sánchez cediendo a la tentación de utilizar políticamente semejante desgracia para victimizarse frente a la inminente declaración de Begoña ante el juez. Ojalá no lo haga, de verdad”.  De Vozpópuli. Titular: “Contra el terror moro, tolerancia cero”. Texto: “Que el Gobierno favorezca que delincuentes magrebíes campen a sus anchas, violen y asesinen, es algo anecdótico. No como el terrorismo machista, en el que la muerte de cada mujer a manos de su pareja es un asunto de Estado al que hay que dedicar cientos de millones. Deberíamos aprender de ellos y agrupar cada delito cometido por ilegales africanos bajo el epígrafe Terror moro. Imaginad que, tras cada noticia sobre el tema, dos locutores estrella de Antena 3 nos dijeran: ‘Contra el terror moro, tolerancia cero’”.

Apuramos. Libertad Digital. Agapito Maestre, artista invitado de hoy: “Esto (…) es un chapoteo de la entera casta política en el fango de Pedro Sánchez (…) Miserias gobernadas por un autócrata de opereta (…) Dicen que la cosa se pondrá aún más severa y triste a partir de julio. Será entonces, resaltan los mejor informados que un servidor, cuando empiecen a trabajar en serio los consejeros llegados de Venezuela, Cuba y Perú. Llevan por aquí varios meses estudiando en silencio de lo que va este país… ¡Plata o plomo! (…) Serán contratados, seguramente dos por ministerios, como grandes científicos para asesorar a los colaboradores directos de Sánchez (…) A partir del mes de julio, quizá el día 18 de este caluroso mes, comenzará la supresión y eliminación de todo funcionario que no sea adicto al tinglado sanchista”.

No se me pongan mustios. Juan Ramón Rallo, uno de los gurús de la Fundación Juan de Mariana, la premiadora de Javier Milei, entrevistado en The Objective: “El problema de la vivienda se resolvería si la gente estuviera dispuesta a mudarse”.

¿Contentos con el acuerdo para el Consejo del Poder Judicial? Comme ci, comme ça. Quienes empujaban impetuosamente a Feijóo a que nunca firmara papel alguno con el déspota, ahora felicitan a su líder con grandes aspavientos. Eres el mejor, vitorean. Hay que ver, o son bobos ellos o nos toman por tal. ¿Ven posible que el dignísimo Núñez Feijóo, ejemplo simpar de rectitud moral, haya logrado engañar al tipo más ruin y mentiroso de la humanidad entera, ese dictador conocido como Pedro Sánchez? Pues ahí tienen a nuestra alegre muchachada, que lo suyo es no apearse del burro. Pero no crean que hay unanimidad. Quedan muchos irreductibles en la aldea gala que siguen creyendo que a Feijóo le han dado el timo de la estampita. Porque Sánchez es más malo que la quina. Les puede el odio al presidente. 

Al tajo.